Capítulo 214
El viento frío se colaba por el agujero del parabrisas, silbando.
Dafne se encogía con dificultad, temblando de miedo.
Acababa de escapar de la muerte una vez más.
En ese instante, sintió claramente la intención asesina de Tristán.
Tristán se atrevía a usar un arma abiertamente en Solarenia, realmente estaba loco de remate.
Frente a la emergencia, Agustín se mantenía sereno y tranquilo.
-Están preparados para esto le dijo Agustín con voz grave y rápida. Dafi, agáchate y no te
muevas.
Habían sido descuidados.
Agustín pensó que los había dejado atrás, pero aun así los persiguieron.
Dafne casi fue alcanzada por una bala.
Agustín frunció el ceño, sus ojos reflejaban una peligrosa resolución.
Luego aumentó la velocidad del coche al máximo, girando el volante de un lado a otro, manejando en zigzag, esquivando ágilmente una bala que se dirigía al asiento del conductor.
Con un fuerte “¡bang!“, una bala alcanzó el espejo retrovisor, haciéndolo añicos, y los pedazos de vidrio volaron por todas partes.
Dafne se tambaleó dentro del coche, chocando contra todo.
Detrás del Bugatti, dos autos se acercaban rápidamente.
Un Aston Martin negro y un Porsche plateado, ambos intentaban rodear al Bugatti de Agustín.
En el asiento del copiloto del Porsche, un hombre sostenía un rifle de francotirador, ese hombre era el que estaba disparando.
Agustín redujo ligeramente la velocidad.
Con una mano en el volante, sacó con la otra una pistola del lado del asiento del conductor, cargándola con una sola mano.
Normalmente, Agustín no llevaba armas en el coche, pero esta vez la había preparado por si Tristán los atacaba.
Justo cuando el Aston Martin estaba a punto de alcanzar al Bugatti, Agustín de repente disminuyó la velocidad, colocándose junto al Aston Martin. En ese breve instante, levantó la pistola y disparó, la bala salió por la rendija de la ventanilla.
El vidrio del Aston Martin se rompió, creando un agujero.
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Capitulo 214
La bala alcanzó al conductor, y el coche se desvió bruscamente, estrellándose contra la barrera
lateral de la carretera.
El lado frontal del Aston Martin se hundió, la barrera se deformó por el impacto, y un humo negro comenzó a salir del capó del coche.
El Porsche, un poco más atrás, disminuyó la velocidad al ver el accidente del otro auto,.
Agustín aprovechó la oportunidad, manejando con una mano y disparando con la otra, giró rápidamente y disparó varias veces hacia el coche de atrás.
Las balas perforaron el parabrisas trasero.
El conductor del Porsche, al intentar esquivar las balas, giró el volante frenéticamente. A diferencia de Agustín, no mantenía la calma, y el Porsche perdió el control, saliendo de la carretera y cayéndose por el precipicio.
Dafne, aún agachada en el coche, no vio nada de lo que sucedía afuera. Solo sintió el coche desacelerar un instante, seguido de un estruendo, como si un coche hubiera chocado contra la barrera.
Afuera todo era caos y peligro, pero Dafne se mantuvo obediente, sin levantar la cabeza ni
moverse.
Finalmente, el Bugatti perdió a sus perseguidores, acelerando a través de la distancia. Agustín, al asegurarse de que estaban fuera de peligro, finalmente se relajó. -Bien, Dafi, ya puedes levantarte.
Dafne se incorporó lentamente.
Agustín redujo la velocidad, mirándola de reojo. Dafne tenía el rostro pálido, los ojos aún llenos de miedo, evidentemente muy asustada.
-¿Era Tristán? -le preguntó Dafne, su voz temblorosa.
Agustín negó con la cabeza. -Él no debería aparecer aún. El tipo con el arma era probablemente uno de los mercenarios que Tristán trajo de Aquilinia.
Dafne, todavía en shock, sentía el sudor frío en su piel. -Él realmente está loco.
Agustín se sentía culpable. -Lo siento, Dafi, por ponerte en peligro otra vez.
Tal vez debería considerar seriamente lo que Baltasar le había dicho…
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