Capítulo 45
Dafne preguntó: -¿Que la familia Junco adopte a Fátima?
Penélope negó con la cabeza mientras se acercaba un poco a ella y decía en voz baja: -No solo eso, al principio le dijo a Elsa que quería que Agustín se casara con Fátima en el futuro.
Al escuchar esto, Dafne abrió los ojos con asombro.
-¿En serio? ¡Vaya bomba! -exclamó Iris, elevando la voz-. ¡Qué descaro tiene para decir eso!
Penélope continuó: -Luego no sé qué le dijo Elsa, pero la criada aceptó que la familia Junco adoptara a su hija como una forma de retribución.
Iris le dijo con desdén: -Claro, Elsa solo tiene un hijo. ¿Cómo iba a permitir que se casara con la hija de una criada?
Penélope asintió: -Exacto, Agustín es el único heredero de la familia Junco, no hay forma de que se case con la hija de una criada.
Dafne tomó un sorbo de su vino, pensativa.
Las chicas estaban tan absortas en su chisme que no notaron a una mujer que las observaba con una mirada dura desde no muy lejos.
Dafne bebió algunas copas de su vino de frutas, cuya graduación era baja y no la
emborracharía.
Después de charlar un rato con sus amigas, Dafne se levantó -Voy al baño.
En el pasillo fuera del baño.
Cuando Dafne salió del baño, se encontró con dos hombres que le bloqueaban el camino.
Uno de ellos era corpulento, con la cabeza rapada, vestía una camiseta negra sin mangas que dejaba ver sus tatuajes en los brazos.
Él silbó de manera vulgar y dijo sonriendo con lascivia: -Hola, guapa, ¿quieres divertirte un rato
con nosotros?
Dafne estaba respondiendo un mensaje en su teléfono y, al escuchar esto, levantó la vista para mirarlo. Sin hacer ruido, cambió encendió la grabadora de su teléfono y luego lo guardó en su
bolsillo.
El otro hombre, más delgado y con el cabello teñido de amarillo, tenía un cigarrillo en la boca -Eres bonita, seguro que eres una loca en la cama.
Dafne les respondió con frialdad: -¿Comiste heces en el baño? Tienes la boca apestando.
El chico de cabello amarillo sonrió con desdén: -¿Cuánto quieres por una noche? Ponte precio. El pasillo era estrecho, y esos dos hombres bloqueaban el camino de Dafne.
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Capitulo 45
Ella se mantuvo tranquila, cruzando los brazos, y le dijo con indiferencia: -El velorio son cinco mil por noche, llorar cuesta dos mil, el grupo de música fúnebre dos mil ochocientos, la cremación básica cuatrocientos noventa y nueve, si quieres un ataúd de madera son quinientos más, y si los huesos no se pulverizan durante la cremación, el costo de romperlos manualmente es de mil doscientos. ¿Quién murió en tu familia? Si son más de uno, hay descuento, por cada diez mil se resta mil.
El chico de cabello amarillo, enfadado, escupió al suelo -¡Maldita perra! ¿Te estás haciendo la
difícil?
El hombre de los tatuajes avanzó con una sonrisa maliciosa mientras desabrochaba su cinturón -¿Te crees pura? Seguramente ya has pasado por un montón de hombres, ¿por qué fingir? Hoy te voy a enseñar una lección aquí mismo.
Dicho esto, le hizo una señal al chico de cabello amarillo -Vamos, arrástrala al baño de hombres y divirtámonos un poco.
Mientras se acercaban a Dafne, ella rápidamente levantó su pierna y pateó con fuerza al hombre de los tatuajes en la entrepierna.
Lo pateó con toda su fuerza.
-¡Ahhh!
El hombre de los tatuajes gritó de dolor, cayendo al suelo mientras se agarraba la entrepierna, con su cuerpo retorciéndose de dolor.
El chico de cabello amarillo, al ver esto, se lanzó hacia Dafne con el puño levantado,
maldiciéndola.
Dafne lo agarró del brazo y lo torció con fuerza, haciendo que se dislocara con un crujido.
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El pasillo se llenó de gritos de dolor.
Dafne sonrió con desdén, sus ojos brillaban con una chispa desafiante -¿Eso es todo? No hay ni uno que valga la pena.
Con una expresión de desprecio, sacó una servilleta y se limpió las manos -Qué coincidencia, justo sé un poco de defensa personal y estaba deseando entrenar un poco.