Capítulo 77
Sofía se puso roja y blanca de la ira.
Dafne tomó suavemente la mano de Sofía, consolándola en silencio.
Ella miró a Gabriela con una sonrisa irónica -¿Qué tiene de vergonzoso ser criada? Ella no le roba a nadie, y gana su dinero con su propio esfuerzo. No me parece vergonzoso. Al contrario, creo que es más vergonzoso ser alguien como tú, que no es útil para nada y solo gasta el
dinero de su marido en ropa, carteras y joyas.
-¡Oye…! -Gabriela señaló a Dafne con rabia.
Macarena le dio unas palmaditas en la espalda a Gabriela para calmarla-. Sra. García, no le haga caso, no se altere.
Luego, girándose con desprecio hacia Dafne, le dijo: -Dafne, eres hija de una criada, así que en el fondo también lo eres. Esta fiesta la organizó el Sr. Salazar para su prima. Todos los invitados de aquí son de la alta sociedad. No te rebajes a hacer el ridículo aquí.
Dafne sonrió radiante -¿Oh? ¿Invitados de la alta sociedad? Entonces, ¿cómo se colaron gente
tan cutre como ustedes?
Macarena se enfureció.
¡Había perdido la compostura!
-¿A quién llamas cutre? Tú, criada infeliz, ¿quién te crees para llamarme cutre?
-Oh, ¿viniste a lamerle las botas a la familia Salazar? -Dafne arqueó una ceja-. Con la posición de tu familia, no eres digna ni de ser la jardinera de los Salazar.
-¿Qué…? -Esta vez fue Macarena quien señaló a Dafne con ira-. ¿Estás loca? ¿No pudiste quedarte con Bruno y ahora te quieres desquitar conmigo? Bah, no tienes la habilidad para mantener a un hombre, y solo te queda intentar mostrarte superior a mí.
Dafne sonrió -¿No sabes que Bruno terminó en el hospital por pelear por mí?
Macarena se quedó atónita; ¿Bruno se había lastimado por Dafne hace unos días?
Gabriela claramente no le creía y se burló -¿Por ti? ¿De verdad?
-Sra. García, vámonos, no vale la pena. -Macarena tomó el brazo de Gabriela.
Gabriela estaba muy molesta, temía que quedarse más tiempo le provocara un ataque al corazón, así que se fue con Macarena.
Macarena comenzó a conversar con hombres de la alta sociedad, pero su mirada siempre regresaba hacia donde estaba Dafne.
Finalmente, diez minutos después, encontró su oportunidad.
Dafne se dirigió al baño.
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19:47 O
Macarena la siguió de inmediato.
En el baño.
Macarena se acercó intencionalmente a Dafne, aprovechando para meter su pulsera en el bolso de Dafne.
Dafne odiaba que personas desagradables la tocaran, y el hecho de que Macarena se acercara tanto la hizo sentir asqueada. La empujó -¿El baño es tan grande y aun así tienes que pegarte a mí?
Macarena, habiendo logrado su objetivo, sonrió -¿Este baño lo construyó tu familia? Yo me pongo donde me dé la gana, ¿qué te importa?
En realidad, Dafne sonrió con frialdad, pues el baño sí era de su familia. Todo ese lugar pertenecía a la familia Salazar, y ella era la miembro de los Salazar, así que, efectivamente, lo
había construido su familia.
Macarena, después de hablar, giró la cabeza y se marchó.
Pocos minutos después, en el salón de la fiesta.
Macarena afirmó haber perdido su pulsera.
Se plantó frente a Dafne con aire de superioridad -¿Robaste mi pulsera?
Dafne la miró con burla -¿Estás segura de que fui yo?
-¿Quién más podría ser? -Macarena cruzó los brazos con arrogancia-. Hoy, en esta fiesta, solo tú eres hija de una criada, una auténtica pobretona. Nadie más robaría una pulsera que vale más de ocho mil dólares.
Dafne, con calma, tomó un sorbo de champán y dejó suavemente la copa sobre la mesa.
-¿Tienes pruebas? -Dafne levantó la mirada hacia Macarena.
Macarena soltó un resoplido-. ¿Pruebas? ¡Claro que sí! Las pruebas están en tu bolso, solo
revisa dentro.