Capítulo 173
Agustín estaba manejando un asunto verdaderamente complicado.
Tania había sido brutalmente asesinada por uno de los hombres encargados de vigilarla en la base, quien le cortó la garganta de un solo tajo, matándola al instante.
El asesino fue rápidamente controlado por el resto del personal de la base.
Antes de que Agustín llegara, el asesino murió con sangre brotando por sus orificios naturales.
Cuando Agustín llegó al sótano de la base, el cuerpo de Tania ya estaba cubierto con una sábana blanca, y había un gran charco de sangre debajo de ella.
El hombre que sangraba por todos lados yacía en el charco de sangre al lado de Tania.
Ese hombre era Raúl, quien trabajaba para Agustín en la base.
Samuel, el responsable de la base, estaba junto a Agustín, temblando de miedo -Señor, esta noche Raúl y Pablo estaban de guardia. Raúl, no sé bajo las órdenes de quién, de repente atacó a Tania. Fue muy rápido y preciso, y Pablo no tuvo tiempo de detenerlo.
Agustín frunció el ceño mientras miraba fijamente el aterrador charco de sangre en el suelo, y su voz era inalterable -La persona que está detrás de todo quiere atar cabos sueltos.
Samuel se secó el sudor frío de la frente y de repente se arrodilló -Señor, por favor castígueme. Con voz serena, Agustín le dijo -Las cosas ya han llegado a este punto, así que primero llama a la policía.
Samuel levantó la cabeza -Pero si llamamos a la policía, podríamos ser acusados de detención ilegal…
La fría mirada de Agustín pasó sobre él, y antes de que pudiera decir algo, Samuel rápidamente le dijo -Yo fui quien detuvo ilegalmente a Tania, me entregaré.
Agustín apretó los labios, mirando pensativo a Raúl, que yacía sangrando -¿Qué familia tiene Raúl?
Samuel le respondió -Tiene cuarenta años, es soltero y sin hijos, solo tiene una madre enferma de más de sesenta años.
-¿Dónde está su madre ahora?
Samuel se quedó perplejo -Esto fue tan repentino, yo… Señor, fue un descuido de mi parte.
Agustín mostró una expresión de desaprobación -Seguramente lo coaccionaron. Su madre debe estar bajo el control de alguien, probablemente ahora esté en peligro. Samuel, me has decepcionado…
Samuel bajó la cabeza -Señor, estoy dispuesto a aceptar cualquier castigo.
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Capitulo 173
Los ojos de Agustín se llenaron de frialdad -Conociendo la situación familiar de Raúl, utilizaron a su madre como rehén para amenazarlo. Parece que esa persona…
Samuel mostró incredulidad -Señor, ¿quiere decir que…?
Los ojos de Agustín brillaron con frialdad -Hay un traidor entre nosotros. Haz que otro se entregue y tú investiga bien lo que ocurrió.
Samuel acató con seriedad -¡Sí!
En una villa privada.
Un guardaespaldas vestido de negro se inclinó para dar un reporte -Ernesto, el asunto está resuelto.
-Bien, buen trabajo.
-Elimina también al padre de Tania y a la madre de Raúl. No queremos dejar cabos sueltos.
-Entendido.
Después de que el guardaespaldas se fue, el hombre sacó su teléfono y realizó una llamada internacional.
-Tristán, todo está en orden.
Agustín salió de la base y vio en su teléfono una llamada perdida de Dafne.
Inmediatamente la llamó.
-Dafi, ¿ya estás dormida?
La voz de Dafne sonó adormilada, -Mmm… ya estoy muy cansada, no puedo ni siquiera mantener los ojos abiertos.
Agustín se subió al auto y se sentó en el asiento trasero, con un tono de voz suave -¿Por qué
no te duermes si estás cansada?
La voz de Dafne, llena de sueño, sonaba suave -Estaba esperando tu llamada.
El corazón frío de Agustín se ablandó -Acabo de terminar con lo que estaba haciendo aquí. ¿Quieres que vaya a verte?
Dafne miró la hora y murmuró -Mañana ven, ya voy a dormir.
-Está bien le dijo Agustín con voz cálida-. Hace frío, tápate bien.
-Lo sé, no soy una niña…
La voz de Dafne, envuelta en sueño, se fue apagando hasta que no se escuchó más, solo quedaba el sonido de su respiración suave y pausada a través del teléfono.
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Capítulo 173
Agustín mantuvo el teléfono en su oído, escuchando en silencio la respiración de Dafne, hasta
que su brazo se cansó, pero no quería colgar.
Siguió sin colgar la llamada hasta que llegó a su villa.
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