Capítulo 498
Agustín estaba de espaldas a ella, parado frente a la ventana hablando por teléfono.
Dafne se acercó silenciosamente y lo abrazó por detrás, apoyando su rostro contra su espalda.
El cuerpo del hombre se tensó ligeramente.
Agustín dijo al teléfono: -Así quedamos, hablamos luego- y se dio la vuelta para envolver a Dafne en sus brazos. -Ya estás aquí.
Dafne respondió con un leve “mmm“.
Ella se recostó en el pecho de Agustín y murmuró en voz baja: -Agustín, eres increíble.
-¿Apenas te das cuenta? -dijo Agustín con su voz profunda y magnética mientras la abrazaba.
-¿Siempre serás así de bueno conmigo?
-Por supuesto.
Dafne levantó la cabeza de su pecho, sus ojos brillaban intensamente como el Hotel de la Luna, mirando fijamente a Agustín.
Él, conmovido, se inclinó para besarla.
Ese beso era profundo y lleno de deseosetting
Afuera de la ventana se extendía el mar del Hotel de la Luna.
El vidrio bloqueaba el sonido de las olas, aislando también la intimidad del momento.
La luz de la luna, suave como el agua, se filtraba a través del vidrio.
Dafne se apoyó en el vidrio, con el rostro pegado a él, observando la noche afuera.
Agustín se movió con destreza.
Un suspiro suave y entrecortado escapó de los labios de Dafne.
Agustín la besó desde atrás, con urgencia y deseo.
Dafne se sintió arrastrada por un mar de confusión, perdida, siguiendo solo el ritmo que él marcaba…
Después de pasar dos días disfrutando del mar, Dafne regresó rápidamente a su trabajo en el bufete.
Aquella mañana, tras revisar un montón de documentos de casos, Dafne se preparó una taza de café.
Lucas entró al despacho,
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-Dafne, ¿estás ocupada?
Dafne lo miró. -¿Qué pasa?
Lucas bajó la mirada. -Quiero hablar contigo.
Dafne percibió una leve tristeza en su expresión y preguntó: -¿Es sobre el trabajo?
Lucas negó con la cabeza. —No.
Dafne, con una actitud distante, dijo: -En horario laboral no me gusta hablar de asuntos personales.
-Pero fuera del trabajo es difícil verte a solas -dijo Lucas, con un tono un poco urgente-. ¿Cómo es que tú y Agustín se reconciliaron tan de repente?
Dafne respondió con indiferencia, sin expresión en su rostro: -Lucas, solo somos amigos, estás cruzando un límite con esa pregunta.
La mirada de Lucas se apagó. -Dafne, sabes lo que siento por ti, ¿verdad?
Dafne frunció el ceño.
-Lo sospechaba, pero como nunca dijiste nada, no le di importancia -respondió Dafne, mirándolo con seriedad-. Ahora que lo mencionas, te lo aclaro: lo siento, Lucas, tengo novio, lo amo mucho y solo a él. No me interesa nadie más.
Dafne lo rechazó de manera clara y definitiva.
La luz en los ojos de Lucas se apagó.
-Realmente no me recuerdas -dijo Lucas con una sonrisa irónica. Agustín tenía razón, el que rechaza una vez, rechaza dos veces.
Dafne lo miró confundida. -¿De qué hablas?
-En primer año de universidad, te confesé mis sentimientos -recordó Lucas.
Dafne frunció el ceño, intentando recordar.
Algo vago le vino a la mente.
Lucas añadió: -Una noche, en el campo, el chico que tocaba la guitarra.
Dafne recordó.
-Así que eras tú.
Lucas sonrió amargamente. -Aun así, perdí, completamente.
-Lucas, eres una gran persona, muy talentoso. Encontrarás a alguien que te corresponda -dijo Dafne con sinceridad,
Los ojos de Lucas reflejaban tristeza mientras murmuraba: -Pero esa persona no eres tú.
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