Capítulo 375
La situación de Dafne se estabilizó, y su vida estuvo a salvo por poco, pero para Carlos, las cosas no pintaban bien.
El doctor informó que Carlos había estado envenenado por mucho tiempo, y el veneno había invadido todos sus órganos vitales. Lamentablemente, ya no había nada que pudieran hacer por él.
Al escuchar esta noticia devastadora, Paula se desmayó.
Al día siguiente, Elsa fue a la cárcel.
A través del vidrio, Fátima, con su uniforme de prisionera, se sentó al otro lado mientras Elsa estaba afuera. Se comunicaban usando un teléfono con cable.
Fátima mostró una sonrisa sarcástica. -Sra. Junco, ¡vaya sorpresa! Ha salido el sol por el oeste, ¿qué hace usted aquí visitándome?
Desde que Fátima había revelado sus sentimientos por Agustín, Elsa le había dado una bofetada, y desde entonces, la relación entre ellas dejó de ser cordial.
Fátima fue expulsada de la familia Junco.
Desde entonces, Fátima dejó de llamar “mamá” a Elsa, refiriéndose a ella como “Sra. Junco“.
Durante todo el proceso de arresto, juicio y sentencia de Fátima, Elsa nunca había ido a visitarla, aunque Paula sí lo había hecho en dos ocasiones.
Paula, siempre defendiendo a Fátima, no podía creer que ella envenenara a Carlos, incluso cuando él estaba al borde de la muerte..
Elsa, con una mirada fría, fue directa al grano: -¿Fuiste tú quien envenenó a Carlos?
-¿Envenenado? ¿Cómo es que Carlos fue envenenado? -Fátima fingió sorpresa, pero sus ojos brillaban con burla.
-No te hagas la tonta -dijo Elsa con rostro serio-. Nadie más tenía motivos para hacerlo. Es Tristán quien te lo ordenó.
Fátima sonrió. -Sra. Junco, dice que yo envenené a Carlos, ¿tiene pruebas?
-Si lo hiciste, debió quedar algún rastro. Las pruebas aparecerán tarde o temprano.
-Jeje -rió Fátima, con aire de suficiencia y desafío-. Eso significa que todavía no tienen pruebas, ¿verdad?
Elsa lanzó una mirada helada. -Fátima, si envenenaste a Carlos, la familia Junco no te perdonará. ¿Todavía esperas que Tristán venga a sacarte de aquí? Quizás no lo sepas, pero Tristán ya fue arrestado.
La sonrisa de Fátima se desvaneció de inmediato, y su tono se elevó. -¿Qué dijiste? ¿Tristán
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Capitulo 375
fue arrestado?
Elsa esbozó una sonrisa fría. -¿De verdad creías que Tristán podía controlar todo en Aquilinia? Con la elección del nuevo primer ministro, su apoyo político se vino abajo. El nuevo primer ministro, en cuanto asumió, unió fuerzas para acabar con Tristán. Tristán logró escapar y regresó a Silvania con la intención de llevarse a Agustín por delante, pero gracias a los guardaespaldas de Agustín, no lo logró. Ahora la policía lo tiene detenido, y no tiene cómo ayudarte.
Fátima, al escuchar que Tristán intentó atacar a Agustín, sintió un nudo en el pecho y preguntó sin pensar: -¿Está Agustín bien? ¿Está herido?
Elsa se mofó. -Eso no es de tu incumbencia. Nadie puede salvarte ahora. Si confiesas haber envenenado a Carlos, se considerará como confesión voluntaria y podrías recibir una pena menor. Si esperas a que la policía encuentre pruebas, perderás esa oportunidad.
-¿Pena menor? -dijo Fátima con desdén en sus ojos. ¿Crees que soy tonta? Aunque haya envenenado a Carlos, ¿ustedes, la familia Junco, me dejarían ir tan fácilmente? Una pena menor, qué risa.
Elsa replicó fríamente: -Veo que no piensas confesar.
Fátima, con palabras cuidadosas, respondió: -¿Por qué debería confesar algo que no hice?
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