Capítulo 797
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De acuerdo asintió él sin dudarlo, quitándose la chaqueta y acestándose a su lado, Intenta descansar.
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Aunque Lanciana guardaba silencio, Alejandro podía percibir la tristeza profunda que emanaba de su interior. En su mente, se prometió que aquello pasarfa… y que haría todo lo posible por curar las heridas que la aquejaban.
Dadas las circunstancias especiales de Luciana, la policía no la cito para declarar en la comisaría, sino que mandó a dos agentes al hospital para tomarle la declaración en su habitación. Durante la diligencia, solo estaban Luciana, los oficiales y Nathan como su abogado. Nadie más podfà permanecer allí.
Alejandro se quedó en la sala de estar, inquieto. En un rincón, Sergio, Juan y Simón conversaban en voz baja:
-¿Por qué está tan tenso Alejandro?
-¿No es obvio?-comentó Simón, con su habitual agilidad menta. Teme que Luciana se eche para atrás y acabe enredándolo
todo.
-No creo que lo haga -intervino Juan-. Luciana es muy inteligente, y no arriesgaría el futuro de Alba.
–“Demasiada” inteligencia puede meterte en problemas -replico Simón-. A veces conviene ser un poco ingenuo para vivir tranquilo. (1
-Aun así, me preocupa que Luciana se bloquee–dijo Sergio-.
-Exacto–asintió Simón-. Acuérdate de que está… con depresión posparto, ¿no? Si toma alguna decisión drástica, nada nos sorprendería.
-¡Shhh! -Sergio lo interrumpió con un regaño-. ¿Quieres que Alejandro te oiga y te mande a limpiar baños en una gasolinera en África?
-Mpf… -Simón se tapó la boca, moviendo la cabeza para indicar que comprendía.
Sus nervios se calmaron un poco al ver abrirse la puerta. Alejandro, con la respiración contenida, dio un salto hacia adelante. Miró a Nathan, quien traía una ligera sonrisa y asintió con la cabeza.
Alejandro sintió un gran alivio. Al final, Luciana no había incumplido su palabra. Quizá había estado demasiado tenso.
-Señor Guzmán -dijo uno de los policías-, hemos terminado la declaración, pero necesitamos hablar con la doctora Alondra.
Por supuesto -respondió Alejandro, dirigiéndose a Sergio—.
-Sí, hermano asintió este-. Oficiales, por aquí. La doctora Alondra los espera en su consultorio; tenemos listos los expedientes y los resultados de los análisis.
– Perfecto.
En cuanto se marcharon, Nathan esbozó una sonrisa tranquilizadora.
Señor Guzmán, no se preocupe. Todo está bajo control… iré a acompañar a los agentes.
Gracias–asintió Alejandro, girándose enseguida hacia la habitación.
Adentro encontró a Luciana recargada en el cabecero de la cama, mirando hacia la ventana con la expresión ausente. La escena le partió el corazón. Con pasos cautelosos se acercó, se inclinó y la envolvió en un abrazo.
-Lucianà, lo hiciste muy bien -murmuró, lleno de ternura.
-Oh… —ella pareció reaccionar apenas entonces-. Me alegra. Tenía miedo de decir algo equivocado.
Alejandro le dio un beso suave.
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Capítulo 797
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-¿Te dio hambre? Fue una entrevista muy larga. ¿Quieres comer algo? 1
-¿Otra vez? -Luciana frunció el ceño. ¿Para qué si ni siquiera amamanto? Me voy a engordar.
-Jajaja… -Alejandro se relajó, aliviado porque el asunto legal estaba resuelto, y sonrió con amplitud-. No es solo por la bebé; tú sígues muy débil después del parto y necesitas recuperar energías. Sé buena, ¿sí? 16
-Mmm… bueno… -refunfuñó Luciana, algo reacia-. Pero solo si comes conmigo. No quiero engordar sola.
-Trato hecho -afirmó él con alegría-. No hay ningún problema. El esposo sube de peso junto con la esposa.
-Ja, no te creo -Luciana arrugó la nariz, divertida-. Tú siempre estás ejercitándote. Yo, en cambio, no hago más que estar acostada.
-Pues lo dejo. Nada de rutinas de ejercicio por ahora–dijo Alejandro, firme. ¿Así sí te quedas tranquila?
Luciana dibujó una ligera sonrisa y torció un poco los labios.
-Está mejor…
***
Esa misma noche, Luciana recibió una llamada de Enzo:
-Luciana, ya está todo listo. Sin embargo, debemos esperar hasta que termines tu cuarentena. Por un lado, porque el puerperio es muy importante para la recuperación de la mujer. Por otro, señor Guzmán te vigila demasiado; cualquier indicio podría alertarlo y echar por tierra nuestro plan. (54)