Capítulo 167
-No te preocupes, Yolanda, la Srta. Rosales es muy amable. No le importarán estas cosas, así que puedes relajarte un poco.
Inés le extendió la mano, queriendo acariciar la cabeza de la pequeña..
Debido a la quimioterapia, Yolanda había perdido todo el cabello y siempre llevaba un gorro rosado cuando salía. Inés sabía que ese gorro lo había comprado Marcelo para ella, y la pequeña lo consideraba un tesoro.
Inés tenía sentimientos encontrados, sentía un nudo en la garganta y su mano, que la había dejado suspendida en el aire, la bajó lentamente y acarició suavemente el gorro de la niña.
-No te preocupes, Yolanda, la Srta. Rosales definitivamente te ayudará con el caso de tu
hermano.
—Sí, sí. —La niña se calmó un poco y sonrió con una voz clara. Gracias, Inés, y a la Srta. Rosales.
Dafne escuchó su conversación desde el asiento trasero y suspiró profundamente en su corazón.
Qué vida tan dura.
¿Por qué siempre las desgracias se cernían sobre los más desvalidos?
Dafne, empática y sensible, se sintió profundamente afligida por la situación, hasta el punto de que sus ojos se humedecieron.
Se recompuso, calmó sus emociones y se giró hacia el asiento trasero-: Inés, ayuda a Yolanda a abrocharse el cinturón de seguridad.
-Claro.
Marcelo y Yolanda estaban en el mismo hospital.
Era un hospital público común, con una pequeña habitación que albergaba cuatro camas.
Era a principios de invierno, así que el viento soplaba frío en el exterior y, debido a las bajas temperaturas, las ventanas de la habitación estaban bien cerradas.
Al entrar, Dafne notó un olor agrio que provenía de la cama junto a la puerta, donde estaba acostado un hombre que claramente no se había bañado en varios días. Dafne casi no pudo contener las ganas de vomitar.
Frunció el ceño, soportó la incomodidad y siguió a Yolanda hacia adentro.
Marcelo estaba en la cama más alejada.
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Capitulo 167
El hombre se recostaba en la almohada, mirando por la ventana las hojas secas que caían, perdido en sus pensamientos.
–
-Hermano le dijo Yolanda con voz clara.
Marcelo inmediatamente giró la cabeza para verla-. Yolanda, viniste. ¿Estás bien?
Yolanda asintió con una sonrisa-: ¡Sí, sí! Estoy bien. Acabo de comer.
Le había mentido.
Esa mañana se escapó del hospital para buscar la ayuda de Inés y aún no había tenido tiempo
de comer.
No quería preocupar a su hermano, así que le mintió.
-Inés, tú también viniste -le sonrió Marcelo, saludando a Inés.
Después de saludar, Marcelo miró a Dafne con duda-: ¿Y esta señorita quién es?
Inés le respondió-: Esta es la abogada de nuestro bufete, puedes llamarla Srta. Rosales.
Dafne asintió con la cabeza para saludarlo-: Buenas tardes, ya he escuchado de tu situación por Inés. ¿Podemos hablar más sobre tu caso? Puedo ayudarte a reclamar una indemnización de tu antiguo empleador.
Marcelo mostró una expresión complicada y tartamudeó: Yo… lo siento, Srta. Rosales, no tengo dinero para pagar los honorarios del abogado…
El hombre sonrió con vergüenza-. Como puedes ver, en mi situación actual apenas puedo pagar las facturas médicas, realmente no tengo dinero para un abogado… Lo siento por haberte hecho venir en vano.
Dafne le respondió con seriedad-: No te preocupes, Sr. Alcázar. Puedes pagar los honorarios cuando recibas la indemnización, te ofrezco una representación de riesgo total.
Marcelo, con una expresión de duda, le preguntó-: ¿Qué es una representación de riesgo total? Dafne le explicó-: Significa que si perdemos el caso, no tendrás que pagarme ni un centavo.
Al escuchar eso, Marcelo cambió su expresión-: ¿De verdad se puede hacer eso?
-Por supuesto -le afirmó Dafne con seriedad.
Marcelo dijo: Entonces… está bien. Gracias.
-Perfecto -le respondió Dafne-. Ahora necesito preguntarte sobre algunos detalles del caso.
Inés le dijo: Srta. Rosales, ustedes hablen, yo llevaré a Yolanda de regreso a su habitación.
Después de que Dafne obtuvo la información que necesitaba, Marcelo sacó su teléfono.
-Srta. Rosales, ya le he explicado mi caso, si tiene alguna pregunta, no dude en preguntarme, ¿qué le parece si nos agregamos en WhatsApp para mantenernos en contacto?
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Capitulo 167
-Está bien -dijo Dafne mientras sacaba su celular.
Para ellos, que trabajaban como abogados, agregar a sus clientes en WhatsApp era algo muy común.
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