Capítulo 183
Cuando Dafne despertó nuevamente, ya eran la una de la tarde.
A su lado, la cama estaba vacía. Agustín ya se había levantado.
Dafne se frotó el cabello y se destapó, lista para levantarse y asearse.
Anoche, él había regresado al dormitorio para dormir. Al principio, le dijo que solo la abrazaría sin hacer nada más, pero al final, mientras la abrazaba, empezó a ponerse travieso de nuevo.
Dafne salió del dormitorio y vio a Agustín sentado en el sofá de la sala con las piernas cruzadas, con un portátil sobre sus rodillas.
Agustín, cuando trabajaba con seriedad, emanaba un encanto irresistible.
La nieve había cesado.
La cálida y suave luz del sol invernal entraba a través de las ventanas de cristal, bañando a Agustín en un resplandor tenue, suavizando incluso sus marcadas y frías facciones.
Con la calefacción encendida en la casa, Agustín solo llevaba una camisa negra, con los botones del cuello impecablemente abrochados. Estaba concentrado en la pantalla del computador, con un rostro sin expresión, y sus dedos se movían rápidamente sobre el teclado. En ese momento, parecía una máquina
e escribir.
Solo Dafne sabía que la noche anterior, con esas mismas manos, le habían desabrochado los botones uno a uno, besándola apasionadamente.
Solo ella sabía lo desbordante que era su pasión oculta bajo la fachada reservada de Agustín.
Era la primera vez que veía a Agustín tan concentrado en su trabajo, era un contraste notable
con la noche anterior.
Dafne se quedó un momento observándolo con atención.
Agustín, al percibir su mirada, levantó la vista y, de inmediato, su fría expresión se suavizó, esbozando una sonrisa cálida -Dafi, ya te despertaste.
Dafne asintió con la cabeza, y se acercó para sentarse junto a Agustín en el sofá, cruzando las piernas y asomándose para ver la pantalla del computador.
Con voz suave, Agustín le comentó -Mi abuelo me ha pedido que me haga cargo oficialmente de la empresa, he estado bastante ocupado últimamente.
Dafne se sintió un poco extrañada, se suponía que el actual director del Grupo Junco era Carlos, el padre de Agustín.
Pero este asunto involucraba temas internos de la familia Junco, y ella no quería entrometerse demasiado.
No esperaba que Agustín lo mencionara por su cuenta.
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Capítulo 183
-Lo de Tania, estaba relacionado con el hijo ilegítimo de mi padre.
Agustín, sin apartar la vista de la pantalla, hablaba de ello con total serenidad, como si fuera cualquier otra cosa.
Dafne, sin embargo, abrió los ojos sorprendida -¿Qué hijo ilegítimo?
El tono de voz de Agustín cambió ligeramente, sus manos dejaron de escribir, y sus ojos parecieron reflejar un poco de tristeza y pesar.
Era la primera vez que Dafne veía esa emoción en sus ojos.
Con voz suave, Agustín continuó -Hace más de veinte años, cuando mi madre estaba embarazada, mi padre le fue infiel. Durante el tiempo que mi madre me dio a luz y estaba en reposo, aquella mujer apareció con un informe prenatal del hospital para presionar a mi padre, queriendo asegurarse un lugar en la familia usando al bebé. Cuando mi madre se enteró, tuvo un colapso emocional, cayó en depresión postparto y casi se suicida.
-En aquel entonces, mis abuelos presionaron a mi padre para que abortara al niño, pero mi padre estaba enamorado de esa mujer y no quería deshacerse del bebé. Aunque aparentemente aceptó, en secreto la envió al extranjero para proteger al niño.
Dafne estaba tan impactada que no pudo decir nada.
Nunca habría imaginado que la familia Junco hubiera tenido un escándalo así en el pasado, y que no hubiera sabido nada al respecto, lo habían mantenido muy oculto.
Agustín continuó -Siendo sinceros, mi padre realmente amaba a esa mujer. Sin embargo, nunca podrían estar juntos. Mi abuela despreciaba a las mujeres sin escrúpulos que destruían familias, y mi abuelo, con su carácter estricto, nunca permitiría que una mujer así entrara en nuestra familia y manchara nuestro prestigio.
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