Capítulo 480
Eva pareció detenerse un momento, su tono era algo diferente al habitual, como si estuviera
nerviosa. -Co… comí.
Dafne: -…
¿Así que Eva también lo había escuchado?
¡Ay, Dios mío!
El rostro de Dafne se puso aún más rojo.
Todo era culpa de Agustín, que era demasiado encantador. Un beso en la mano y completamente perdida.
Olvidó que en casa casi todas las noches cenaba con Eva.
Durante la cena, Eva seguramente la había llamado.
-Bue… bueno. -Dafne también tartamudeó al colgar el teléfono.
ella
ya estaba
Después de cenar, Agustín insistió en que Dafne lo dejara quedarse a pasar la noche.
Prometió repetidamente que no haría nada, solo quería dormir abrazándola.
Dafne recordó cómo había hecho que se escondiera de Clara durante el día, sintiéndose un poco culpable por eso. Así que, impulsada por esa sensación, finalmente accedió a que se quedara.
Esa noche, Agustín realmente no intentó seducirla, simplemente la abrazó mientras dormían.
Por la noche…
En medio de sueños, Dafne sintió que alguien la tocaba.
A veces le acariciaban la cara, a veces le apretaban la nariz, y de vez en cuando le daban un beso en los labios.
Le hacía cosquillas.
Sabía que Agustín no se podía quedar quieto.
En fin.
Estaba demasiado cansada y somnolienta para preocuparse por eso.
Dafne durmió profundamente.
No soñó ni se despertó a mitad de la noche, durmió hasta que se despertó naturalmente.
Era fin de semana, no tenía que ir a la oficina de abogados, y no había alarma que la despertara.
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Capítulo 480
Cuando volvió a abrir los ojos, las agujas del reloj en la pared marcaban las diez.
Su cuerpo estaba débil, se sentía molida. Dafne se movió un poco y vio un brazo que se extendía desde debajo de su cuello.
Dafne dormía de lado, de espaldas a Agustín, con un brazo de él pasando por debajo de su cuello y el otro descansando sobre su cintura, abrazándola mientras dormía de lado.
Era muy cómodo dormir en esa posición, porque al estar Dafne de lado, su hombro creaba un espacio donde el brazo de Agustín podía pasar sin quedar entumecido.
Estaban muy juntos, la espalda de Dafne encajaba perfectamente en el pecho de Agustín.
Él aún no se había despertado.
Después de todo, ayer por la tarde lo habían hecho tres veces, él también estaba cansado.
Dafne levantó suavemente la mano que Agustín tenía sobre su cintura, tratando de levantarse de su abrazo.
Justo cuando estaba a punto de levantarse, el brazo de Agustín se tensó de repente, atrayéndola nuevamente hacia su pecho.
-Duerme un poco más conmigo -la voz de Agustín sonó con un toque de sueño, ronca y seductora.
Dafne respondió: -Son las diez, ya no es temprano.
-Tranquila, duerme un poco más, de todas formas no hay nada que hacer.
Dafne, resignada, volvió a acostarse y se echó otro sueño reparador.
Cuando volvió a abrir los ojos ya eran las once y media.
Casi la hora de comer.
Dafne se levantó, empujando suavemente a Agustín. -Son las once y media, levántate y lávate la cara, ya no duermas más.
La luz brillante de la habitación iluminaba los rasgos perfectos de Agustín, que poco a poco abrió los ojos, su aspecto somnoliento era aún más atractivo. Dafne contuvo la respiración al verlo.
En pleno mediodía, y él ya la estaba tentando de nuevo.
No podía seguir mirándolo, si lo hacía un poco más, terminarían ignorando el almuerzo.
Dafne apartó la mirada discretamente, y con un tono serio dijo: -Ya basta de dormir, levántate.
La voz de Agustín era baja y ronca. -¿Por qué volteaste la cara?
Dafne tomó el pijama que estaba al lado y se lo puso. -Me voy a lavar la cara.
Tan pronto como sus pies tocaron el suelo, Dafne se levantó y la debilidad en sus piernas se hizo más evidente, tambaleándose un poco, casi se cae.
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Capítulo 480
Agustín sonrió con picardía. -Dafi, cuidado.
Dafne resopló. -Todo es por tu culpa.
Ayer él había sido muy intenso, tanto tiempo y con tanta fuerza, y lo hicieron tres veces.
¿Quién puede aguantar eso?
3/3 te