Capítulo 73
No pasó mucho tiempo antes de que una abuelita de figura un poco regordeta y con una sonrisa amplia saliera y le dijera:
-¿La Srta. Rosales? ¿Te refieres a Dafi?
Dafne se quedó un poco sorprendida.
-Señora, ¿de dónde me conoce?
La anciana se acercó a Dafne, con lágrimas en sus ojos nublados y una expresión conmovida.
-Dafi ha crecido tanto, qué rápido ha pasado el tiempo.
Dafne abrió ligeramente la boca, sin comprender del todo lo que estaba sucediendo.
Agustín habló en el momento justo:
-Aquí fue donde aprendí a cocinar.
Dafne lo miró de reojo.
Agustín le explicó:
-Esta es Isabella, antes fue la niñera de la familia Salazar. La Sra. Rocío también aprendió a
cocinar con ella.
Isabella miró a Dafne, llorando de alegría:
-Es realmente Dafi, tus ojos son idénticos a los de tu madre. Dafi, cuando eras pequeña, te cargué en mis brazos.
Al escuchar a Isabella mencionar a su madre, los ojos de Dafne se llenaron de lágrimas.
-Si, soy Dafi, Sra. Isabella, he venido a verle.
-Pasen, siéntense -los invitó Isabella.
-Juan, ve al pueblo a comprar comida, compra lo mejor que encuentres. Hoy prepararé una cena especial para el Sr. Junco y Dafi.
-¡Claro! -le respondió el hombre llamado Juan, montándose en una motocicleta del patio y partiendo.
Isabella tomó la mano de Dafne y comenzó a recordar el pasado, contando muchas historias de la juventud de Rocío.
Dafne entonces supo que Rocío había aprendido a cocinar por iniciativa propia para conquistar
a Baltasar.
Su madre, una dama de alta sociedad, que nunca había tocado un utensilio de cocina, había decidido cocinar por amor a un hombre.
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Capítulo 73
Dafne sentía una mezcla de emociones.
De niña, recordaba que sus padres se amaban profundamente.
Incluso después de la muerte de su madre, Baltasar había caído en depresión por un tiempo.
Entonces, si tanto amaba a su madre, ¿por qué se volvió a casar dos años después de su
muerte?
Y además, se casó con la mejor amiga de su madre.
Cuando era pequeña, su madre la llevó a ver a Clara unas cuantas veces. Clara no vivía en Silvania, así que, aunque eran grandes amigas, no se veían con frecuencia.
Dafne recordaba que antes le agradaba Clara. Cada vez que la veía, Clara le compraba regalos.
Sin embargo, después de que Clara se casó con Baltasar, el afecto que sentía por ella se
esfumó.
En realidad Clara, después de casarse con Baltazar, fue muy buena con ella, incluso mejor que antes, dándole lo mejor en todo, pero Dafne ya no volvió a sentir afecto por Clara.
Pensando en esto, Dafne le preguntó en voz baja:
-Sra. Isabella, ¿conoce a Clara?
Isabella lo pensó por un momento:
-¿Te refieres a la chica que era muy amiga de tu madre? Sí, la conozco. Solía venir a casa a menudo cuando tu madre aún no se había casado. Eran compañeras de universidad y tenían una gran relación.
El rostro de Dafne se ensombreció un poco.
-Ahora ella es mi madrastra.
Isabella se detuvo, como si estuviera recordando algo.
Después de un momento, le dijo:
-Recuerdo que antes de que tu madre falleciera, esa Clara la visitó varias veces en el hospital. Una vez que fui a ver a tu madre, la escuché decir que, después de que ella se fuera, quería que Clara cuidara de ti. Decía que no quería que crecieras madre. En ese momento, tu padre también estaba allí, y tu madre dijo que si él iba a casarse de nuevo, solo podía ser con Clara, porque no confiaba en nadie más.
-¿Cómo es posible…? -Dafne palideció, sintiendo un dolor en su pecho.
¿El matrimonio de su padre con Clara era el deseo de su madre?
Y todo esto, simplemente porque su madre no quería que se quedara sin madre, esperando que una madrastra la reemplazara y la amara bien.
Los ojos de Dafne se enrojecieron, sus pestañas temblaron ligeramente, y no dijo nada más.
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Capítulo 73
Agustín, en silencio, tomó su mano, apretándola suavemente.
Al mediodía, Isabella preparó una mesa repleta de platillos.
El sabor de la comida era idéntico al que Rocío solía hacer.
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