Capítulo 69
A través de la policía, Dafne entendió toda la historia detrás del incidente del atacante.
El atacante se llamaba Aarón, era dueño y representante legal de una empresa privada. Debido a un conflicto contractual, otra compañía lo había demandado ante el tribunal, y el abogado Víctor había aceptado representar a la empresa de Aarón, logrando ganar el caso.
El tribunal falló en que Aarón debía asumir la responsabilidad por incumplimiento de contrato, teniendo que asumir una indemnización cuantiosa. En la fase de ejecución del fallo, el tribunal congeló las cuentas de la empresa de Aarón.
Poco después, el abogado Víctor descubrió pruebas de que Aarón había mezclado su patrimonio personal con el de la empresa y había realizado una malversación de fondos. Tras la nueva demanda, el tribunal embargó sus bienes inmuebles y confiscó sus propiedades de valor equivalente.
Simultáneamente, la esposa de Aarón le fue infiel, llevándose el dinero de la familia y escapando con otro hombre.
Toda esta serie de eventos dejó a Aarón sin salida.
Culpó a los abogados del Bufete Justicia por su situación, lo que lo llevó a un ataque de locura
e intentó vengarse de todo y de todos del bufete con un cuchillo.
Afortunadamente, el abogado Víctor fue rescatado a tiempo y sobrevivió.
Después de este incidente, el bufete habilitó una habitación como sala de seguridad.
Dos hombres de seguridad corpulentos y musculosos ingresaron a la sala.
Dafne sabía que Agustín los había contratado como sus guardaespaldas.
Por su parte, Bruno estuvo en el hospital recuperándose de sus heridas durante dos semanas.
Durante ese tiempo, utilizó el teléfono de su asistente para llamar desesperadamente a Dafne, pero ella no le respondió ninguna llamada, ni tampoco fue a visitarlo.
Bruno siempre observaba la puerta de su habitación, conteniendo la respiración con la esperanza de que cada vez que se abriera, fuera Dafne quien entrara.
Sin embargo, nunca era ella.
Pasaba sus días torturándose con los recuerdos de Dafne junto a otro hombre, con un dolor que le desgarraba el alma.
Después de dos semanas de sufrimiento físico y emocional en el hospital, finalmente fue dado de alta.
Como Dafne no iba a verlo, él decidió ir a buscarla otra vez.
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Estaba ansioso por verla.
Cuando fue dado de alta, Bruno caminaba al frente, seguido por su asistente y Macarena a
cada lado.
-¿Está todo listo con el Grupo Salazar? -preguntó Bruno mientras se dirigía al
estacionamiento.
Durante su estancia en el hospital, los socios más experimentados del Grupo García no dejaban de presionarlo para que avanzara con la inversión.
El asistente le respondió: -Sr. García, el próximo viernes a las ocho de la noche, el Sr. Salazar asistirá a una fiesta. Ya conseguí una invitación para el evento.
Bruno abrió la puerta del coche y se sentó. Su asistente se subió al asiento del copiloto.
-¿Qué tipo de fiesta es? -inquirió Bruno.
-Es una fiesta que el Sr. Salazar organiza para su prima -le respondió el asistente—. Se dice que la prima del Sr. Salazar acaba de regresar a Silvania. Esta fiesta es para darle la bienvenida, y también una oportunidad para presentarla en su círculo social.
Macarena, sentada en el asiento trasero, se aferró cariñosamente al brazo de Bruno.
Bruno la miró con frialdad y discretamente retiró su brazo.
Macarena se quedó helada.
Antes, Bruno no actuaba así.
Desde que ella había regresado al país, Bruno solía ser muy cariñoso con ella, y ya habían tenido varios encuentros apasionados.
¿Acaso no habían compartido momentos de pasión intensa?
¿Por qué, al llegar a Silvania, ni siquiera le permitía tomarle del brazo?
¿Será que aún pensaba en esa Dafne?
-Bruno…
Su frase fue interrumpida por Bruno-. ¿Cuántos años tiene la prima del Sr. Salazar?
El asistente le respondió: -Creo que tiene poco más de veinte años, es relativamente joven.
Bruno le preguntó de nuevo: -¿Tienes información detallada sobre ella?
-Lo siento, Sr. García, no he podido encontrar información detallada sobre la prima del Sr.
Salazar.
Bruno no insistió más.
Si Domingo quería proteger la privacidad de alguien, sería imposible obtener información sobre esa persona.
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Además, siendo la prima de Domingo, seguramente era una dama de alta sociedad, cuya información no sería fácil de investigar.
-Pero… -le dijo el asistente-, pero he averiguado un poco sobre la prima de Sr. Salazar. Se dice que ella se comprometerá en quince días, y el Sr. Salazar la valora muchísimo. Si usted pudiera preparar un buen regalo de compromiso para la señorita, quizás ella se pondría contenta, y entonces podría darle una buena impresión al Sr. Salazar.
