Capítulo 353
Agustín sonrió y dijo:
-¿Oh? ¿De verdad? No lo creo así. Si alguien te rechaza una vez, lo hará una segunda. Si no hay sentimientos, no los habrá. Del mismo modo, si alguien se ha enamorado una vez, puede volver a hacerlo. Porque amar es amar, y no amar es no amar.
Lucas mantuvo sus labios tensos, sus ojos eran como un abismo oscuro sin fondo.
-¿Tan seguro está, señor Junco? -respondió Lucas con un tono frío-. ¿Cómo se sana un corazón que ha sido herido? Amar a alguien con todo el corazón solo para que te lastimen profundamente… ¿Quién sería tan tonto como para darle otra oportunidad de romperle el corazón?
La sonrisa de Agustín se desvaneció. Guardó silencio.
Pronto, el ascensor llegó al estacionamiento subterráneo.
Las puertas se abrieron.
Agustín salió primero.
Lucas, con el rostro serio, salió después.
-Agustín, ya veremos cómo sigue esto.
Después del trabajo el viernes, Dafne salió de la oficina y se encontró con Lucas.
Lucas, con su expresión habitual, dijo:
-Señorita Rosales, hay algo que quiero aclarar con usted. De lo contrario, seguiré sintiéndome
incómodo.
-¿De qué se trata? -preguntó Dafne.
-Aquí no es un buen lugar para hablar -respondió Lucas-. ¿Te gustaría dar un paseo por el parque cercano y hablamos mientras caminamos?
Dafne notó que Lucas parecía tener algo importante que decirle, así que, después de dudar un poco, asintió.
-Está bien.
En abril, el anochecer llegaba más tarde.
Pasadas las seis de la tarde, los últimos rayos del sol se desvanecían lentamente.
El aire ya tenía un toque de calor.
Dafne llevaba un traje gris delgado, con el cabello recogido en la nuca. Algunos mechones sueltos flotaban al viento, añadiendo un toque de belleza desordenada.
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20:40
Lucas sintió que su respiración se detenía por un momento al verla.
Caminaban uno al lado del otro, con Lucas junto a Dafne, quien miraba al frente sin notar el amor reflejado en los ojos de él.
-Lucas, ¿de qué querías hablarme? -preguntó Dafne, con un tono casual.
-Sobre lo que hablamos la última vez, de mi tía queriendo emparejarnos.
Dafne hizo una pausa momentánea.
-En realidad, yo tampoco tenía esa intención. Mi tía se entusiasmó demasiado, y temía incomodarte -dijo Lucas con un toque de disculpa-. Te considero una socía en los negocios y una amiga en la vida. No quiero que nuestra relación se enfríe por eso, así que pensé que era mejor aclararlo.
Dafne soltó un suspiro casi imperceptible.
-Si tú también lo ves así, entonces me quedo tranquila. Me preocupaba que…
-¿Que qué?
-Nada -respondió Dafne, con un tono más ligero-. Pienso igual que tú: socios en los negocios, amigos en la vida.
-Si mi tía intenta emparejarnos de nuevo o te invita a salir, puedes rechazarla sin problema.
-Está bien.
-Señorita Rosales, ¿tienes una hermana que tenga una edad similar a Natalia?
-¿Cuántos años tiene Natalia?
-Cumplirá siete en poco más de un mes.
-Entonces, es un poco más joven que mi hermana, por poco más de un año.
-Entonces son casi de la misma edad -dijo Lucas-. ¿Te gustaría que se conocieran? A los niños les viene bien tener más amigos. Después de todo, nosotros ya somos adultos y no podemos sustituir a los amigos de su edad.
Dafne estuvo de acuerdo con esto.
Jana estaba en tratamiento psicológico recientemente. ¿Tener más amigos podría beneficiarla?
-Lo consultaré en casa -respondió Dafne-. Mi hermana ha pasado por algunas cosas recientemente, necesito asegurarme de que no tenga problemas con hacer nuevos amigos antes de darte una respuesta.
-De acuerdo.
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