Capítulo 245
Dafne caminó con el rostro frío, ignorándolos por completo.
Después de que se fue, Maya le dio un codazo a Agustín en el brazo -Oye, ¿puedes creerlo? Dafne está en el mismo vuelo que nosotros.
Agustín bajó la mirada y permaneció en silencio.
-Cambia esa cara de amargura. Se que es complicado, pero haz un esfuerzo, ¿eh?
A la mañana siguiente, muy temprano, Dafne llegó al campo de golf con el jefe.
Dafne llevaba un conjunto deportivo blanco, con una coleta alta que la hacía ver juvenil y llena de energía. Elías, al verla, no pudo evitar que sus ojos se iluminaran.
El jefe los presentó -Este es el Sr. Elías, del Grupo Líder. Sr. Elías, esta es Dafne Rosales, abogada de nuestro bufete.
Dafne le sonrió en saludo -Hola, Sr. Elías.
Esa sonrisa suave hizo que el corazón de Elías latiera con más fuerza.
-No esperaba que en su bufete hubiera una abogada tan joven y guapa -le dijo Elías, riéndose. Dafne sonrió, sin responder, mientras que el jefe le hizo eco.
-¿Sabes jugar al golf? -le preguntó Elías.
Dafne negó con la cabeza -Solo sé un poco, no es que me apasione tanto.
Al escuchar eso, Elías vio una oportunidad y sonrió aún más -No te preocupes, puedo
enseñarte.
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-¿De qué platican tan animadamente? -los interrumpió un hombre.
Dafne se quedó inmóvil.
Agustín se acercó, acompañado por otro hombre.
Elías se dirigió a él con respeto, su tono de voz era completamente diferente al de antes -Sr. Junco, ¿también vino a jugar al golf? Estaba platicando con la Srta. Rosales y nos reímos un poco. Espero no haberlo molestado.
Dafne apretó su mano y levantó la mirada para encontrar la de Agustín, saludándolo de manera cortés y distante -Buenas, Sr. Junco.
El jefe, que no solía estar en la oficina ni seguir las noticias de entretenimiento, reconocía a Maya, pero no estaba al tanto de los rumores entre ella y Agustín. Mucho menos sabía que el presidente del Grupo Junco era el exnovio de Dafne.
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Aunque el jefe no solía tratar con personas del nivel de Agustín, era bueno leyendo la situación. Al ver la actitud respetuosa de Elías hacia ese hombre, comprendió de inmediato que debía ser alguien importante.
-Hola, Sr. Junco -saludó el jefe con respeto.
La mirada de Agustín se posó en Dafne.
Ella se había maquillado y con su conjunto deportivo y coleta alta parecía una estudiante universitaria, hermosa y llena de vitalidad, una imagen que captaba todas las miradas. No era de extrañar que ese viejo no dejara de mirarla.
Al bajar la vista, Agustín notó las largas piernas de Dafne bajo su falda corta, frunciendo ligeramente el ceño.
Viéndola vestida así, rodeada de dos hombres mayores, a Agustín le invadió una repentina sensación de furia.
Casi no pudo resistir la tentación de quitarse la chaqueta para atársela a la cintura de Dafne y alejar a esos dos hombres de su lado.
Con gran esfuerzo, Agustín reprimió su frustración y desagrado, respondiéndole con un tono de voz indiferente y sin expresión —Sí, bastante.
Elías asintió rápidamente -Lo siento mucho, Sr. Junco, seré más cuidadoso.
-Sigan platicando le dijo Agustín, dejando esas palabras mientras se alejaba.
Había venido al campo de golf para acompañar a un amigo que recién había regresado de Aquilinia.
Su amigo, llamado Viriato, había sido de gran ayuda en el proyecto de Tristán en Aquilinia, permitiendo que se completara rápidamente.
Una vez alejados, Viriato, quien había estado en silencio junto a Agustín, no pudo evitar sonreír con asombro -Agustín, si no me equivoco, esa era tu prometida, ¿no? Pero parece como si no se conocieran.
Hace más de diez años, Viriato emigró a Aquilinia. No conocía a Dafne, pero hace algunos años había visto una foto de ella en la villa de Agustín en Aquilinia.
En aquel entonces, Agustín había dicho que la chica de la foto era la joven de la que estaba enamorado en secreto.
Más tarde, Viriato volvió especialmente para asistir a la ceremonia de compromiso de Agustín y Dafne. Al ver que la prometida de Agustín era la chica que había amado en secreto durante mucho tiempo, lo felicitó por finalmente haber logrado su sueño.
-Nos separamos.
-¿Ah? -Viriato se quedó atónito-. ¿Cómo que se separaron? ¿No esperaste durante más de una década para finalmente estar con ella?
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Capítulo 245
El caddie a su lado le pasó un palo de golf.
Agustín lo tomó, golpeando una pelota mientras decía-: No quiero que ella se vea involucrada en mis problemas. Estuvo a punto de perder la vida por estar conmigo.
Viriato comprendió todo. En la ceremonia de compromiso anterior, la hermana de Dafne había sido secuestrada, Agustín había resultado gravemente herido, y la ceremonia tuvo que ser cancelada. Más tarde, supo que todo había sido planeado por la hija adoptiva de la familia Junco, y que quien la había apoyado en secreto había sido Tristán.
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