Capítulo 227
En una habitación del segundo piso de la villa.
Las ropas de un hombre y una mujer estaban regadas por el suelo, y una media negra rasgada colgaba del sofá.
Tristán estaba recostado en el cabecero de la cama, fumando un cigarrillo con una actitud despreocupada, con una expresión de satisfacción en su rostro.
La chica a su lado tenía una mirada seductora, todavía inmersa en el momento.
El teléfono vibró, Tristán inhaló el humo y respondió con calma.
Mauro, con respeto, le dijo: -Tristán, la familia Rosales acaba de realizar una conferencia de prensa anunciando la ruptura del compromiso de Agustín con Dafne. Además, se rumorea en internet que Agustín fue visto entrando a un hotel con una actriz famosa, lo que sugiere una posible infidelidad de Agustín.
-Jaja. -Tristán soltó una risa despectiva-. Pensé que era todo un romántico, pero resulta ser igual de infiel que su padre.
Mauro continuó: -¿Y la familia Rosales…?
Tristán bajó la mirada, pensativo por un momento
sea solo una fachada para engañarme.
-Entendido, Tristán.
–
Sigue vigilándolos, puede que esa ruptura
-Presta especial atención a los movimientos de Dafne, infórmame de cualquier novedad.
-Sí.
Dafne descanso un día en casa, se recuperó y volvió al bufete para trabajar.
Estos días todo estaba en calma, sin incidentes extraños, tanto ella como su familia estaban
bien.
Dafne esbozó una sonrisa amarga, parecía que romper el compromiso tenía sus beneficios, al menos ese loco de Tristán no la lastimaría más a ella ni a su familia.
Al entrar al bufete, sus compañeros de trabajo la saludaron.
Dafne les respondió cortésmente con una leve sonrisa, avanzando con sus zapatos de tacón medio negros hacia su oficina,
El despacho tenía un código de vestimenta, era obligatorio usar traje formal y zapatos negros. Hoy Dafne llevaba un traje negro, su cabello largo estaba recogido en un moño, el corrector cubría sus ojeras y un pintalabios rojo vintage le daba color al rostro. Era completamente diferente de los días anteriores, nadie podría notar que acababa de pasar por una ruptura.
Capítulo 227
El supervisor le asignó tres casos nuevos, y Dafne pronto se sumergió en el trabajo, analizando en detalles los casos.
Después de que Helena, la anterior supervisora, renunció a su cargo, Sabina, la nueva supervisora, la sustituyó.
Sabina no tenía ningún motivo para actuar contra Dafne, ni tenía ningún tipo de rencillas personales con ella, por lo que el ambiente laboral de Dafne mejoró considerablemente.
Ese día, al terminar su jornada, Dafne decidió quedarse a trabajar un poco más para terminar sus tareas. Cuando apagó las luces para irse, de repente escuchó un leve sollozo afuera.
Frunció el ceño suavemente, cerró la puerta de su oficina y salió a ver qué pasaba.
El llanto provenía del área de trabajo de los asistentes.
Los asistentes legales no tenían oficina propia, todos trabajaban en un área común, con divisores que separaban los escritorios.
Al acercarse, Dafne se dio cuenta que la que lloraba era Inés.
-Inés, ¿qué te pasa? -le preguntó Dafne con preocupación y en voz baja-. Cuéntame lo que sucede.
Inés tomó un pañuelo y se secó las lágrimas torpemente-. Srta. Rosales, estoy… estoy bien…
Dafne acercó una silla de un escritorio cercano y se sentó-. No tienes que fingir conmigo,
cuéntame, veamos si puedo ayudarte en algo.
Los ojos de la joven estaban rojos, y después de un momento de silencio, le dijo entre sollozos-: No es gran cosa, yo…
En ese momento, dos compañeros de trabajo pasaron cerca de ellas, e Inés, temerosa de que la escucharan, se detuvo.
Dafne inmediatamente la entendió-. ¿No es un buen momento para hablar? ¿Tienes algún plan para esta noche? Si no, podemos cenar juntas.
-No tengo ningún plan.
-Está bien, entonces recoge tus cosas, vamos a cenar.
Dafne, considerando las preferencias de Inés, eligió un restaurante de asados.
Este lugar tenía una decoración muy elegante, con luces tenues que creaban un ambiente acogedor.
Inés había escuchado sobre este lugar, un era restaurante de alta categoría, parecía muy caro.
La joven mostró algo de incomodidad en su rostro-. Srta. Rosales, ¿no será muy caro aquí?
Dafne sonrió-. Te invito yo, somos amigas, no te preocupes.
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16:16 T
Después de pasar por toda esa serie de eventos con Marcelo y Yolanda, la relación entre Dafne e Inés se había estrechado aún más. Ahora, no solo eran compañeras de trabajo, sino también buenas amigas.
Inés seguía sintiéndose un poco incómoda. -Esto… esto no está bien, ¿verdad?
-No te preocupes. Estás triste, y como soy tu amiga, te estoy invitando a cenar para animarte. ¿Qué tiene de malo?–