Capítulo 71
En el apartamento, Agustín se puso un delantal y se dispuso a cocinar para Dafne.
Dafne se apoyó en el marco de la puerta de la cocina, cruzando los brazos y observándolo con
interés.
-No esperaba que supieras cocinar.
Agustín lavaba las verduras con calma -La última vez me preguntaste de dónde había comprado la comida que te llevé, ¿verdad?
Se giró hacia Dafne con una ligera sonrisa -La preparé yo mismo.
Dafne no pudo ocultar su sorpresa -¿La hiciste tú? ¿Por qué sabe igual que la comida que hacía mi mamá?
Agustín sonrió con picardía -Lo aprendí en secreto cuando iba a tu casa a comer.
Dafne no podía creerlo -Imposible. Apenas fuiste unas pocas veces, ¿y ya aprendiste a cocinar como mi mamá?
La primera vez que lo vio, acababa de cumplir diez años.
Y su madre falleció en su cumpleaños número doce.
En esos casi dos años, Agustín no fue a su casa más de cinco veces, era imposible que hubiera aprendido a cocinar como su madre.
-No te creo le dijo Dafne con desdén.
Agustín cortó las cebollas en tiras y luego adobó la carne.
-¿No te dije que te llevaría a un lugar? Ese día te lastimaste y no pudimos ir. Mañana te llevaré.
Dafne le preguntó -¿Eso tiene algo que ver con cocinar?
-Sí, tiene mucho que ver.
-Está bien.
Pronto, Agustín preparó dos platos y una sopa.
Preparó carne asada, huevos revueltos con tomate y sopa de pollo.
Normalmente, Dafne comía muy poco en la cena, a veces incluso nada.
Pero hoy, con Agustín cocinando y los platos tan de su gusto, sorprendentemente comió más de lo que acostumbraba comer, y entre los dos acabaron con todos los platos en la mesa.
Después de cenar, Dafne se ofreció a lavar los platos, pero Agustín la detuvo -Tú siéntate, yo los lavo.
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Capitulo 71
Dafne bromeó alegremente -Vaya, Agus, ¡qué servicial eres! ¿Te gustaría que me casara contigo?
Agustín sonrió y le dio un ligero golpe en la frente -Yo te lo pedí primero.
Después de limpiar la cocina, Agustín, con mucho tacto, no le sugirió quedarse a pasar la noche.
Al despedirse, Dafne se apoyó en el marco de la puerta, mirando su rostro atractivo y pensando: ¿Por qué no quiso quedarse? ¿Acaso no le resulto atractiva?
Con esos pensamientos, Dafne miró hacia abajo inconscientemente.
Sí, no está nada mal.
Agustín sonrió -¿Qué miras? Pareces tener algo en mente.
Dafne carraspeó incómoda y negó con la cabeza -Nada, ten cuidado en el camino.
-Claro, nos vemos mañana.
Agustín se dio la vuelta y se fue, llevándose una bolsa de basura consigo.
Dafne lo observó irse y sonrió.
Este hombre, realmente es tan correcto que parece extraño, ni un pensamiento indebido tiene.
Bruno fue llevado a la comisaría para dar su declaración.
Inicialmente iba a ser detenido, pero su asistente pagó la fianza y lo sacó.
Salieron de la comisaría a las cuatro de la madrugada.
El asistente tenía una cara de pocos amigos, acababa de llegar al hotel y se había preparado para acostarse cuando recibió la llamada de Bruno para ir a la comisaría.
Su novia había venido especialmente con él a Silvania, durante el día estaba ocupado trabajando y no tenía tiempo para estar con ella, y por la noche, justo cuando se disponía a disfrutar de un momento íntimo, recibió la llamada de Bruno.
Este hombre era como un padre para él, apenas había salido del hospital y ya se había metido en otra pelea y terminó en la comisaría.
Ahora que Bruno había interrumpido su momento, su novia estaba amenazando con dejarlo.
Con un suspiro resignado, el asistente se sentó en el auto arrancó el motor -Sr. García, ¿a dónde vamos ahora?
Bruno, con una expresión cansada, le respondió -Volvamos al hotel.
En la suite del hotel.
Bruno encendió la luz, y la gran habitación estaba vacía y silenciosa.
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Capitulo 71
Se acercó a la ventana, encendió un cigarrillo y dio una profunda calada.
El humo empezó a entrar por su cuerpo, causándole un dolor opresivo.
Miró la habitación fría y desolada.
En la mesa de vidrio no había un jarrón de cerámica vintage, ni flores frescas.
El refrigerador no estaba lleno de la comida que le gustaba.
No había pequeños adornos en las paredes, y las cortinas no eran del color que a ella le gustaba…
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