Capítulo 207
-Agus, creo que la persona que me empujó hoy en la calle es alguien que está relacionado con Tristán. No puedo imaginarme a nadie más haciendo eso.
Agustin apretó con más fuerza la mano de Dafne, sus ojos oscuros y profundos brillaban con una fria determinación. -He estado investigado, y Tristán realmente ha regresado al país.
El cuerpo de Dafne se tenso.
-Dafi, trata de no salir de casa y trabaja desde aquí, ¿vale?
-¿Tristán es realmente tan aterrador?
Agustin soltó a Dafne y apoyó sus manos en sus hombros, mirándola a los ojos con seriedad. -No me atrevo a arriesgarme, Dafi. Solo de pensar que hoy casi te pasa algo, el corazón se me detiene del miedo. Sabes que te valoro más que a mi propia vida.
Los ojos de Agustín se enrojecieron. -Puedo vencer a Tristán, estoy seguro de eso. Él es despiadado, pero yo puedo ser más listo. Sin embargo, él no tiene sentimientos, ni debilidades, ni siquiera humanidad. Yo, en cambio, te tengo a ti.
-Dafi, no puedo arriesgarte.
La luz del comedor era tan brillante como el día, y los platos sobre la mesa desprendían un
aroma delicioso.
Desde la sala, la televisión emitía las noticias del día, con la voz del presentador apenas
perceptible.
Dafne bajó un poco la mirada, sus ojos se humedecieron, y susurró: -Agus, ¿estoy siendo una carga para ti?
Los ojos de Agustín se llenaron de culpa. -¿Qué estás diciendo, Dafi? Soy yo quien te ha metido en problemas. Si no fuera por mí, Fátima no te habría tomado como objetivo, y Tristán no te estaría persiguiendo.
Dafne negó lentamente con la cabeza. -No me he metido en ningún problema, nunca lo he pensado así.
-Pero yo sí lo pienso, es la verdad -suspiró Agustín-. Por favor, no salgas en los próximos días. Vendré a verte todos los días.
Dafne asintió obedientemente. -Está bien.
-Por cierto, Agus, necesito que investigues a alguien.
-¿A quién?
-Álvaro.
Los ojos de Agustín se afilaron con una fría determinación. -¿El hombre que te emboscó para
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Capitulo 207
que te golpearan hoy?
-Si -Dafne asintió con la cabeza-. Mi intuición me dice que debe tener a alguien más poderoso detrás. No es normal que un pequeño empresario tenga el valor de contratar matones para golpearme, como si fuera un pandillero.
Agustin le respondió-: Ya he enviado a alguien a investigarlo.
-Bien.
-Dafi, comamos antes de que la comida se enfrie -le dijo Agustín mientras se sentaba junto a Dafne.
-Si, come conmigo.
Tristán estaba en el asiento trasero del auto. Mauro, su conductor y guardaespaldas, echó un vistazo a través del espejo retrovisor y le preguntó-: Tristán, ¿volvemos esta noche a la villa de la Srta. Jiménez?
Viola Jiménez era de Solarenia, provenía de una buena familia y trabajaba como guía de turismo internacional por pasión. Llevaba dos años sin regresar a su país desde que comenzó su relación con Tristán.
Viola era su amante favorita en Aquilinia, y había venido con él a Solarenia.
En el asiento trasero, Tristán encendió un cigarrillo, levantando apenas los párpados-: No, vamos a ver a esa chica, esa que parece tan inocente, ¿cómo se llama?
Tristán era conocido por su afición al juego, y su rostro atractivo y encantador le había ganado muchas admiradoras. En Aquilinia tenía muchas amantes, y en los pocos días que llevaba en Solarenia, muchas mujeres ya se habían lanzado a sus brazos.
Cualquier mujer hermosa no sería rechazada por Tristán.
Él se dedicaba a realizar negocios peligrosos, donde un paso en falso podia costarle la vida, por lo que vivir intensamente y disfrutar del momento era su forma de vida.
Buscaba el placer extremo y lo encontraba en la indulgencia y la lujuria.
Para Tristán, el cuerpo de una mujer era solo una herramienta para liberar tensiones. Podía estar con muchas mujeres y darles lo que quisieran, excepto amor.
Él no tenía sentimientos, ni corazón. Para él, el amor era la cosa más inútil del mundo.
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