Capítulo 253
Cuando Dafne regresó de Maristela, ya se acercaba el fin de año. El bufete de abogados había cerrado por vacaciones debido a la proximidad de la Navidad.
El día que Dafne llegó al aeropuerto, se contagió de gripe y enfermó gravemente. Después de recibir tratamiento en el hospital, pasó días enteros acurrucada en su cama, mientras Elena, la empleada, le llevaba las comidas tres veces al día.
Un día antes de Nochebuena, Elena le llevó el almuerzo a la habitación de Dafne como de
costumbre.
Dafne tosió un poco y se sonó la nariz con un pañuelo -Elena, mañana ya es Nochebuena, termina tus tareas hoy y vete a casa a pasar la Navidad con tu familia.
Elena se mostró dudosa -Pero Dafi, todavía estás enferma. ¿Quién te cuidará si me voy?
-Es solo un resfriado, no es nada serio.
Elena le sugirió -¿Por qué no te llevo a casa de tu familia? Con tus familiares cuidándote, estaré más tranquila.
Baltasar había llamado hace unos días para preguntar cuándo salía de vacaciones.
Dafne había planeado regresar a casa tan pronto como el bufete cerrara para las fiestas navideñas, pero su gripe había llegado de repente. Con una niña pequeña en casa y Baltasar recién salido del hospital, temía contagiarles la gripe, así que decidió quedarse.
Dafne insistió -Mejor no voy, esperaré a recuperarme antes de volver.
Elena estaba preocupada -¿Vas a pasar la Nochebuena sola aquí? ¿Por qué no vienes conmigo a mi casa para pasar la Navidad?
Dafne negó con la cabeza -Elena, ¿te has olvidado de que en casa está Isabella, que es mayor y está frágil de salud? Si le contagio, ¿qué haríamos?
Recordando que en casa tenía a una anciana enferma, Elena se dio cuenta de la gravedad
-Entonces…
-No te preocupes, puedo cuidar de mí misma.
-Está bien.
Después de comer, Elena hizo una limpieza a fondo y dejó la casa impecable, luego fue al supermercado a comprar comida para las fiestas.
Una vez que terminó todo, abrió la puerta de la habitación de Dafne -Dafi, ya compré las cosas para la fiesta, hay frutas en la nevera y tus golosinas favoritas en la mesa de la sala.
Dafne, acurrucada bajo las mantas, con solo la cabeza asomando, le dijo -Gracias, Elena.
-Me voy ahora, si necesitas algo, llámame.
-De acuerdo. ¡Feliz Navidad, Elena!
-¡Feliz Navidad!
Al salir del complejo, Elena seguía preocupada por Dafne. Sacó su teléfono y llamó a Agustín.
-Sr. Junco, Dafne está enferma. Desde que volvió del hospital ha estado en cama y no mejora. Me pidió que volviera a casa para Navidad, pero no me siento tranquila dejándola sola.
Agustín se preocupó -¿Qué le pasó?
Elena le explicó -Parece que se contagió de gripe durante un viaje de trabajo y se enfermó justo al regresar.
-Ya entiendo.
Después de colgar, Agustín llamó de inmediato a Eduardo para contarle sobre la enfermedad de Dafne y pedirle que su hermana Penélope fuera a verla.
Penélope, al enterarse de que Dafne estaba enferma, la llamó de inmediato.
-Dafi, ¿por qué no me dijiste que estabas enferma? ¿Estás sola en casa ahora mismo?
Dafne, con la voz ronca debido al resfriado, le respondió desde su cama -Sí, pero es solo un resfriado, ya casi estoy bien.
-Voy a verte más tarde, ¿te parece bien?
que
al
-No hace falta, Penélope. Fui al hospital hace unos días, me dieron medicamentos y ya me
de siento mejor. Acabo de tomar mis medicinas y voy a dormir un poco. Estoy segura despertar estaré casi recuperada.
-Por cómo suena tu voz, no parece que estés casi recuperada -le dijo Penélope, preocupada-. Llevaré al médico de la familia para que te revise.
Dafne insistió -De verdad, no te molestes.
-Dafi, no me digas que esto es una molestia.
Una hora después, Penélope tocó el timbre de la casa de Dafne.
No mucho después, se escucharon pasos muy suaves dentro de la casa.
Dafne abrió la puerta con pasos vacilantes y débiles.