Capítulo 297
Al escuchar esas palabras, todos los presentes se quedaron atónitos.
Carlos frunció el ceño y le dijo con un tono de voz serio: -Aquí todos somos de la familia, Agustín. ¿Qué quieres decir con eso? ¿Insinúas que alguien de nosotros filtró información a un extraño para perjudicarte?
Paula también intervino: -Sí, Agustín, antes de irte nos pediste específicamente que no llamáramos a la policía. Aunque esté más vieja y olvidadiza, no me he olvidado de eso. No fuimos nosotros quienes llamamos a la policía. Tu vida corría mucho peligro, y nunca pondríamos en riesgo tu seguridad de esa manera.
Baltasar añadió: -Puedo garantizar que ni yo ni Clara revelamos nada. Dafi todavía estaba en manos de ellos, y si se filtraba esa información, tanto Dafi como tú podrían haber muerto. Nosotros no tomaríamos ese riesgo. Incluso después de que te fuiste, poco después Jana desapareció, pero seguimos tus instrucciones de no llamar a la policía.
Elsa le replicó a Agustín: -Debe haber algún malentendido aquí.
Fátima le comentó: -Sí, hermano, debe haber un malentendido. ¿Podría ser que algún amigo o compañero de trabajo de Dafne haya dicho algo sin querer, y luego alguien con malas intenciones lo escuchó y llamó a la policía para perjudicarte?
Agustín no le había respondido todavía cuando Dafne de repente se echó a reír.
Ella torció un poco los labios, sus ojos brillaban como si estuvieran cubiertos de hielo:
-Fátima, la persona que llamó a la policía fue Bruno. ¿Acaso no fuiste tú quien le contó todo?
El rostro de Fátima se palideció al instante: -Dafne, ¿de qué estás hablando? Yo jamás…
De repente, un golpe fuerte y claro resonó.
Antes de que Fátima pudiera terminar de hablar, Dafne le dio una bofetada.
Fue rápida y certera, y todos en la familia Junco, incluido Baltasar, se quedaron estupefactos, sin saber cómo reaccionar.
Fátima se cubrió el rostro, con sus ojos llenos de lágrimas, y le dijo con voz dolida: -Dafne, sé que nunca te he caído bien, pero no puedes acusarme sin pruebas en un momento como este… Mientras decía esto, Fátima se giró hacia Paula, cubriéndose la cara: -Abuela, tienes que defenderme.
El rostro de Paula se oscureció de repente: -¡Dafne, cómo te atreves a abofetear a Fati delante de nosotros! ¡No tienes ni un poco de educación! ¿Es así como te educaron tus padres, golpeando a la gente sin motivo? ¿Y decían que eras una joven educada de una familia adinerada? ¡Pareces más bien una barriobajera!
Carlos también puso mala cara. Fátima, después de todo, era su hija adoptiva, una de los
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Junco. Que Dafne le diera una bofetada a Fátima en su presencia era como un insulto directo a él y a su familia.
Con un tono de voz desagradable, Carlos le dijo: -Dafi, te has pasado. Si tienes algo que decir, hazlo con palabras, no con golpes…
-Dafi, tranquila… -intervino Elsa.
A diferencia del resto de la familia Junco, la primera reacción de Agustín fue dar un paso adelante y proteger a Dafne, temiendo que Fátima pudiera reaccionar y lastimarla.
Por supuesto, Fátima no era rival para Dafne en una pelea.
Pero aun así, Agustín se colocó instintivamente frente a Dafne.
Ese gesto fue como una puñalada en el corazón de Fátima, haciéndola palidecer aún más.
Baltasar, inicialmente aturdido, al escuchar a Paula insultar a su hija, se olvidó cualquier consideración por la edad o cortesía y se lanzó a defender a su hija.
-Paula, te respeto por quién eres y siempre te he tratado con cortesía, ¿pero insultar a mi hija llamándola barriobajera? ¿Cómo puedes llamar a Dafi así y luego defender a Fátima? En la fiesta, Fátima acusó falsamente a Dafi, y tú, sin averiguar la verdad, te pusiste del lado de Fátima para humillar a nuestra Dafi. Dafi revisó las cámaras de seguridad y ustedes ni siquiera se atrevieron a mirarlas, ¿ya lo olvidaste? ¿Así es como educas a tu nieta? Viendo el comportamiento de tu nieta, estoy seguro de que Dafi tenía sus razones para darle una
bofetada.
Baltasar, lleno de ira, exclamó con voz fuerte: -¡Y ahora esto, Dafi fue secuestrada por culpa de ustedes! ¡Mi hija Jana está ahora en manos de ese hijo psicopata de ustedes, y no sabemos nada de ella! ¡Si realmente fue Fátima quien filtró la información, no sólo le daría una bofetada, tendría ganas de matarla! ¡Una bofetada es mucho menos de lo que se merece!
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