Capítulo 196
Agustin tenía unos asuntos que atender, así que se fue después de un rato.
Dafne e Inés fueron a la habitación de Yolanda, y juntas la maquillaron con esmero.
La pequeña se miró al espejo y sonrió dulcemente -Dafne, Inés, es la primera vez que me veo
tan bonita.
Dafne le acarició suavemente la cabeza y le sugirió -Baja a buscar a tu hermano.
-¡De acuerdo! -exclamó la pequeña con entusiasmo.
Al regresar al apartamento de Dafne, Agustín recibió una llamada de Viriato.
Habían conseguido el proyecto de Tristán en Aquilinia, lo que dejó a Tristán en una situación difícil, intentando llenar ese enorme agujero. Viriato le advirtió a Agustín que tuviera cuidado alguna posible venganza de Tristán, ya que pronto descubriría que fue Agustín quien estorbó sus planes.
Tristán, aunque estaba en Aquilinia, también tenía personas trabajando para él en Solarenia.
Después de colgar la llamada, Agustín habló con un tono serio -Dafi, hay algo que necesito
aclararte.
Dafne, al verlo tan serio, se enderezó -¿Qué pasa?
-Mi padre tiene un hijo ilegítimo llamado Tristán. Mis abuelos no le permitieron volver con mi familia, así que pasó una vida difícil en Aquilinia. Luego, fue adoptado por un poderoso jefe local y, en los últimos años, ha establecido su propia base y sus secuaces allí, incluso tiene grupos paramilitares a su disposición.
Dafne exclamó -¿Eso no es peligroso para ti? Agus, debes tener mucho cuidado con él.
Agustín se sorprendió, sintiendo una calidez recorrer su cuerpo.
La abrazó -Dafi, yo estoy bien, pero estoy preocupado por ti. Eres la persona más importante para mí, temo que para llegar a mí, él pueda intentar hacerte daño.
-¿Hacerme daño?
-Sí, enfrentarme a mí podría ser difícil, pero tú eres mi punto débil. Si él decide atacarte, temo
que…
Dafne lo abrazó con fuerza -No te preocupes por mí, sé cómo cuidarme. Además, me has asignado dos guardaespaldas más, así que no debería tener ningún problema. Y, además, esto no es Aquilinia, aquí no es su territorio. No creo que tenga tanto poder para causar problemas aquí en Solarenia, ¿verdad?
Agustín frunció el ceño -Él también tiene gente aquí. Los que secuestraron a Jana el día de la
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Capitulo 196
ceremonia de compromiso eran sus hombres.
Agustín insistió una vez más -De todas formas, siempre asegúrate de llevar a los guardaespaldas cuando salgas.
-Lo sé, no te preocupes.
Los dos se acurrucaron en el sofá un rato hasta que sonó el timbre,
Agustín se levantó -He pedido comida a domicilio,
Dafne sonrió -¿Cuándo la pediste? Justo tengo hambre,
-Cuando salíamos del hospital.
-Eres tan considerado.
Agustín había pedido platos especiales de un hotel de cinco estrellas cercano.
Dafne vio el logo en la bolsa y levantó la mirada con curiosidad hacía Agustín -¿No se supone que esos hoteles no ofrecen servicio a domicilio?
Agustín sonrió, abriendo cada caja y disponiendo los platos -Si tú lo deseas, puedo hacer que lo hagan.
Dafne lo miró con escepticismo, pero pronto entendió. Eso es para la para la gente común, pero Agustín no era alguien común.
Dafne se sentó a la mesa, tomó los cubiertos y sus ojos brillaron.
Realmente tenía hambre. Había dormido hasta tarde y se había saltado el desayuno, y cuando despertó ya había pasado la hora del almuerzo.
La mesa estaba llena de platos deliciosos.
Era la comida gourmet que Dafne tanto adoraba, famosa por sus precios altos y pequeñas porciones, pero con un sabor incomparable.
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