Capítulo 8
Uno era un narcisista que creía que estaba siendo presionado para casarse.
La otra era una ilusa que presumía provocativamente que había recibido la aprobación de Gabriela.
Pero, en realidad, la familia García de Aguamar no era nada impresionante, y su padre tampoco los valoraba mucho.
-Oh, ya entendí. -le respondió Dafne con una calma inquebrantable.
Macarena y Bruno se quedaron un poco sorprendidos.
¿Por qué no le importaba en lo más mínimo eso?
Macarena observó detenidamente el rostro de Dafne, buscando algún indicio de celos o resentimiento.
Sin embargo, la expresión de Dafne era impecablemente indiferente.
Macarena no sabía qué pensar.
¿Estaba Dafne fingiendo desinterés o realmente no le importaba?
El rostro de Bruno se había oscurecido al máximo.
-Dafne, ¿esto te parece divertido? ¿Acaso sabías que Macarena y yo vendríamos hoy aquí a comprar anillos y por eso esperaste a propósito? Para serte sincero, entre tú y yo no hay futuro, y no me vas a presionar para casarme. El matrimonio requiere igualdad de condiciones, ¿cómo podrías tú casarte conmigo con lo que tienes?
Bruno le habló con dureza -¡Mírate ahora! ¿Qué te pasa? ¡Me das vergüenza!
Realmente estaba enfadado, diciendo todo de un tirón.
Dafne, sin embargo, no se molestó en lo más mínimo.
Sonrió con paciencia -¿Yo te doy vergüenza?
-Recuerdo que aún no hemos terminado, ¿verdad? Entonces, esta Macarena es una intrusa en nuestra relación, y tú un infiel. ¿Quién es el que da vergüenza aquí?
Bruno se enfureció aún más, su pecho subía y bajaba con furia, gritó -¿Te lo vas a quitar o no?
Dafne le respondió con calma -No me lo voy a quitar.
-¡Bien! Si te gusta, pues llévatelo, igual no te voy a comprar un anillo, ni me voy a casar contigo.
Dafne ni se inmutó -Vale.
Bruno, viendo la indiferencia de Dafne, no sabía qué hacer con ella.
15203
Capitulo 8
La miró con furia y se marchó furioso.
Macarena lo siguió -¡Bruno, espérame!
Después de que se fueron, el dependiente, un poco confundido, le preguntó -Señorita Rosales, ¿quiénes eran esos?
-Son gente insignificante, no te preocupes.
Después de tres años de relación, Bruno nunca había pensado en casarse con ella.
Sabía que ella no estaba a su altura para casarse con él, y ella tampoco había pensado en
casarse con él.
Dafne se tomó algunas fotos con el anillo y se las envió a Agustín.
“¿Te gusta?”
En ese momento, en la oficina del presidente del Grupo Junco en Silvania.
Agustín miró el mensaje de la chica con el nombre “Dafi” en su celular y una sonrisa apareció
en su rostro.
Dejó a un lado los documentos y le respondió.
“Me encanta, ¿y a ti?”
“Me fascina.”
La sonrisa de Agustín se hizo aún más pronunciada.
“Me alegra que te guste.”
“Agus, este anillo debe ser caro, ¿verdad?”
“No es caro para mí, además tú te mereces lo mejor.”
El asistente Gustavo, que esperaba que Agustín firmara, ya había echado varios vistazos al presidente.
¿No estaba alucinando?
¿Su frío jefe estaba sonriendo?
Y además, ¿sonriendo de manera tan… dulce?
Parecía que burbujas rosadas estaban flotando alrededor de su jefe.
-Ya firmé los papeles, ¿a qué estás esperando? -le preguntó Agustín a su asistente Gustavo, volviendo a su habitual frialdad.
Gustavo volvió en sí rápidamente y tomó los documentos de las manos de su jefe -Oh, está bien, jefe, me retiro.
Mientras tanto, Dafne se quitó el anillo, se dirigió a la tienda de relojes para hombres en el
1520
Capitulo 8
centro comercial contiguo, planeando comprarle un reloj a Agustín como regalo para cuando regresara a Silvania.
Ya había visto las fotos recientes que su padre le había mostrado de Agustín.
Era de aspecto frío, con cejas definidas, ojos profundos y una estructura facial marcada, no muy diferente de lo que recordaba.
Dafne eligió cuidadosamente un reloj negro que le quedaría perfecto a Agustín.
Justo después de pagar, un hombre familiar se acercó para saludarla.
-Dafne, ¿qué estás haciendo aquí?