Capítulo 216
Agustín permaneció en silencio durante un buen rato.
El anciano lo aconsejó pacientemente: -Baltasar es un hombre de negocios honesto, nunca ha vivido este tipo de conflictos violentos. Aunque les pongas guardaespaldas, no podrás protegerlos todo el tiempo. Ya lo has visto, en esta lucha entre tú y Tristán, los primeros en salir heridos fueron la familia Rosales.
Los ojos oscuros de Agustín eran tan profundos y tranquilos como un abismo insondable. Tragó saliva, y el rojo en el borde de sus ojos era evidente.
-Abuelo, ¿estás seguro de que si termino con Dafne, Tristán la dejará en paz?
y -Por eso debes terminar de verdad con ella, no fingir una ruptura. Dafne es de mente sencilla no sabe actuar. Si le dices que es una ruptura falsa, seguro que se delatará. Agustín, debes ser decisivo y cortar por completo con esa chica.
El dolor apareció en los ojos de Agustín. -Le prometí que nunca haría nada para lastimarla.
-Esto no es lastimarla, es protegerla.
-Abuelo, Tristán atacó a la familia Rosales porque sabe que Dafne es mi punto débil. No creo que solo por terminar con ella, él crea que ya no le será útil atentar contra ella.
El anciano negó con la cabeza: -No, él lo creerá. Con tu posición como el único heredero del Grupo Junco, creerá que no eres un hombre fiel y dedicado. Alguien de tu origen debería ser encantador y romántico.
Agustín dejó escapar una amarga sonrisa. -Abuelo, dame algo de tiempo para pensarlo.
El anciano le dio una palmada en el hombro a Agustín y le habló con sinceridad: -Agustín, yo puedo esperar, pero la familia Rosales no puede.
Agustín cerró los ojos y su pecho subía y bajaba, como si luchara por contener algo.
-Ay, si realmente te gusta esa chica… -le dijo el anciano con paciencia-, después de que resolvamos el asunto con Tristán, puedes volver a buscarla y reconquistarla, ¿no?
La voz de Agustín salió un poco ronca, y sus ojos mostraban confusión. Su mente estaba llena de desconcierto. Era la primera vez que Miguel veía esa expresión en su rostro. -¿Y si para entonces ella ya no quiere estar conmigo?
Miguel no sabía cómo responderles.
Entendía los sentimientos de Agustín, pero tampoco podía garantizarle nada. El corazón humano cambia rápidamente, ¿y quién puede adivinar lo que quiera ella en el futuro? Además, esta vez fue Agustín quien le propuso la ruptura, así que ella no tiene por qué esperarlo.
Él necesitaba que Agustín fuera firme con su ruptura, solo así ella perdería la esperanza, y Tristán la dejaría en paz.
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Capítulo 216
Pero si Agustín era demasiado duro y hería el corazón de la chica, ¿por qué ella querría reconciliarse después?
Era un dilema sin solución.
El anciano pensó por un momento y le dijo con un tono de voz serio: -Agustín, si no quieres terminar de verdad, háblalo con ella y pídele que actúe contigo. Claro, siempre y cuando puedas asegurar que ella pueda interpretar bien el papel, sin delatarse ni poner en peligro a su familia.
Agustín se quedó en silencio
Eso no funcionaría.
Dafne no sabe guardar secretos. Si no es firme con ella, cada vez que lo vea, su mirada la delatará, y otros lo notarían.
-Piénsalo bien le dijo el anciano levantándose-. Esta vez solicité regresar a Silvania para cancelar el compromiso con la familia Rosales. Piénsalo y mañana dame una respuesta. Mañana por la noche iremos juntos al hospital a disculparnos con Baltasar.
Agustín bajó la mirada, sin decir nada, cubierto por una atmósfera de tristeza y melancolía.
Sabiendo que necesitaba un momento de soledad, Miguel no le dijo más y subió las escaleras.
El salón estaba desierto, con las puertas y ventanas bien cerradas, sin permitir que ni una brisa entrara, dejando el aire tan denso que le costaba respirar.
Agustín se ajustó el cuello de la camisa, sintiendo un dolor punzante en su pecho.
La luz del sol invernal atravesaba la ventana, proyectando sombras sobre el suelo pulido.
Agustín se quedó en un estado de soledad y desolación.