Capítulo 497
Al borde del barco.
Dafne y Luna se apoyaban en la baranda, dejando que el viento marino acariciara sus rostros.
Luna alzó su copa de vino y brindó con Dafne.
El sonido del cristal chocando era nítido.
El viento del mar desordenaba sus cabellos.
Luna tomó un sorbo de vino tinto; ya había bebido bastante esa noche y comenzaba a sentirse un poco mareada.
Con las mejillas sonrojadas, Luna le dio una palmadita en el hombro a Dafne. -Dafi, realmente lamento lo que pasó durante el día. Irene marcó mi carta a propósito, no tenía idea, de verdad no fue algo que yo planeé.
Dafne bebió un poco de vino y sonrió. -Para ser honesta, por un momento dudé de ti, pero al anunciarlo frente a todos, disipaste mis sospechas. Te creo.
Luna sonrió. -Lo sabía.
La fiesta había terminado, y los invitados se habían retirado a descansar a sus habitaciones.
En ese momento solo se escuchaba el sonido de las olas y el viento.
-Te deseo a ti y a Agustín lo mejor -dijo Luna, arreglándose el cabello que el viento había desordenado, con una sonrisa en los labios-. De corazón.
-Gracias -respondió Dafne, mirando a los ojos de Luna-. Me da curiosidad, al principio no querías que Agustín y yo compartiéramos habitación, ¿qué te hizo cambiar de opinión esta noche?
Una sonrisa amarga se dibujó en el rostro de Luna, ligeramente autocrítica. -Porque finalmente me di cuenta de la realidad y me rendí.
Luna se giró para enfrentar el vasto océano, el viento soplando su cabello hacia atrás.
Su voz se mezcló con el sonido de las olas y el viento, alcanzando los oídos de Dafne.
-Los separé porque estaba celosa, no quería que estuvieran juntos. En ese momento, aún tenía esperanzas con Agustín.
-Lo que pasó con Nicolás me mostró cuánto te importa él. Quizás no lo sepas, pero cuando rescataron a Nicolás, Agustín no lo dejó ir tan fácilmente. Lo llevaron a una habitación secreta y lo hicieron sufrir terriblemente.
Dafne frunció ligeramente el ceño al escuchar eso. -No tenía idea.
-Nicolás se lo buscó, se lo merece.
1/2
19:45
Capítulo 497
Luna continuó: -Otra cosa que me hizo desistir fue el juego que jugamos por la tarde.
-De hecho, lo he visto jugar ese tipo de juegos antes -dijo Luna con voz tranquila-. Muchas chicas están interesadas en él. En una fiesta de cumpleaños de un amigo, jugaron algo parecido a la verdad o reto, y una chica le confesó su amor.
-¿Y cómo respondió? -preguntó Dafne, curiosa.
-¿Responder? -Luna soltó una risa-. Simplemente dijo “oh” fríamente y no le prestó más
atención a la chica.
-¿Tan arrogante? -rió Dafne.
Luna continuó: -En otra ocasión, alguien incitó a una chica a besar a un chico. La chica lo escogió a él, pero solo con una mirada intimidante la hizo cambiar de objetivo rápidamente.
-¿Era tan aterrador?
-Por supuesto, no exagero. Seguro que nunca te miraría así a ti -respondió Luna con una expresión melancólica. ¿Sabes cómo me sentí al verlo pedirte un beso frente a todos hoy?
Luna esbozó una sonrisa amarga. -Fue como si mil flechas atravesaran mi corazón.
Realmente te envidio, tienes todo su amor.
-Desde ese momento, supe que ya no tenía ninguna oportunidad -dijo Luna, con una voz suave y quebrada-. O quizás, nunca la tuve, solo que no me había dado cuenta.
Cuando Dafne regresó a su habitación, las luces todavía estaban encendidas.
19:45