Qué…? Luciana parpadeó, incrédula. ¿En serio él pensaba de esa manera? ¿De veras creía que lo había ““utilizado de principio a fin?
-Je… -Ella soltó una carcajada gélida y lo miró con desprecio-. ¿Te cuesta tanto aceptar la ruptura, o es que no quieres afrontar tus responsabilidades? Pon atención, nos separamos porque en tu corazón todavía hay lugar para otra persona. Yo, simplemente, soy lo bastante sensata como para hacerme a un lado y dejarle espacio a tu antiguo
amor.
-¡No pretendas hacerte la sacrificada! -espetó Alejandro, con una mueca adusta. Fernando no deja de rondarte, y Victoria te trata como si ya fueras su nuera. ¡Y lo sabes!
Su tono rezumaba celos e ira.
-¿Te afecta? -soltó Luciana, entre burlona y sarcástica
Lamento decirte que si te incomoda, tendrás que
aguantarte. Apenas me divorcie, claro que habrá alguien nuevo… todavía soy joven. 3
-¡Luciana! -rugió Alejandro, sintiéndose a punto de perder la razón. ¿Tan deprisa te estás buscando un reemplazo… o prefieres “rehacer” lo que tenías antes?
“Rehacer“? -repitió Luciana, ceñuda-. Si quieres ponerlo así, tú también fuiste “rehacer“. Cuando el abuelo dijo que nos divorciáramos, era lo que tocaba. Pero yo, estúpidamente, pensé que…
Hizo una pausa, y con una carcajada amarga, agregó:
-¿Por qué habría de comerme “tu” pasto recalentado si no puedo probar el de Fernando? Al menos él ha sido siempre fiel conmigo… 1
Sus ojos se encendieron: *
-¡Él estuvo dispuesto a morir por mí! Tú, en cambio, varias veces arriesgaste tu vida… por Mónica. ¿No? 3)
Alejandro guardó silencio, aturdido. No encontraba palabras para defenderse.
-¿Te quedaste sin argumentos? -murmuró Luciana, con las mejillas encendidas de furia. Luego apuntó con la mano a la puerta-. Márchate. Estoy cansada.
-Luciana…
-¡Que te vayas! -gritó ella, los rasgos desfigurados por el enojo-. ¿No oíste? ¡Fuera! 1
Dado que él no se movió, lo empujó con toda su fuerza hasta sacarlo del cuarto. Cerró la puerta con un estrépito y dejó a Alejandro afuera, golpeando con la palma en la madera. 5
-¡Luciana! ¡Abreme, Luciana!
Ella se dio la vuelta. Apenas avanzó un par de pasos, las lágrimas le nublaron la vista. Apretó los labios, conteniéndose. 1
jImbécil… Alejandro, eres un… imbécil! -susurró, sintiendo un dolor profundo que no podía aliviar. 2
***
A primera hora de la mañana, Luciana apenas estaba despertando cuando llegó Victoria, tal como la noche anterior, con un recipiente térmico lleno de comida.
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Capítulo 773
+25 BONUS
-¿Te acabas de levantar?-comentó ella, entrando con confianza en el pequeño comedor, y comenzó a acomodar
¿Ya te aseaste?
sus cosas-
Aún no… contestó Luciana, todavía un poco aturdida por el sueño. 1
-Pues corre a lavarte. Victoria agitó la mano con impaciencia,Te traje un caldito para el desayuno, unos bocadillos y algunos acompañamientos. Me dijo Fernando que te gustan los sabores agridulces y picantes, así que aquí hay de todo un poco.
Luciana la observó con una mezcla de agradecimiento y desconcierto.
-Señora…
Sin embargo, el timbre de la puerta volvió a sonar, interrumpiéndola. En esta ocasión, era Fernando, quien ya había quedado de pasar por ella. Dado que Luciana estaba hospitalizada y no podía salir libremente, habían acordado verse diariamente él aprovechaba para seguir con su tratamiento de rehabilitación y, de paso, estar al pendiente de ella.
-Listo. -Fernando alzó una memoria externa-. Te traje las películas y series que me pediste descargar. Creo que tendrás entretenimiento para rato.
-¡Gracias! -sonrió Luciana, recibiendo el dispositivo.
Dos pasos después, Fernando notó movimiento en el comedor y preguntó en voz baja:
-¿La enfermera?
-No, es tu mamá. -respondió Luciana, medio divertida, medio resignada.
Fernando se llevó la mano a la frente, comprendiendo la situación.
-Disculpa, Luciana. Deja que hable con ella.
Con un par de zancadas, entró al comedor y se encontró con Victoria, ocupada en ordenar el desayuno.
-Mamá–la llamó con un suspiro-. ¿Otra vez estás aquí? 5
No era de extrañar no haberla visto en casa esa mañana. 50