Capítulo 405
Después de salir del hospital, Dafne había estado revisando los casos del Grupo Junco durante
varios días.
Los casos del Grupo Junco eran grandes, con montos significativos y abundante evidencia. A pesar de que ya se había organizado la documentación, Dafne volvió a revisarla con meticulosidad.
Con una fuerte pasión por su carrera, Dafne había estado tan ocupada con el trabajo desde que fue dada de alta que casi todas las noches se quedaba trabajando horas extras en la oficina de abogados.
Esa noche, Dafne recibió una llamada.
-Señorita, Emanuel García se niega a firmar el acuerdo de divorcio e incluso lo rompió. Esta tarde, Gabriela García tuvo una gran pelea con él, y ahora Gabriela ha asignado al abogado Fernando para que maneje su demanda de divorcio.
Dafne estaba de pie frente a la ventana panorámica de su oficina en el vigésimo segundo piso, contemplando el vibrante paisaje nocturno de la ciudad. Las luces de neón brillaban y su reflejo en el vidrio mostraba su rostro delicado.
-Entiendo, gracias por informarme.
Dafne colgó el teléfono y de inmediato imprimió un contrato de servicios civiles y los
materiales de autorización de la oficina legal.
Tomó las llaves del carro, cerró bien la puerta de la oficina y entró al ascensor, seguida por Eva.
Dafne sacó su celular y marcó un número.
-¿Hola? -la voz de Emanuel se escuchó al otro lado.
-Hola, Sr. García, soy Dafne.
-¿Para qué me llamas? -respondió Emanuel con tono molesto-. ¿No fue suficiente con el daño que le hiciste a nuestro Bruno?
Anteriormente, Bruno García había intentado suicidarse por Dafne, lo que dejó una impresión muy negativa de ella en Emanuel. Además, últimamente Gabriela había estado diciendo que Dafne había llevado al Grupo García a la quiebra, lo que incrementó la antipatía de Emanuel hacia Dafne a un nivel de odio y aversión.
Emanuel, lleno de furia, exclamó: -¿Fuiste tú quien llevó al Grupo García a la quiebra? ¿Por qué llamas ahora, para burlarte?
Dafne soltó una leve risa, su tono era calmado y pausado: -Sr. García, está equivocado. Estoy aquí para ayudarle. Me enteré de que la Sra. García está buscando divorciarse. Puedo representarlo en su demanda de divorcio.
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Capitulo 405
Emanuel soltó un bufido, replicando: -¿Por qué habría de confiar en ti, si ya arruinaste a nuestra familia?
-Sr. García–Dafne lo llamó con calma-, hay algo que debo aclarar.
Con un tono sereno, Dafne explicó: -El Grupo García no fue llevado a la quiebra por mí. Bruno tomó malas decisiones al invertir en grandes proyectos, lo que causó pérdidas severas y rompió la cadena de suministro de fondos. No solo no se ganó nada, sino que también se incurrió en enormes penalizaciones por incumplimiento. Estas deudas eran de la empresa, y tras la quiebra de la misma, Bruno no tenía que asumir responsabilidades personales. El error estuvo en que Bruno abusó de su posición como accionista, perjudicando los intereses de los acreedores y mezclando sus bienes con los de la empresa. Según la ley corporativa, el tribunal aplicará la doctrina de levantamiento del velo corporativo, haciéndolo responsable junto con la
empresa.
-Sr. García, usted maneja una empresa. Confío en que comprende perfectamente lo que le estoy diciendo, ¿verdad?
Estas palabras dejaron a Emanuel en silencio.
-Ding-. El ascensor llegó al piso subterráneo.
Dafne salió del ascensor y se dirigió hacia su carro.
Frente a su Rolls–Royce blanco, Dafne le lanzó las llaves a Eva.
-Sr. García, espero que pueda dejar de lado los resentimientos personales por ahora. Mi capacidad profesional es indudable. Tengo tres años de experiencia y he ganado innumerables casos, prácticamente sin derrotas. No se equivocará al confiar en mí para manejar su caso de
divorcio.
El tono de Emanuel se suavizó un poco: -¿Por qué quieres manejar mi caso de divorcio?
Eva abrió la puerta trasera del carro para Dafne.
-Porque no quiero que Gabriela se divorcie.
Dafne se acomodó en el carro, con una sonrisa en el tono de su voz: -Si ella no es feliz, eso es exactamente lo que me conviene.
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