Capítulo 171
Dafne no se atrevía a pensar en esa posibilidad.
Su corazón se le subió hasta la garganta y sus dedos temblaban ligeramente.
No podía ser.
¡Agustín no haría algo así!
Él había dicho que en su corazón solo había lugar para ella.
Pero, entonces, ¿cómo se explicaba esa grabación de Bruno?
Dafne estaba completamente confundida.
Bruno guardó silencio por un momento.
Dejó que Dafne se perdiera en sus pensamientos desordenados.
Después de un rato, Bruno continuó hablando:
-Tania secuestró a tu hermana y quiso matarte. Agustín se interpuso y recibió una puñalada por ti. ¡Ella casi mata a Agustín! Después de todo lo que Tania ha hecho, la familia Junco no la dejaría escapar. Pero piensa, Tania ya estaba en manos de la policía, ¿por qué alguien la sacó tan pronto como dijo que estaba embarazada?
Dafne frunció el ceño y apretó los labios, sin decir una palabra.
-¿Por qué no adivinas de quién es el hijo que Tania lleva en su vientre?
Esa pregunta fue como un trueno en un día despejado.
Dafne se estremeció incontrolablemente por el impacto.
-¡Cállate!
Ella, a punto de perder los estribos, levantó la mirada y observó a Bruno con furia, diciéndole con firmeza:
-¡No hables tonterías ni siembres cizaña! Agustín no es así. ¡Él no es como tú! No porque tú seas un sinvergüenza significa que todos lo sean.
Los ojos oscuros de Bruno mostraron un destello de dolor, y sintió un nudo en el corazón.
¿Agustín era tan bueno a sus ojos?
¿Y a él lo veía tan despreciable?
Bruno contuvo su tristeza, recuperó la compostura y, con una expresión tranquila y una sonrisa, le dijo:
-Lo que digo es la verdad, Dafne. Confías demasiado en Agustín. Si él no tiene nada que esconder, ¿por qué te lo oculta?
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Capitulo 171
-¡Lárgate! -exclamó Dafne con ira.
Bruno se encogió de hombros y sonrió ligeramente:
-Agustín está con Tania ahora mismo, ¿por qué no lo llamas para comprobarlo?
-¡Deja de sembrar discordia entre Agustín y yo! -Dafne empujó a Bruno bruscamente y se dio la vuelta para entrar a la casa.
Bruno la sujetó de la muñeca y la jaló hacia afuera, lo que casi hizo que Dafne perdiera el equilibrio.
Bruno la sostuvo por la cintura, se acercó y aspiró profundamente el aroma de su cabello, mostrando una expresión embelesada:
-Dafne, déjalo y vuelve a mi lado.
Dafne levantó la rodilla y golpeó fuertemente el estómago de Bruno.
Bruno gimió y soltó a Dafne.
Sin dudarlo, Dafne le propinó una fuerte bofetada a Bruno.
-¡Paf! -El sonido de la bofetada resonó claro y fuerte.
En los ojos de Dafne brillaban pequeñas llamas de furia mientras le gritaba:
-¡Bruno, aléjate de mí! ¡Me das asco!
Bruno giró ligeramente la cabeza por el impacto.
Luego levantó la mirada y miró fijamente a Dafne, con los ojos enrojecidos y una marca de la
bofetada claramente visible en su rostro.
-Dafne, ¿por qué eres tan cruel conmigo?
Su voz era suave, casi triste.
Dafne soltó una risa sarcástica, con desprecio en su mirada.
-¿Aún me preguntas por qué? Porque eres un ser repugnante, y nunca podremos volver al pasado.
Dafne levantó la barbilla, mirándolo con altivez:
-Un hombre sin dignidad es como una fruta podrida. ¡Yo no voy a tropezar dos veces con la misma piedra!
Dicho esto, no le dio a Bruno la oportunidad de responderle, se volteó y cerró la puerta de golpe. Bruno se quedó afuera, mirando la puerta cerrada, lleno de dolor.
Eres un ser repugnante.
Nunca podremos volver al pasado.
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Capitulo
Sus palabras eran como agujas afiladas que se clavaban en su corazón, dejándolo destrozado y sangrando.