Capítulo 383
-Tú, tú tú tú… -Paula casi se queda sin aliento.
En ese momento, se escuchó un golpe en la puerta.
Era la hora de la comida, probablemente la empleada doméstica con el almuerzo.
Elsa se calmó un poco y dijo: -Adelante.
La empleada entró con un termo, montó una pequeña mesa y comenzó a servir la comida-. Señora, esta sopa de cebolla la he cocinado a fuego lento durante cinco horas, pruébela…
-¡Llévatela! ¡No la quiero! -exclamó Paula enojada.
Aunque sus palabras iban dirigidas a la empleada, su mirada no se apartaba de Elsa, reflejando una furia intensa.
Elsa esbozó una sonrisa, tomó su bolso y se dio la vuelta para irse.
Lucas llegó con Natalia para visitar a Dafne.
Al abrir la puerta de la habitación del hospital, el ambiente estaba animado.
Penélope e Iris acababan de llegar hacía unos minutos.
Iris, con un tono juguetón, mostraba un bolso de Hermes a Dafne-. Amiga, este bolso lo compré especialmente para ti en Francia, es imposible encontrarlo aquí. Te aseguro que con este regalo te curas al instante.
Penélope, de pie a su lado, sostenía una caja de Cartier y sonreía-. Dafi, este es un brazalete que compré para ti.
Dafne sonrió-. ¿Por qué traen regalos? No es ninguna festividad.
-Iris sonrió-. Esperamos que te recuperes pronto y puedas salir del hospital para salir de fiesta con nosotras. Sin ti, ni los modelos que contrato me parecen tan atractivos.
Al escuchar esto, Jaime frunció el ceño y le dio dos suaves golpecitos en la cabeza a Iris-. ¿Cómo que contratas modelos?
-¡Ay, ay, ay, me duele! -Iris se frotó la cabeza y miró a Jaime con un gesto de reproche-. Solo estaba bromeando con Dafi para animar el ambiente, ¿por qué te lo tomas tan en serio?
-¿Y quién te pidió que dijeras cosas que me molestan?
Dafne sonrió, y de reojo vio a Lucas y Natalia en la puerta. Con una voz suave comentó-: Lucas y Natalia están aquí.
Lucas tomó la mano de Natalia y se acercaron.
Natalia le entregó un ramo de flores a Dafne-. Dafne, espero que te recuperes pronto.
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Capitulo 383
Dafne, sonriendo, aceptó las flores y acarició suavemente la cabeza de Natalia-. Gracias,
Natalia.
-Esto es para ti. -Lucas le extendió la mano a Dafne.
En su palma, había un objeto de color amarillo brillante.
Triangular.
Parecía un amuleto de protección.
Lucas, con expresión tranquila, añadió. Es un amuleto de protección de la Iglesia de San
Juan.
-¿Iglesia de San Juan? -Inés miró el amuleto en la mano de Lucas, sorprendida-. Mi mamá también consiguió uno el mes pasado, idéntico al tuyo.
Lucas mantuvo sus labios apretados, sin decir nada.
Inés levantó la mirada hacia Lucas, con una expresión un tanto extraña-. Ese amuleto es difícil de conseguir. Según mi mamá, hay que subir de rodillas los tres mil escalones de la Iglesia de San Juan a medianoche hasta el altar de la paz, y permanecer ahí arrodillado hasta el amanecer para demostrar tu sinceridad. Solo entonces el padre te dará el amuleto.
Nadie esperaba que Lucas fuera hasta la Iglesia de San Juan para obtener un amuleto de protección para Dafne.
Incluso Inés, quien estaba segura de que Dafne y Dafne eran solo amigos, comenzó a dudar.
Al escuchar lo que Inés dijo, Dafne levantó la mirada hacia Lucas.
El hombre mantenía su porte elegante, y detrás de sus lentes de montura dorada, sus ojos reflejaban emociones que Dafne no lograba descifrar.
¿No había dicho él que solo la veía como una buena amiga?
Si solo fueran amigos, ¿por qué haría todo esto?
Lucas no dijo nada, simplemente sostuvo la mirada de Dafne en silencio.
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