Capítulo 199
Bruno extendió la mano hacia Ginés -Déjamelo ver.
Ginés le pasó el teléfono.
Bruno, abrazando el teléfono, miraba el video una y otra vez, sin poder contener las lágrimas.
Emanuel tenia el rostro tenso -¡Verte así, con esa actitud tan patética, me enfurece!
Gabriela lo jaló del brazo -¿Nuestro hijo está así y tú todavía quieres echar más leña al fuego? ¿De qué hablas cuando lo llamas patético? ¿No fue él quien consiguió la inversión para la empresa? Si no fuera por Bruno, ya habríamos quebrado.
Emanuel, con el semblante serio, no dijo nada más. Solo miró a Bruno profundamente antes de darse la vuelta y marcharse.
Macarena, al ver a Bruno absorto mirando el video de Dafne repetidamente, también se dio media vuelta y se fue.
-Hijo, olvídate de esa mujer. Yo te presentaré a alguien mejor -le dijo Gabriela, secándose las lágrimas y con la voz entrecortada.
Romeo suspiró -Bruno, en el mundo hay un montón de mujeres mejores que ella. ¿Por qué te empeñas en aferrarte a Dafne? Dime qué tipo de mujer te gusta y yo te la encontraré.
Bruno, absorto en el video, permanecía en silencio, como si no los escuchara.
Ginés sacudió la cabeza con resignación -Vamos, dejémoslo tranquilo un rato.
-¡Eso no puede ser! -exclamó Gabriela- No me atrevo a dejarlo solo. ¿Y si vuelve a intentar
suicidarse?
La operación de trasplante de médula ósea de Yolanda fue un éxito. Su cuerpo no rechazó la operación, y su vida salió de peligro. Dafne por fin podía concentrarse en otras cosas.
En esos días, estaba ocupada preparando materiales para los casos y asistiendo a audiencias.
Dafne sabía que Bruno, llevado al extremo, había intentado suicidarse, por lo que no se atrevió a quedarse en el apartamento de la Villa Serena.
Agustín le había comprado una nueva casa, a unos seis o siete kilómetros del bufete, no muy lejos, lo que hacía fácil ir al trabajo en coche,
Aquel sábado, Dafne contrató a una asistente para que recogiera sus cosas y llamó a una empresa de mudanzas.
Cuando sacó el último maletín del apartamento, Bruno llegó justo en ese momento en el
ascensor.
Lucía pálido, con las cuencas de los ojos hundidas y ojeras tenues, parecía agotado y había
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Capítulo 199
adelgazado notablemente.
Bruno vio a los empleados de la mudanza llevando las cosas de Dafne afuera, se detuvo y con una mirada melancólica se dirigió a ella.
-¿Te vas a mudar?
Dafne simplemente asintió con la cabeza, sin decirle nada, mientras se dirigía al ascensor. Al pasar junto a Bruno, él la sujetó de la muñeca.
-Dafne, no te vayas -le dijo Bruno con un tono de voz suplicante y una mirada cargada de emociones-. No volveré a molestarte, solo quiero estar cerca de ti, en silencio.
Dafne bajó la mirada hacia la mano de Bruno y con un tono de voz frío le gritó -¡Suéltame!
Bruno no la soltó.
Dafne trató de soltarse con fuerza.
Bruno la apretó aún más.
-¡Bruno, me estás lastimando!
Al escucharla, Bruno soltó su mano como si fuera un reflejo.
En los ojos de Bruno había un destello de culpa -Lo siento, Dafne. No fue mi intención, solo…
no quiero que te vayas.
Dafne se frotó su muñeca enrojecida y con un tono de voz sereno le dijo -Ya lo he dejado claro, nunca podremos volver al pasado, ni empezar de nuevo. No tienes por qué hacer estas cosas para conmoverte a ti mismo.
Dafne dio unos pasos hacia adelante, pero de repente se detuvo y miró a los ojos de Bruno, hablándole con seriedad -Escuché que intentaste suicidarte hace unos días, Bruno. Si eres alguien que puede llegar a tales extremo, entonces me siento aliviada por haberme alejado de
- ti.
Dafne continuó con calma -No vuelvas a intentar algo así, no quiero que me hagas cargar con una culpa que no me corresponde.
Con esas palabras, Dafne entró en el ascensor junto con el personal de la mudanza.
10.05