Capítulo 34
Agustín estaba sentado en la sala de audiencias, observando a una Dafne activa en el estrado, y un sentimiento de orgullo lo invadía, sus ojos destilaban admiración y afecto.
Su Dafi, realmente era excepcional.
Al terminar la audiencia, Agustín le pasó una botella de agua mineral. Toma un poco de -Gracias -Dafne se tomó un par de sorbos-. La sentencia se dictará en otro día, pero hay muchas posibilidades de que ganemos.
agua.
-Dafi, durante el debate tus ojos brillaban intensamente, y tu mirada era tan firme que no pude evitar sentirme atraído por ti.
Al escuchar esto, Dafne sonrió con un poco de timidez. -¿De verdad? Yo también siento que a veces me transformo en otra persona durante mis juicios.
-Lo hiciste muy bien la elogió Agustín sinceramente-. Sin duda, serás una abogada de
renombre en el futuro.
Dafne sonrió radiante. -Espero que tus palabras se hagan realidad.
De repente, recordó a Bruno.
Llevaban tres años de relación, y él nunca se preocupó por su trabajo, mucho menos por asistir a una audiencia. Solo sabía que su salario mensual no alcanzaba para que él saliera a cenar o beber con sus amigos.
No solo no se interesaba por su carrera, sino que tampoco respetaba su esfuerzo y su
dedicación.
Hubo una vez que ganó un caso valorado en más de quinientos mil dólares, y recibió una considerable suma como honorarios. Emocionada, compartió su alegría con Bruno, pero él
solo la desanimó.
Recordaba cómo Bruno había curvado sus labios con desdén, diciéndole: -En nuestra empresa, cualquier contrato supera el millón de dólares. ¿Tanta algarabía por un caso de quinientos mil? Dafne, ¿de verdad crees que tener ese trabajo vale la pena? ¿Por qué no renuncias? Yo puedo mantenerte.
Desde entonces, nunca volvió a compartir con Bruno nada relacionado con su trabajo.
Tal vez él tenía cierto cariño por ella, pero solo le gustaba su apariencia. No la entendía, y su relación se limitaba a comer, beber y divertirse, sin alcanzar jamás una conexión espiritual con
ella.
En ese momento, por primera vez, Dafne pensó sinceramente que Agustín podría ser una buena pareja.
Cuando salieron del tribunal, Agustín recibió una llamada de su asistente.
15.23
Capitulo 34
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Después de colgar, Agustín miró a Dafne con seriedad. La leche tenía un laxante muy fuerte.
Los ojos de Dafne brillaron con determinación. -Lo sabía.
-¿Necesitas que te ayude con esto?
Dafne negó con la cabeza. -No hace falta, esta cuenta la tendré bien guardada, y la saldaré a su debido tiempo.
Macarena probablemente sabía que tenía una audiencia hoy y trató de hacerle una mala jugada.
Aunque tenía el informe de la leche, no había pruebas de que Macarena fuera quien la había adulterado, así que llamar a la policía no serviría de mucho.
Dado que esto era un asunto personal, lo resolvería en privado.
Después del juicio, Dafne y Agustín pasaron algunos días disfrutando del lugar.
Fueron a comer la comida mexicana que Dafne tanto anhelaba. Agustín no podía comer mucha comida picante, pero aun así se comió la suya con gusto.
Juntos visitaron lugares turísticos, disfrutaron de la impresionante belleza natural, y exploraron sitios culturales, impregnándose de la rica historia.
Para Dafne, esos días con Agustín fueron más plenos y felices que los tres años que pasó con
Bruno.
Macarena estuvo hospitalizada durante cinco días, y Bruno estuvo a su lado todo ese tiempo.
Durante esos cinco días, Bruno no podía evitar mirar su teléfono, esperando un mensaje o una
llamada de Dafne.
Sin embargo, aparte de los mensajes de sus amigos invitándolo a salir, solo había mensajes y llamadas de trabajo, ni un solo mensaje de Dafne.
Incapaz de contenerse más, Bruno le envió un SMS.
-¿Todavía no has terminado con esto?
Agustín, que sostenía el teléfono de Dafne ayudándola a tomar fotos, vio inesperadamente el mensaje y su expresión se oscureció.
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