Capítulo 78
En ese momento, la gente alrededor comenzó a reunirse para ver el espectáculo.
Dafne nunca antes había asistido a una fiesta tan aburrida. Aparte de algunos amigos
cercanos y las amistades que a menudo socializaban con la familia Rosales, realmente no era conocida en la alta sociedad de Silvania.
Domingo organizó esta fiesta con el objetivo de presentarla formalmente en el círculo social de la alta sociedad de Silvania.
Viendo que la multitud aumentaba, Macarena mostró un destello de satisfacción en sus ojos -¡Vengan todos, vengan acá! ¡Esta infeliz robó mi pulsera y no lo quiere admitir!
Gabriela, de pie a un lado, avivó el fuego–Jaja, ¿no decías que tu madre no le roba a nadie? ¿Así que la ladrona eres tú? Solo es una pulsera, si realmente la quieres, Maca te la podría haber regalado. ¿Por qué se la robaste? Una chica que hace eso realmente no tiene vergüenza. Antes, Dafne había dicho que Gabriela no hacía nada más que gastar el dinero de su esposo, lo cual le parecía humillante, y en ese momento Gabriela soltó las palabras más hirientes que pudo.
-Dime, antes estabas desesperada por casarte con mi hijo, sin mirar si realmente te lo merecías -le dijo Gabriela, rodando los ojos-. Por suerte, siempre he tenido buen ojo para saber quién es quién, y por eso no dejé que se colara a mi familia una cazafortunas como tú. Los pobres son pobres, aunque se pongan ropa prestada y se cuelen en una fiesta de la alta sociedad sin ser invitados, siguen siendo pobres miserables.
La gente alrededor murmuraba entre sí.
-Quién lo diría, tan guapa y resulta ser una ladrona.
-Sí, es cierto, no se puede juzgar a un libro por su portada.
-Qué vergüenza, con una cara tan bonita, ¿qué tipo de hombre rico no podría conseguir? Y, sin embargo, viene a robar en una fiesta.
-Así son los pobres, ven algo de valor y no pueden controlar sus manos.
-Escuché que es hija de una empleada doméstica, no es de extrañar que sea una ladrona. El miedo a la pobreza sigue ahí.
Al escuchar los murmullos a su alrededor, la sonrisa de Macarena se hizo más amplia, sintiéndose más segura.
-Dices que no lo robaste, entonces trae tu bolso para que lo registre. Si no robaste, no tienes nada que temer, ¿verdad?
Mientras tanto, Domingo y Agustín finalmente terminaron de discutir el proyecto importante
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Capítulo 78
con los extranjeros.
Agustín fue al baño, y Domingo salió con la pareja, encontrándose de frente con Bruno.
-Sr. Salazar, espero que esté bien -lo saludó Bruno con una sonrisa.
Domingo, al principio, no lo reconoció y frunció el ceño -¿Tú quién eres?
Bruno mostró un poco de incomodidad, pero rápidamente se presentó.
Domingo tuvo una vaga idea de quién era, y después de algunas palabras corteses, Bruno le entregó un regalo–Sr. Salazar, escuché que su prima se va a comprometer, felicidades. Este es mi regalo de compromiso para ella.
Aunque el regalo era para la prima de Domingo, el gesto buscaba ganarse el favor de Domingo, para facilitar futuras negociaciones de colaboración.
Domingo, acostumbrado a que la gente le besara los pies para agradarle, no le prestó mucha atención. Sin embargo, al ver que Bruno tuvo una buena iniciativa, entregándole uno a través de él a su prima, cambió un poco su actitud.
Domingo tomó la caja de regalo -Gracias, en nombre de mi prima.
Miró a Bruno con un poco más de cortesía -Ella está abajo en el salón de eventos, déjame llevarte para que se lo entregues personalmente. Después de todo, es un regalo de
compromiso para ella.
Bruno percibió el cambio en la actitud de Domingo y finalmente se relajó.
Parecía que había elegido bien al entregar el regalo a la hermana de Domingo.
Bruno sonrió -Claro, gracias, Sr. Salazar, será un placer.
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