tulo 786
928 BONUS
La expresión de Luciana se ensombreció y pudo verse un ma tiz cast enloquecido en sus ojos,
Nada más?musitó, como si no pudiera creerlo Pensé que, con semejante golpe, terminaria paralitica… o que al menos estaria en un estado muy grave. Pero… no fue an grave, ¿eh?
Luciana repitio Alejandro, preocupado, mientras menos heridas tenga ella, mejores son tus posibilidades… ¿Lo entiendes?
-Ah, si? Luciana se quedó callada un momento y luego soltó una risa sardónica. ¿Ya me estás acusando, Alejandro? ¿La policía aún no me declara culpable, pero tú lo haces primero?
-¡No es eso! -soltó Alejandro de inmediato. Estoy hablando de lo que indican las pruebas… hay muchos testigos. Solo intento ser objetivo. 1
-¿Objetivo? -repitió Luciana con un dejo de ironía. Luego suavizó la voz-. Está bien… no te enojes. -Se puso seria pronunció cada sílaba con una frialdad escalofriante. Ve por un oficial y dile que… fui yo quien la empujó. Sí, me declaro culpable…
-¡Luciana! -Antes de que terminara la frase, Alejandro la interrumpió con un grito ahogado y le cubrió la boca con la mano. Tenía los ojos llenos de pánico.
Con un murmullo urgente, añadió:
-No vuelvas a decir eso, por favor. ¡Y menos frente a la policía, ¿entiendes?!
-¿Por qué no? -respondió Luciana, confusa. Lo hice yo. Además, tú mismo lo dijiste: hay tantas personas que me vieron en ese momento. ¿Cómo podría negarlo?
-Habrá forma de resolverlo -aseguró Alejandro, casi fuera de sí, pero sin querer rendirse-. Encontraremos la
manera.
-¿Ah, sí? —repitió ella, alzando la barbilla y mirándolo con burla-. ¿Como cuando encubriste a Mónica? ¿Con testigos falsos o alguien que se eche la culpa por mí?
Alejandro sintió que no podía explicarse más. 1
-Te lo he dicho mil veces: jamás la cubrí…
-pero
Luciana no le creía.
-No te desgastes. -Ella se recargó en la pared con aparente indiferencia-. Sí, la empujé. ¿No tengo derecho a hacerlo? Y, para colmo, me arrepiento… pero de no haberlo hecho con más fuerza.
Alejandro no sabía qué poder decir.
–
-Fer quedó en coma, convertido en un vegetal. ¡Y ella sale con una pierna rota y un golpecito en la cabeza! Luciana soltó una carcajada amarga-. ¿No te parece ridículo? Al final, parece que la gente buena no recibe nada a cambio, mientras los que hacén maldades siguen viviendo tan campantes.
-Luciana… -susurró Alejandro, acercándose.
¡No te me acerques! –le gritó ella, dándole un empujón y fulminándolo con la mirada-. ¡Eres igual! Me esforcé por llevar una vida tranquila, sin meterme con nadie, ¿y qué obtuve? Encontrarte a ti. Desde que llegaste, cada día ha sido un suplicio. 3
Aquello rompió algo dentro de Alejandro. Con mano temblorosa, le sujetó la mandíbula con cuidado.
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Capitulo 786-
Se que no plensas ast de verdad. Estás muy alterada. No penso tomartelo en cuenta. Le dollan sus palabras, pero trató de controlarse y habló com voz firme;
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No puedes admitir nada, ¿ofste? Podrías enfrentar cargos de agresión intencional, de causar lesiones graves. ¡ Podrías ir a prisión!
El se agitó por completo. Luciana lo percibió y, en vez de compadecerse, pareció disfrutarlo de algún modo.
me -No, lo admitiré–repuso con tozudez-. Lo que hice, lo asumo. ¿Crees que te salvarás usando tu poder o sobornando a alguien? Lo siento, quizá a Mónica le gustó tu protección, pero yo… bajó la voz, mirándolo con una mezcla de rencor y desafío-. Yo no la quiero. 2
-¡Luciana! -Alejandro empezó a desesperarse, consciente de que ella hablaba muy en serio. ¡No hagas esto por un arrebato!
Él no la culpaba por no creerle, no después de todos los errores que él mismo había cometido. Pero no soportaba que ela se castigara de esa forma.
-¡No pongas en juego tu vida! ¡Piensa en el bebé!