Capítulo 230
-¿Verdad que sí? ¿Qué tal, elegí un buen lugar para la fiesta? -Iris sonreía con picardía.
Penélope asintió con una sonrisa. ¡Sí, sí!
-¿Eh? ¿Por qué Dafi aún no ha llegado? -Iris miró hacia la puerta y sacó su teléfono-. Voy a llamarla para ver qué pasa.
En eso, la puerta se abrió.
Iris levantó la cabeza sonriendo-. Justo iba a llamarte para… ¿qué diablos?
Quien entró no fue Dafne, sino Agustín.
Junto con Maya.
La sonrisa de Iris se congeló en un instante, y su rostro se llenó de enojo-. ¿Quién los invitó aquí?
Penélope negó con la cabeza, mostrando que no tenía nada que ver.
Eduardo también indicó que no sabía nada.
Jaime le habló con timidez. ¿No dijiste que querías hacer una fiesta con amigos? ¿Cómo íbamos a dejar fuera a mi buen amigo?
-¿De verdad eres tan tonto? -Iris explotó-. ¿No sabes que él engañó a Dafi? Incluso se fue de fiesta con otra mujer. Hoy organicé esta fiesta para consolar a Dafi, para hablar con ella, y a ti se te ocurrió traer a Agustín, ¿qué significa eso?
-¿Eh? -Jaime se quedó perplejo-. Nunca me dijiste que no trajera a Agustín, somos amigos desde hace más de diez años…
Jaime se pasó la mano por la cabeza y suspiró-. No te enojes tanto, si terminaron, terminaron y ya está. Todos pertenecemos al mismo círculo, es inevitable encontrarse. No podemos cortar lazos con uno de ellos solo porque terminaron, ¿verdad?
-Jaja -Iris rio con sarcasmo-. No puedo permitirme el lujo de ser amiga del el Sr. Junco, jadiós y hasta nunca!
Jaime notó que Iris hablaba en serio y se puso nervioso-. Oye, no te pongas así, no es tan grave como para cortar relaciones con él. Escúchame…
-¡Cállate! -Iris lo interrumpió con firmeza-. Haz que se vayan. O se van ellos, o me voy yo.
Penélope quiso intervenir, pero al ver a Agustín y Maya juntos, ella también se sintió incómoda. Dafne era su mejor amiga, y por supuesto, estaba de su lado.
Aunque Agustín también era su amigo e incluso el amigo de infancia de su hermano, no podía perdonar a un infiel.
Penélope se unió a Iris en su protesta contra Agustín y Maya.
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-No discutan, por favor. El Sr. Junco y yo empezamos a salir después de que él terminara con la Srta. Rosales, él nunca la engañó -Maya sonreía amablemente.
-¡Tú también cállate! -Iris no le dio ninguna oportunidad de excusarse.
Jaime suspiró y tomó a Iris del brazo-. No te metas, por favor, esto es solo un malentendido.
Iris no conocía la relación entre Maya y Agustín, pero Jaime lo sabía
muy bien.
Cuando surgieron los rumores, Agustín les contó todo a Jaime y a Eduardo.
Claro, siendo el hijo del líder de Silvania, ningún medio se atrevería a publicar un rumor sin su consentimiento.
Eduardo incluso le advirtió a Agustín que tuviera cuidado de no herirle los sentimientos a Dafne, para que ella no se alejara de él para siempre.
Viendo la reacción de Iris, Jaime estuvo a punto de soltarle la verdad, pero Agustín lo detuvo
con una mirada.
Iris era alguien que no podía guardar un secreto. Si lo supiera, Dafne se enteraría pronto, y todo su esfuerzo habría sido en vano.
Mientras discutían, la puerta se abrió nuevamente.
-Perdón por la demora, tuve un contratiempo.
Dafne entró y se encontró con la mirada de Agustín, y su corazón se detuvo por un instante.