Capítulo 4
Bruno hizo caso omiso, pero Yasmín intervino varias veces en su defensa y hasta se mostró amable al hablar con ella.
Dafne pensó que Yasmín era diferente de los demás, pero resultó que en el fondo también la menospreciaba.-
Era realmente ridículo.
La noche en que aceptó el matrimonio arreglado, Baltasar le devolvió el acceso a su tarjeta bancaria, y cinco mil para ella no era mucho dinero.
-Dame el collar, te compensaré con un regalo de cumpleaños nuevo le dijo Bruno-. Dafne fue demasiado imprudente, lo siento.
Yasmin miró a Dafne y luego a Bruno, sintiéndose atrapada entre dos aguas. Si no le entregaba el collar a Bruno, sería una falta de respeto hacia él. Pero si lo hacía, significaría que también creía que el collar era falso. Aunque la que quedaría en vergüenza sería Dafne, en realidad, la humillación sería para Bruno, como su pareja.
-Si así él lo quiere, pues dáselo le dijo Dafne cruzada de brazos, mirando fríamente a Bruno.
Sin alternativas, Yasmín le entregó el collar.
En ese momento, Macarena intervino- Bruno, no culpes a la Srta. Rosales, seguro que lo hizo
con buena intención.
Bruno no dijo nada, su expresión seguía siendo sombría.
Alguien sugirió jugar un juego para aliviar la tensión. Macarena se unió a ellos, sonriendo y bebiendo.
Dafne, que no disfrutaba de ese tipo de juegos, se sentó sola en un rincón del sofá.
Bruno se acercó con el ceño fruncido y se sentó a su lado. Dafne lo ignoró, concentrándose en su teléfono.
Después de un rato, Bruno rompió el silencio con voz grave- Si no tenías dinero, podrías haberle comprado algo más barato, mejor eso que regalar un collar falso.
-Si crees que es falso, devuélvemelo -le respondió Dafne, sin apartar la vista de su teléfono, con un tono de voz indiferente.
-¿Sabes que me estás haciendo quedar mal?
Dafne cerró los ojos, respiró hondo un par de veces y los abrió de golpe. Miró a Bruno directamente.
-¿Por qué te creíste que es falso? ¿No viste la factura dentro? ¿Necesitas que te lleve al mostrador para verificarlo?
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Capitulo 4
Bruno se quedó perplejo por un momento antes de buscar la factura. Al encontrarla, finalmente confirmó que el collar era verdadero. Su expresión se suavizó y su tono de voz se volvió más amable- ¿Por qué no les dijiste que tenías la factura?
Dafne soltó una risita sarcástica- No tenía ganas de decirlo.
Y volvió a concentrarse en su teléfono.
Después de un rato, Bruno, con voz contenida, se disculpó.
-Lo siento, esto fue un malentendido de mi parte.
Dafne fingió no escucharlo, totalmente absorta en su teléfono.
Bruno permaneció a su lado sin decir nada pero sus ojos estaban fijos en el grupo que jugaba, específicamente en Macarena.
Cuando Dafne se aburrió de su teléfono, levantó la vista y vio a Bruno mirando a Macarena. Ella había perdido en el juego y ahora la estaban obligando a beber.
Al principio, Bruno se contuvo. Pero cuando vio que Macarena estaba por beber su cuarta copa, se levantó de repente y se dirigió rápidamente hacia ella, arrebatándole la copa de las manos.
-No deberías beber tanto con tu estómago delicado, Macarena. ¿No sabes que debes cuidarte
tu salud?
Era evidente que Bruno estaba enfadado. El bullicioso ambiente del salón se detuvo de repente. Todos los ojos se posaron en ellos.
Macarena, en un acto de rebeldía, observó la furiosa mirada de Bruno–¿Y a ti qué te importa?
-No vas a beber más le dijo Bruno, amenazando con la mirada a las personas del grupo. ¿Quién se atreve a obligarla a beber de nuevo?
Las miradas de los presentes se desviaron, evitando el contacto visual con él.
Dafne observaba fríamente lo que pasaba desde el sofá, con una sonrisa irónica en los labios.
Macarena se levantó para intentar recuperar la copa, pero Bruno la levantó fuera de su alcance. Ella se puso de puntillas, perdió el equilibrio y cayó en los brazos de Bruno.
Instintivamente, él la sostuvo con su otro brazo- Ten cuidado, después de tantos años, sigues siendo tan descuidada.
Macarena, con las mejillas sonrojadas, se apoyó en el pecho de Bruno y levantó su rostro para mirarlo, con su voz cargada de un matiz juguetón.
-Bruno, realmente eres insoportable.
La gente a su alrededor comenzó a animar la situación nuevamente.
Bruno estaba a punto de decir algo cuando, al levantar la vista, se encontró inesperadamente con la mirada helada de Dafne.