Capítulo 101
Los días continuaron pasando bajo la lluvia otoñal constante.
El día del compromiso, el cielo, que había estado gris durante varios días, finalmente se despejó.
La mansión de la familia Rosales.
Hoy era un día de gran alegría para Dafne, pues era su fiesta de compromiso, y toda la familia Rosales se levantó muy temprano.
Incluso Jana, que solía dormir hasta tarde, se levantó temprano y se puso un vestido rojo
festivo.
En el dormitorio de Dafne, un equipo de maquilladores profesionales se ocupaba de su maquillaje.
Llevaba un vestido de gala de color rosa pálido, y su cabello estaba recogido en un moño adornado con perlas.
Jana, apoyada en el tocador, la miraba con la cabeza inclinada y dijo con una voz clara -Hermana, hoy te ves muy hermosa.
Dafne sonrió y le pellizcó la mejilla.
El rostro infantil de Jana se tornó preocupado, frunció el ceño y preguntó -Hermana, ¿seguirás
viniendo a casa a menudo cuando te cases?
Dafne se sorprendió un poco.
No esperaba que Jana preguntara eso.
Sonrió, con una chispa en los ojos -Claro que sí, la mansión Junco está muy cerca de nuestra casa, puedo venir todos los días.
-No te creo, hermana Jana hizo un puchero-. Ahora ni siquiera vienes a casa todos los días, ¿y crees que podrás hacerlo después de casarte con Agustín?
Dafne se rio -Tengo que trabajar, ahora no tengo tiempo para venir a casa todos los días.
Jana extendió su meñique -Prométeme que vendrás a verme todos los días.
Dafne sonrió, viendo que los niños no son tan fáciles de engañar.
Extendió su meñique -No puedo venir todos los días, pero te prometo que vendré a verte siempre que pueda, ¿te parece bien? Vendré a menudo.
Jana asintió sonriendo -Está bien.
Dafne enganchó su meñique con el de Jana y sonrió dulcemente.
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Capitulo 101
La ceremonia de compromiso se celebró en el rancho privado de la familia Junco en las afueras del norte.
A primera hora de la mañana, Agustín llegó personalmente en coche a recoger a Dafne.
Baltasar y Clara se habían vestido elegantemente, con trajes formales, y esperaban en la sala de estar.
Baltasar, con una sonrisa radiante, se levantó para saludar a Agustín -Agustín, espera un momento, Dafne ya está por bajar.
Clara, a su lado, sonreía con alegría.
Hoy estaba verdaderamente feliz; Dafne no era su hija biológica, pero en su corazón no había diferencia alguna.
En silencio, Clara pensaba para sí misma: Rocío, Dafi ha crecido, hoy se compromete, y estoy segura de que desde el cielo estarás orgullosa. Agustín es un chico excelente, y parece realmente interesado en Dafi. Ella será muy feliz con él, así que puedes estar tranquila.
Todos se sentaron en la sala a conversar.
Poco después, Jana bajó corriendo las escaleras, emocionada -¡Mi hermana ya salió!
Todos miraron hacia ella, y vieron a Dafne descendiendo lentamente las escaleras con un ramo
de flores en las manos.
Los ojos de Agustín brillaron con asombro, incluso dejó de respirar un instante.
Dafne estaba increíblemente hermosa ese día.
El vestido rosa pálido destacaba perfectamente sus curvas, y su cintura era tan delicada que parecía imposible de rodear con las manos.
Su maquillaje realzaba aún más sus rasgos, haciéndolos destacar con gran belleza, y el elegante moño le daba un aire de gracia y sofisticación.
Aunque había visto ese rostro miles de veces, no podía evitar enamorarse de nuevo una y otra
vez.
Con una sonrisa en los labios, Agustín se levantó y dio unos pasos hacia adelante para encontrarse con ella, tomando su mano.
En el coche, Agustín y Dafne se sentaron en el asiento trasero.
Él, visiblemente emocionado, dijo –Dafi, finalmente llegó este día.
Dafne, con una sonrisa tímida y un leve rubor en las mejillas, respondió -También he estado esperando este día con ansias.
-Incluso quería saltarme el compromiso y casarme directamente contigo, para que te conviertas de inmediato en mi esposa.
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