Capítulo 32
-Levántame a las diez de la mañana -Dafne estaba sentada en el sofá, mirando a Agustín.
Tenía una mancha de leche blanca en los labios, una imagen que era sumamente atractiva.
Agustín sintió que su mirada se oscurecía un poco, tragó saliva y desvió la vista incómodo-. Duerme temprano, buenas noches.
Después de decir esto, no esperó a que Dafne le respondiera y se dirigió directamente hacia las
escaleras.
Dafne, ajena al torbellino de emociones de Agustín, apartó la vista y continuó bebiendo su leche lentamente.
Al día siguiente, antes de que sonara el despertador, Agustín llamó a la puerta de la habitación
de Dafne.
-Dafi, es hora de levantarse.
Dafne abrió los ojos, sacó el celular de debajo de la almohada y miró la hora, eran las nueve
cincuenta y nueve.
La levantó exactamente a la hora que le dijo.
Después de asearse y arreglarse, Dafne salió y encontró el desayuno ya servido en la mesa.
Eran unos sándwiches que parecían bastante sencillos.
Dafne se sentó, tomo un sándwich y lo probó. Sus ojos se iluminaron de repente-. ¿Cómo es posible que tengan el mismo sabor que el de la tienda cerca de nuestra oficina?
Agustín, que estaba sentado enfrente, no levantó la vista y le respondió con un simple -Mmm.
Dafne no estaba segura de lo que quería decirle.
Tomó otro bocado del sándwich, y efectivamente, el sabor era igual al de su lugar favorito.
Dafne miró a Agustín con sospecha-. ¿Lo compraste en la tienda detrás de nuestra oficina?
-Sí. -Le respondió Agustín, sin mostrar emoción alguna.
Dafne estaba intrigada-. ¿Cómo sabes de esa tienda?
Ese lugar estaba bastante lejos de este hotel, al menos a diez kilómetros de distancia.
¿Por qué Agustín habría ido tan lejos a comprar el desayuno?
Dándose cuenta de que no podía seguir ocultándolo, Agustín le confesó-. Antes… vine a Aguamar a verte.
Dafne se quedó atónita.
15:23
¿Agustín había venido a Aguamar a visitarla?
¿Por qué no lo sabía?
-¡Cof, cof, cof! -Estaba tan sorprendida que se atragantó.
Agustín rápidamente le pasó un pañuelo-. Come con calma.
-¿Cuándo viniste? ¿Por qué no lo sabía?
-En el primer año que te fuiste, el segundo año, y también este año -le respondió Agustín con calma y franqueza.
El corazón de Dafne dio un vuelco, sintiendo que la sangre apenas le llegaba a su cerebro.
Era increíble que Agustín viniera cada año a Aguamar a verla, y siempre en secreto.
No era de extrañar que la habitación mostrara señales evidentes de uso, parecía que él venía con frecuencia.
Algo empezaba a tomar forma en su mente, y su corazón comenzó a latir con fuerza.
No se atrevía a pensar demasiado en ello, así que cambió rápidamente de tema-. Gracias, Agus, los sándwiches de esta tienda son realmente deliciosos.
Agustín notó cómo las orejas de Dafne se ponían rojas, como si fueran a sangrar, y una sonrisa apareció en sus labios.
Él no la delató, y continuó hablando como si nada. Por cierto, conozco a una restauradora muy talentosa. Fue invitada a restaurar artefactos de nivel nacional. Quizás pueda ayudarte.
-¿De verdad? -Dafne levantó la mirada de repente, llena de sorpresa y esperanza.
Agustín asintió-. Sí, cuando regresemos a Silvania te llevaré a conocerla.
-De acuerdo.
Las palabras de Agustín fueron como un bálsamo de tranquilidad para ella, y el corazón de Dafne, que había estado inquieto toda la noche, parecía haber encontrado consuelo.
No sabía exactamente por qué, pero confiaba mucho en Agustín.
Si él decía que la restauradora era muy hábil, entonces estaba segura de que su figura de cerámica podría ser reparada.
Esa mañana, el ánimo de Dafne había cambiado radicalmente. Agustín le había dado demasiadas sorpresas hoy, y de repente se preguntaba qué más podría haber en su vida que ella no conocía.
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