Capítulo 192
Fátima sintió un golpe en el corazón cuando escuchó a Agustín llamar a Dafne “esposa“, como si le clavaran una espina en su corazón.
¡Agustín estaba defendiendo a Dafne de esa manera!
¡Aún no estaban comprometidos y ya la llamaba esposa! ¿Cómo podía hacer eso?
La anciana, con el pecho agitado de ira, exclamó- Agustín, eres miembro de la familia Junco, ¿cómo puedes estar del lado de esta mujer?
Agustin apretó la mano de Dafne, miró a Paula con seriedad y sin titubear, le respondió- Mi lealtad está con mi esposa, no con más nadie.
-Tú… -Paula se llevó la mano al pecho, tan enfurecida que no podía hablar con claridad.
-Hermano, mejor no digas más, la abuela tiene problemas del corazón, no la alteres -le dijo Fátima a Agustín.
Agustín se rio con desdén y replicó- Si no armaras tantos problemas, tampoco se alteraría así. Fátima se quedó sin palabras, sintiendo una mezcla de enojo y desesperación.
-Basta, no se diga más, vamos al cine -dijo Dafne con frialdad.
Al final del salón de banquetes había seis ascensores, tres a cada lado, cada uno con capacidad para quince personas, pudiendo llevar hasta noventa personas en total de una vez.
Dafne alzó la voz- No me gusta que me difamen. Si alguien está interesado, puede seguirme en el ascensor para ver el video en la sala de proyecciones.
Muchos invitados comenzaron a seguir a Dafne hacia los ascensores.
Se escucharon murmullos nuevamente.
-Parece que la Srta. Rosales ha sido acusada injustamente. La heredera de la familia Rosales tiene todo lo que quiere, ¿por qué se aferraría a un vestido?
-Yo también lo creo, siempre he sentido que algo no está bien con esa adoptada de la familia Junco. Si no tiene nada que ocultar, ¿por qué no quiere que veamos el video?
-Cuando estaban criticando a Dafne, ya quería decir algo. Fátima parece tener otras intensiones, ¿no notaron cómo mira al Sr. Junco?
-Sí, yo también lo noté. No parece cariño entre hermanos.
-¿Estás hablando de un amor prohibido? Qué interesante, las familias adineradas siempre tienen historias jugosas.
-Soy experta en detectar chicas falsas. Esa Fátima es sin duda una falsa. Por suerte, el Sr. Junco no es tonto y sabe con quién se está rodeando. Eso es más de lo que la mayoría de los
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hombres pueden hacer.
-Si, no soporto la forma en que Fátima habla, siempre suena tan pretenciosa.
-Vamos a ver el video, esperemos que Fátima sea desenmascarada.
A pesar de los intentos de mantener las voces bajas, Agustín escuchó algunos de esos comentarios.
Apretó un poco más la mano de Dafne- Dafi, siempre he tratado a Fátima como una hermana, y nada más.
Hizo una pausa y añadió- Pero de ahora en adelante, ni siquiera la trataré como una hermana.
Dafne asintió con la cabeza, sin decir nada más.
Los jóvenes de la alta sociedad, siempre ansiosos por el drama, siguieron a la sala de proyecciones en el quinto piso, mientras los mayores no se tomaron en serio el alboroto de los jóvenes y se quedaron en el salón del primer piso, continuando con sus asuntos de negocios y
conexiones.
Una multitud de jóvenes curiosos llegó al quinto piso y entró en la sala de proyecciones.
Algunos no pudieron evitar exclamar.
-Vaya, la familia Rosales no en vano es la más rica de Silvania. ¡Miren el tamaño de esta sala de proyecciones, y tiene techo estrellado, qué lujo!
-Dile a tu papá que te haga una igual.
-Imposible, solo esta sala debe costar millones, nuestra familia no puede compararse con los Rosales.
-Dicen que toda esta finca es parte del dote que Baltasar compró para Dafne. No se puede comparar con eso, esto es verdadera riqueza.
-Yo solo gasto diez mil al mes y mi papá dice que soy un derrochador. Realmente hay una gran diferencia entre las personas.
-Sí, como dicen por ahí, al que le tocó, le tocó.
Una vez que los invitados tomaron asiento, Dafne se acercó a la computadora al frente para reproducir el video.
Después de conectar la memoria USB, abrió la carpeta, encontró el video de vigilancia correspondiente y luego Dafne encendió el proyector.
