Capítulo 68
Dafne fijó su mirada intensa en Serena, como si quisiera apuñalarla con los ojos.
-Serena, deberías agradecer que estuve presente hoy. Si no hubiera intervenido, Inés podría haber muerto bajo el cuchillo de aquel psicópata, y eso te haría responsable de homicidio.
Serena permanecía en silencio, mordiéndose los labios, sin una gota de color en su rostro.
En ese momento, Inés se preocupó y le dijo: -Srta. Rosales, su herida sigue sangrando, debería ir al hospital para que se la traten.
Dafne también había resultado herida. Aunque no era una herida grave, había perdido bastante sangre, y la manga izquierda de su camisa estaba completamente teñida de sangre.
Sin prestarle más atención a Serena, Dafne se dio la vuelta y salió del bufete para dirigirse al hospital.
Después de que le trataran la herida, se encontró con Macarena mientras iba a pagar y recoger sus medicamentos.
Macarena tenía el rostro tensado, y con un tono de voz poco amigable la llamó: -¿Dafne? ¿Qué haces aquí?
Dafne se sorprendió al ver a Macarena.
No esperaba que ella y Bruno vinieran a Silvania.
Pero pensándolo bien, Bruno siempre llevaba a Macarena consigo a todas partes, así que no la dejaría sola en Aguamar mientras él estaba en Silvania.
Dafne no quería perder tiempo hablando con Macarena, así que le pasó por al lado y siguió su camino.
Macarena la observó fijamente mientras Dafne se alejaba.
Dafne, realmente eres como un fantasma que no para de perseguirme.
Inmediatamente, pensó en Bruno.
Todavía no habían terminado de disfrutar en la Patagonia el tiempo que planearon, cuando Bruno de repente reservó un vuelo a Silvania. ¿Acaso fue por Dafne?
¿Y si sus heridas de anoche también tenía algo que ver con Dafne?
Con esa idea, Macarena apretó los puños.
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Agustín, al enterarse por las noticias que había habido un ataque con cuchillo en el Bufete Justicia, inmediatamente llamó a Dafne.
-Dafi, acabo de ver en las noticias que se infiltró un loco con un cuchillo en tu bufete, y que
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Capitulo ს8
alguien fue apuñalado. ¿Estás bien? ¿Dónde estás ahora? Voy a buscarte.
Dafne, cargando una bolsa de medicamentos, le contestó mientras esperaba el ascensor: -Estoy bien. Estoy en el mismo hospital donde tú estás ingresado. Ahora voy a tu habitación a
verte.
Agustín, con tono de voz urgente, le preguntó: -¿Te lastimaste mucho?
Dafne le respondió con calma: -No es nada grave, solo me hizo un corte en el brazo. Es una herida superficial, en unos días estaré bien.
Cuando el ascensor llegó al piso de la habitación de Agustín, Dafne entró con su bolsa de
medicamentos.
Agustín, al ver el vendaje en el brazo de Dafne, sintió un dolor en el pecho.
-Te has lastimado mucho. -Su voz reflejaba una profunda preocupación.
Dafne notó la expresión de tristeza de Agustín.
Si ya estaba vendada y no se veía la herida, ¿por qué él estaba así de preocupado?
Si el médico no hubiera cortado su manga empapada de sangre, ¿Agustín no se habría puesto
aún más nervioso?
-Deberías tener un guardaespaldas, Dafne. Ser abogado es una profesión de alto riesgo. No me sentiré tranquilo si no tienes uno. No rechaces mi propuesta, Dafi. No quiero que algo así
vuelva a ocurrir.
Dafne asintió ligeramente: -Está bien.
Agustín le tomó la mano y le dijo con suavidad: -Voy a elegir dos guardaespaldas bien entrenados para que te protejan.
Dafne le respondió: -Con uno basta. Esto fue un caso excepcional, normalmente no es tan peligroso.
Agustín insistió: -No me sentiré tranquilo con solo uno.
-Está bien. -Dafne lo miró con cierta incomodidad-. Pero… tengo que trabajar, y tener un guardaespaldas podría interferir en mi trabajo.
Agustín: -Eso es fácil de resolver. Hablaré con el jefe del Bufete Justicia para que acondicionen una sala de seguridad, y el guardaespaldas pueda estar allí como parte del personal de seguridad del bufete.
-Es una buena idea. Después de lo que ocurrió, estoy segura de que el bufete también estará más atento a la seguridad de los abogados.
Dafne miró una pequeña mesa junto a la cama de Agustín, donde había una computadora portátil.
Con preocupación por la salud de Agustín, frunció el ceño ligeramente: -¿Estás trabajando
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Capitulo 68
incluso en el hospital? Deberías descansar un par de días.
-Últimamente en la empresa siempre hay algo importante que necesito supervisar personalmente, no me siento tranquilo dejándolo en manos de otros.
-Pero también debes cuidar de tu salud.
Dafne, con iniciativa, le expresó su preocupación. En los ojos oscuros de Agustín apareció un destello de ternura mientras le respondía suavemente:
-Está bien.