Capítulo 20
A veces, ella borraba las publicaciones viejas de su cuenta, incluso ella olvidaba lo que había publicado, pero para su sorpresa, Agustín lo recordaba claramente.
Bruno, en cambio, nunca le prestaba atención a lo que ella compartía.
A veces, ella le avisaba con anticipación a Bruno sobre sus viajes de trabajo, pero aun así, el día del viaje, Bruno le llamaba preguntando por qué no estaba en Aguamar.
En el pasado, le había mencionado varias veces a Bruno los lugares a los que quería viajar, pero él nunca le prestó atención. Los lugares a los que quería ir con Bruno hace dos años, aún no los ha visitado.
Así que, tener a alguien que esté pendiente de ti se sentía de esta manera.
Dafne ya no se resistía y le dio a Agustín la dirección de la villa de Bruno.
Agustín le dijo: -Mañana por la mañana deberías estar en casa, ¿verdad? Haré que alguien lleve el coche por la mañana.
-Sí, estaré aquí.
No mucho después de colgar el teléfono, Bruno regresó acompañado de Macarena.
Cuando entraron, Dafne estaba viendo la televisión en la sala de estar del primer piso.
Dafne los miró de reojo, pero no les dijo nada.
Bruno tampoco le habló, pero Macarena fue la primera en saludar: -Srta. Rosales, nos
volvemos a encontrar.
Dafne, despreocupada, estaba recostada en el sofá, mirando con atención un programa en la televisión, sin responderle.
Macarena no se molestó y, sonriendo, se sentó en el sofá junto a Dafne. -¿Te gusta ver estos programas?
Bruno solo dijo -Voy a darme una ducha y subió las escaleras, sin especificar a quién se lo
decía.
-Viste ese video, ¿verdad? -le dijo Macarena en cuanto Bruno se fue, cambiando su expresión a una más seria y fría-. La persona a la que Bruno ama soy yo.
A Dafne no le importaba a quién amara Bruno. Solo asintió con la cabeza, sin apartar la vista de la pantalla. —Sí, sí, ya lo sé.
La actitud indiferente de Dafne irritó a Macarena, quien no ocultó su desprecio. -Eres buena fingiendo estás tranquila, veamos cuánto tiempo puedes mantener esa fachada.
Dafne le respondió con frialdad: -No tan buena como tú.
-Bah–Macarena soltó un bufido, se levantó y subió las escaleras-. Me voy a duchar con
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Capítulo 20
Bruno.
Al decirlo, se giró para esbozarle una sonrisa desafiante hacia Dafne, pero Dafne ni siquiera la
miró.
A la hora de la cena, Bruno y Macarena se sentaron juntos, mientras que Dafne se sentó sola.
La empleada del hogar, Nina, sirvió un plato de verduras. -La comida está lista.
Dafne frunció el ceño mirando a Nina. -¿Nina, por qué hoy solo hiciste verduras?
Había verduras de todo tipo, pero no hizo nada de carne.
Bruno le dijo con indiferencia: -Esto es lo que le gusta a Macarena, a ella le encantan las verduras, le gusta comer así para mantener su figura.
-¿Le encantan las verduras? -Dafne le replicó con una sonrisa irónica. ¿O es una indirecta de que me están poniendo los cuernos?
-¡Dafne! ¿Por qué actúas de esa manera? -Bruno se mostró visiblemente molesto.
Dafne fijó su mirada en el cuello de Bruno, donde sus marcas enrojecidas eran bastante
evidentes.
Macarena había hecho eso a propósito, haciéndole esas marcas justo donde Dafne pudiera
verlas.
Dafne sonrió mirando al hombre frente a ella, que estaba rojo de ira. -¿No sabes tú mismo si estoy hablando sin pensar?
Bruno le respondió con el ceño fruncido: -Si no te gusta, no comas. Además, Macarena no tiene dónde quedarse, así que se quedará aquí en estos días. Quizás comamos vegetales más a menudo, así que si no te gusta, cocínate tu comida.
Aunque tenían una empleada, Bruno no permitió que se prepararan más platos. Ella recordaba que a Bruno no le gustaban tanto las verduras, pero estaba claro que quería incomodarla.
Para incomodar a Dafne, Bruno estaba dispuesto a soportar comer solo vegetales en cada comida. Realmente era algo bastante ridículo.
Dafne sabía que él todavía estaba molesto por lo del reloj, pero no tenía intención de explicarse ni de disculparse. No había hecho nada malo.
Dejó los cubiertos y se levantó para
irse.
Ya que no quería comerse eso, pidió comida a domicilio.
Al día siguiente, Agustín hizo que le llevaran el coche.
Capitulo 21