Capítulo 277
Después de que Olivia se bajó del avión, esperó en la salida a que Dafne viniera a recogerla.
Se quedó durante media hora sin ver aparecer a Dafne, así que sacó su teléfono y la llamó.
Pero lo único que escuchó fue una voz mecánica informándole que el número marcado estaba fuera de servicio. ¿Cómo podría estar fuera de servicio de repente? ¡Hace apenas una hora habían hablado!
Olivia tuvo un mal presentimiento.
¿Le habría pasado algo a Dafne?
Al no poder comunicarse por teléfono, de inmediato abrió WhatsApp para hacerle una videollamada a Dafne.
Pero nadie contestó y la llamada se cortó automáticamente.
Olivia intentó llamarla cinco veces más sin éxito, y comenzó a preocuparse.
Cuando habia hablado con Dafne, ella le dijo que llegaría al aeropuerto en unos veinte minutos, pero ya habían pasado cuarenta minutos y no había rastro de ella, no contestaba el teléfono, ni las videollamadas de WhatsApp.
En Silvania, Olivia no conocía a nadie más aparte de Dafne.
En su desesperación, Olivia recordó que Dafne le había mencionado el nombre de su bufete y que en uno de los mensajes estaba la dirección del mismo.
Se llamaba Bufete Sabiduría.
Olivia buscó rápidamente la página web del bufete y encontró su información, incluyendo el número de teléfono fijo del local.
Llamó al número, pero después de sonar por un buen rato, nadie le contestó.
Olivia, presa del pánico, olvidó por completo que ya era hora de cierre y que no habría nadie en la oficina, por lo que llamar no serviría de nada.
Sin más opciones, Olivia decidió llamar a la policía.
La policía contactó de inmediato a la familia de Dafne para confirmar si ella estaba con ellos.
Baltasar y Clara, al enterarse de la desaparición de Dafne, comenzaron a llamar a los amigos de Dafne para preguntarles si estaba con ellos.
Cuando Iris recibió la llamada, estaba bebiendo- No, Dafi no está conmigo.
Baltasar le habló rápido y con urgencia- ¿Puedes intentar contactarla? No puedo comunicarme con Dafi.
-Señor, no se preocupe, intentaré comunicarme con Dafi- le respondió Iris antes de colgar y tratar de contactar a Dafne.
Tal como Baltasar había dicho, Dafne no contestaba el teléfono ni las llamadas por WhatsApp.
Iris se dio cuenta de que algo andaba mal y rápidamente le informó a Agustín.
El coche negro que había chocado con el de Dafne tenía el parachoques, pero aún funcionaba y podía seguir circulando.
El hombre que bajó del coche era mucho más hábil que el primero, y Dafne no fue rival para él. Después de una breve lucha, fue inmovilizada, atada de manos y pies, y metida en el coche.
-¿Por qué me están secuestrando? ¿Es por dinero? -le preguntó Dafne.
El hombre que conducía se rio a carcajadas, como si hubiera escuchado un chiste–¿Por dinero? Tristán no necesita tu dinero.
-¿Tristán? -Dafne se asustó más al oír ese nombre.
Recordando el momento en el que casi perdió la vida en la calle, el rostro de Dafne se palideció- ¿Ustedes trabajan para Tristán Farias?
El hombre que conducía se enfureció repentinamente- ¿Te atreves a mencionar el nombre de nuestro jefe? ¿Acaso quieres
morir?
Desde el asiento trasero, Mauro, el guardaespaldas personal y asistente de confianza de Tristán, le habló con voz firme- ¿Conoces a Tristán?
Una chispa de burla brilló en los ojos de Dafne–¿Cómo no lo iba a conocer? Casi me mata.
Mauro guardó silencio por un momento- Ya que lo sabes, no tengo problema en decirtelo. Tu hombre nos causó grandes. pérdidas, así que solo estamos devolviendo el golpe con su mujer.
-¿De quién hablas? -Dafne esbozó una sonrisa irónica. ¿Te refieres a Agustín? Jajaja, ¿no sabes que ya terminamos hace tiempo? Si están buscando a su mujer para vengarse de él, se equivocaron de persona, yo ya no tengo nada que ver con él.