Capítulo 263
El diez de enero, Dafne regresó al bufete para comenzar a trabajar nuevamente.
En su primer día de trabajo, el bufete recibió una visita inesperada.
Fátima, con un vestido de alta costura de una marca de lujo y llevando un bolso Hermès de edición limitada, entró con confianza en el Bufete Justicia, dirigiéndose directamente a la
oficina de Dafne.
La puerta de la oficina no estaba cerrada con llave, y Fátima entró sin llamar.
Dafne estaba al teléfono, y al levantar la vista y ver a Fátima entrar sin permiso, frunció
levemente el ceño.
-Entonces haz eso, tengo un asunto aquí, te llamo luego.
Fátima se sentó en el sofá como si fuera dueña del lugar, dejando su bolso a un lado mientras inspeccionaba la oficina de Dafne -Vaya, este lugar es realmente pequeño, ¿este hueco es lo que llamas una oficina?
Dafne colgó el teléfono y la miró sin expresión en el rostro -¿Qué haces aquí?
Fátima sonrió con desdén -Olvidé decirte, he invertido en tu bufete, ahora soy una de las jefas de aquí, soy tu superior.
Los ojos de Dafne permanecieron tranquilos, como si no le sorprendiera en absoluto -¿Y qué?
Fátima sonrió, mirando a Dafne -Hoy no hay nadie más aquí, así que no voy a fingir, Dafne, realmente te detesto, ¿lo sabías?
Dafne se tomó un sorbo de agua con calma -¿De verdad? Qué coincidencia, tú tampoco me caes bien.
-Jaja. -Fátima se rio despreocupadamente -Mi abuela tenía razón, ustedes los abogados son todos de lengua afilada, solo puedes lucirte delante de mí. Solía llamarte cuñada porque eras la prometida de mi hermano, ¿pero de verdad te crees tan importante?
Los ojos de Fátima brillaron con satisfacción mientras le decía con burla -¿Aún no lo sabes? Mi abuela le está presentando pretendientes a mi hermano, tú y él nunca volverán juntos.
Dafne se detuvo por un momento, sintiendo una punzada en el corazón.
Pero no mostró su dolor frente a Fátima.
Dafne levantó la cabeza, con una sonrisa impecable–Muy bien, eso significa que aún sin mí no podrás casarte con Agustín. Si tu abuela le está presentando pretendientes a Agustín, ¿cómo es que aún puedes estar tan alegre? Si fuera tú, estuviera llorando un mar de lágrimas.
La sonrisa de triunfo de Fátima se congeló de inmediato.
La burla en sus ojos se transformó en sorpresa -¿Tú, tú ya lo sabías?
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Captio 243
Dafne soltó una carcajada fría -Tus intenciones hacia tu hermano son obvias para cualquiera que te vea desde fuera, pero siempre has tenido cuidado frente a la familia Junco, de lo contrario, la Sra. Junco ya te habría expulsado de la familia.
El rostro de Fátima se palideció ligeramente -¿Y qué si lo sabes? ¡Incluso si se lo dices a la familia Junco ahora, nadie te creería!
-¿Crees que soy como tú? -Dafne le replicó con frialdad, con sus ojos mostrando desdén -¿Qué tienen que ver conmigo tus intenciones hacia Agustín? Al final del día, eres la hija de la que fue sirvienta de la familia Junco y la hija adoptiva de la Sra. Junco, ella nunca tolerará que tengas esos sentimientos hacia Agustín.
Fátima se levantó de un salto, furiosa -¿Y qué importa? ¡Por él, estoy dispuesta a no casarme nunca! ¡Y tú, nunca podrás tener nada que ver con él otra vez!
El corazón de Dafne tembló, y una sombra de tristeza pasó por sus ojos.
-Entonces te deseo buena suerte. -Dafne bajó la mirada para ocultar sus emociones,
comenzando a recoger sus cosas del escritorio.
-¿Qué piensas hacer? -le preguntó Fátima.
Dafne no le respondió.
Pronto se levantó, abrió la puerta de la oficina y salió.
Luego fue a la oficina del director del bufete.
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