Capítulo 119
Bruno terminó de fumar un cigarrillo, pero su inquietud no disminuyó, al contrario, se incrementó.
Condujo de regreso al hotel.
Al abrir la puerta de su habitación, tironeó su corbata con irritación y colgó el abrigo detrás de la puerta. Al levantar la vista, se quedó helado.
En la cama grande en el centro de la habitación.
Macarena estaba acostada de manera seductora, vestida con un conjunto de encaje negro.
-Bruno, has vuelto -dijo Macarena con una mirada provocadora y una voz seductora.
La escena era terriblemente tentadora, y Bruno sintió cómo la sangre le hervía, su mente explotando en mil pensamientos.
Ya sentía algo, pero se contuvo, y con un gesto desagradable dijo:
-¿Qué haces aquí?
Macarena le miró con ojos de sirena -Esperándote.
-¡Fuera! -Bruno frunció el ceño, su tono era gélido.
-No quiero contestó Macarena, su voz impregnada de sensualidad.
Se levantó de la cama, caminó hacia él con un vaivén hipnótico, tiró de su corbata con coquetería y susurró al oído de Bruno, su aliento cálido y fragante.
-Bruno, esta noche estaré contigo.
Bruno intentó apartarla.
Macarena tiró de su corbata, se alzó sobre las puntas de los pies y lo besó.
Bruno soltó un gruñido, no la rechazó.
La temperatura en la habitación fue aumentando gradualmente.
Bruno pasó de ser pasivo a tomar la iniciativa, levantó a Macarena con brusquedad y la arrojó sobre la cama.
Entre sábanas, se entregaron al placer durante toda la noche.
A la mañana siguiente, Bruno se despertó con la luz natural. Al abrir los ojos y ver el rostro de Macarena tan cerca, se despertó de golpe.
Se incorporó de un salto, molesto, y preguntó:
-¿Qué haces aquí?
Macarena, ruborizada y tímida, respondió:
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Capítulo 119
–Bruno, anoche nos dejamos llevar, me tomaste muchas veces, ¿ya lo olvidaste?
Bruno estaba completamente desconcertado.
Bajo la vista y vio la ropa desordenada y las medias negras rasgadas en el suelo, y las imágenes de la noche anterior invadieron su mente.
Maldijo en voz baja, y comenzó a vestirse.
-Bruno, ¿a dónde vas? -preguntó Macarena, tratando de retenerlo.
-¡Suéltame! -Bruno apartó la mano de Macarena-. Te advierto, no vuelvas a seducirme, ahora solo tengo a Dafne en mi mente.
-Jeje -rio Macarena-. ¿Solo tienes a Dafne en tu mente? Anoche estabas muy feliz conmigo, ¿por qué negar tus sentimientos por mí? ¿Todavía te gusto, verdad?
Bruno se burló -¿No sabes que los hombres pueden separar el sexo del amor? Además, mientras estaba contigo, solo pensaba en Dafne, ¿o por qué crees que te busqué tantas veces? -Bruno… -Macarena se puso pálida de repente-. ¡Bruno, eres un desgraciado!
Bruno sacó una camisa limpia del armario y se la puso -¿No sabías ya que soy un desgraciado?
Se rio de sí mismo, una risa amarga y desolada -Si no fuera un desgraciado, ¿hubiera estado contigo sin haber terminado con Dafne? Si no fuera un desgraciado, ¿habría perdido a Dafne?
Al escuchar esto, Macarena simplemente se echó a reír.
-Así que lo sabes todo -dijo, un destello de burla en sus ojos-. Vaya, sí que eres un canalla
consciente…
En la oficina del presidente del Grupo Junco.
Agustín fruncía el ceño ligeramente -¿Cómo va? ¿Descubriste quién se llevó a Tania ese día?
El asistente Gustavo informó -Según las cámaras de seguridad, podemos confirmar que las personas que secuestraron a la señorita Jana el día de la fiesta de compromiso y quienes se llevaron a Tania son del mismo grupo.
-Por ahora hemos averiguado que Tania ya fue sacada del país de manera ilegal, pero aún no hemos identificado a quienes la llevaron. Los detectives privados que contratamos y la policía no han logrado avanzar, cada vez que tenemos una pista, se corta, es imposible seguir investigando.
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