Capítulo 209
Dafne había estado obedeciendo a Agustín en los últimos días, se quedaba todo el tiempo en casa y trabajaba desde allí.
El jefe de Álvaro fue rápidamente descubierto por Agustín.
Su nombre era Ernesto, una figura influyente en Silvania, conocido por tener conexiones en todos los ámbitos, tanto legítimos como ilícitos. Este hombre tenía la protección de gente poderosa.
Ernesto controlaba en realidad varias decenas de empresas, cuyos representantes legales eran chivos expiatorios, sin lazos familiares con él. En apariencia, estas empresas llevaban a cabo negocios legales, pero en secreto se dedicaban a actividades delictivas.
Agustín se quitó el abrigo y lo colgó en el perchero -Mis hombres también descubrieron que hace unos días, cuando Tristán regresó, Ernesto fue a verlo. Parece que Ernesto quiere aliarse con Tristán.
-Tristán tiene un gran poder en Aquilinia, con muchos negocios a su nombre. Ernesto busca conectar con él para hacer negocios internacionales. Mientras tanto, Tristán necesita un socio en Solarenia, donde su influencia es más débil. Ambos tienen intereses afines y probablemente ya están planeando cómo hacerme frente.
Dafne frunció el ceño -¿Y qué piensas hacer al respecto?
-Dafi, no te preocupes. Ya he pensado en una estrategia. Tristán no podrá causarnos problemas en Solarenia.
-Está bien–Dafne estaba preocupada, aún inquieta por la situación de Agustín.
-¿Ha habido algún extraño visitándote últimamente? -le preguntó Agustín.
Había asignado dos guardaespaldas para proteger a Dafne día y noche. Si alguien sospechoso apareciera, ellos le informarían de inmediato, pero aun así quería confirmarlo personalmente.
Dafne negó con la cabeza -No, nadie ha venido.
-Bien, no confíes en ningún extraño.
-Lo sé.
En la tenue y sugestiva luz de una suite de hotel.
Un hombre, con los ojos cerrados, exclamaba apasionadamente: -¡Dafne, Dafne…!
-Bruno, ¿qué demonios…?
-¡Paf! -Bruno de repente levantó la mano y abofeteó a Macarena.
-¡Cállate! ¡Te dije que no hablaras mientras estamos en la cama!
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Capitulo 209
Mientras no hablara, él podía imaginar que ella era Dafne.
Macarena aguantó las lágrimas, mordiéndose los labios con gran tristeza.
La cama de la suite temática estaba cubierta de pétalos de rosa, y la luz rosada creaba una atmósfera extremadamente intima.
La iluminación era tenue, y el rostro de Macarena no se distinguía bien, lo que permitía a Bruno imaginarse que era Dafne.
En los últimos días, Macarena había comenzado a imitar a Dafne de manera irremediable.
Su fisico era parecido al de Dafne, y su rostro tenía cierto parecido.
En su momento, Bruno le había dicho que cuando empezó a salir con Dafne, vio algo de Macarena en ella.
Macarena también había mencionado en su primer encuentro con Dafne que se parecían
mucho.
En ese momento, Macarena lo dijo solo para provocar a Dafne, para hacerle ver que era solo un reemplazo.
Las vueltas que da la vida.
Ahora, Macarena estaba dispuesta a ser la sustituta de Dafne. Imitaba su forma de vestir, su maquillaje y su peinado, y usaba su perfume habitual.
Esto demostraba que el amor de Bruno por Dafne no era tan fuerte, o más bien, que los hombres pueden separar el deseo del amor.
Aunque él decía que no podía vivir sin Dafne, se dejó llevar por las insinuaciones de Macarena.
A pesar de que el nombre que salía de su boca era el de otra mujer, eso ya no le importaba a
Macarena.
Mientras pudiera estar al lado de Bruno, cualquier sacrificio valdría la pena.
En la Villa de la Paz.
Inés la llamó, emocionada -Srta. Rosales, Yolanda podrá salir del hospital mañana. Voy a buscarla, ¿quieres venir?
-No, no puedo salir últimamente.
-¿Ha pasado algo?