Capítulo 775
+25 BONUS
En serio?-Luciana se asomó, y vio que efectivamente el vehículo rojo mantenía la misma distancia-. Parece …un Porsche rojo. Me resulta familiar.
Frunció el entrecejo, pensando:
–Mónica tenía un Porsche rojo, ¿no?
-¿Es ella? -preguntó Fernando, confundido–. ¿Por qué estaría aquí?
Luciana se encogió de hombros.
-No lo sé. Tal vez solo va hacia la misma dirección y coincidimos en la ruta.
Aun así, la situación se tornaba inquietante. El auto seguía detrás, a una distancia prudente, sin rebasarlos, ni quedarse demasiado atrás, Cuanto más tiempo pasaba, más extraño resultaba.
-¿Quieres que baje la velocidad? -sugirió Fernando, alzando la voz con inquietud. Quizá así la Porsche los rebasara.
Pero no pasó. En cuanto Fernando aminoró el ritmo, el Porsche también lo hizo.
Es evidente que Mónica nos está siguiendo -murmuró con el ceño fruncido.
Luciana, en el asiento del copiloto, tragó saliva.
-¿Qué querrá hacer ahora?
No había forma de averiguarlo en pleno camino, y a decir verdad, Luciana no tenía el más mínimo deseo de intercambiar palabras con Mónica.
Justo en ese momento entraron en el puente que atravesaba el brazo de mar. De pronto, la Porsche roja empezó a zigzaguear y se lanzó contra ellos.
-¡Cuidado! -gritó Fernando, girando con fuerza el volante y pisando el acelerador para zafarse, pero aun así el costado de su coche quedó rozado.
-¡Ah…! Luciana se aferró al asa superior del auto, el corazón dándole un vuelco.
-¿Estás bien? – Fernando lucía pálido y asustado.
La Porsche, sin embargo, no cedía. Continuaba embistiendo sin miramientos. Fernando estaba al borde del pánico;
a él no le importaba dañarse, pero Luciana estaba embarazada y a punto de dar a luz.
—No… no te preocupes —musitó ella, con la cara desencajada.2
Fernando notó que su velocidad había llegado al tope y que seguir así no era una opción viable.
-Hay una curva más adelante. Voy a frenar ahí. Tan pronto me detenga, salimos del carro de inmediato.
—
De acuerdo asintió Luciana, sintiendo el pecho oprimido. Seguía sin comprender la locura de Mónica. 4
Se preparó, sosteniendo la manija interna de la puerta con una mano y posando la otra sobre el seguro del cinturón.
-¡Ahora! -exclamó Fernando al tomar la curva, pisando el freno de golpe.
1/2
Capitulo 775
+25 BONUS
El auto se detuvo con un chirrido, y Luciana reaccionó con agilidad: liberó el cinturón y abrió la puerta para salir. Aspíró el aire fresco, mezclă de brisa marina y el frío del inverno, y miró atrás, esperando a Fernando.
¡Fer, date prisa!
-¡Voy!-contestó él con la voz alterada, pero de pronto se topó con un problema:
El broche del cinturón se había atascado. Lo intentó varias veces sin éxito.
-Fernando… ¿qué pasa? 1
Se atascó. El estaba sudando por la tensión.
–
-¡Tranquilo, déjame ayudarte! -dijo Luciana, regresando para tratar de soltarlo. Sin embargo, ella tampoco pudo –. Maldita sea, ¡no quiere aflojar! ¿Tienes un cuchillo o algo para cortarlo?
-Tal vez… Fernando dudo-. Revisa la guantera…
Luciana, con el corazón latiéndole a mil por hora, rebuscó en el compartimento.
-¡No lo encuentro… dónde…?
Luciana, sal del auto! -gritó Fernando, echando un vistazo al retrovisor-. ¡Rápido!
La Porsche roja estaba de nuevo en trayectoria directa hacia ellos.
-¡Lo encontré! -exclamó Luciana, alzando un cuchillo pequeño con una mezcla de alivio y urgencia.