Capítulo 82
Tres días después.
-Toc, toc, toc- Macarena se encontraba frente a la suite de un hotel, llamando varias veces a
la puerta.
-¿Bruno, estás ahí adentro?
Nadie le respondió.
Macarena frunció el ceño y sacó su móvil para hacer una llamada.
El teléfono sonó durante mucho tiempo, pero nadie le contestó.
Desde que regresaron de la casa de Domingo, Bruno había perdido todo contacto con ella.
No le respondía a los mensajes ni le contestaba las llamadas, y cuando ella fue al hotel, él no abría la puerta.
Según el personal de recepción, Bruno no había entregado la habitación.
-¡Bang, bang, bang!– Ella golpeó la puerta con fuerza.
-¡Bruno, abre la puerta! Si no abres ahora, seguiré golpeando la puerta hasta que la abras.
Después de diez minutos de estar golpeando la puerta, finalmente se abrió.
Un fuerte olor a tabaco y alcohol la golpeó, provocándole náuseas.
-¡Qué olor tan fuerte!– Macarena se tapó la nariz, con un gesto de desagrado.
Al ver a Bruno, notó sus ojos hundidos y oscuros, su barba descuidada, su rostro grasiento y un olor a tabaco y alcohol mezclado con un hedor agrio, lo que indicaba que no se había bañado en días.
Macarena contuvo su sensación de asco y le preguntó:
-¿Cómo te has dejado llegar a este estado?
Los ojos de Bruno estaban apagados y su expresión era de completa derrota.
-¿Qué quieres?– le preguntó con frialdad.
-No he podido contactarte desde hace días y estaba preocupada- le dijo Macarena mientras empujaba la puerta para entrar al cuarto.
Las cortinas estaban bien cerradas y no había luz, por lo que la habitación estaba en una completa oscuridad a pesar de ser de día.
Macarena frunció el ceño y encendió la luz.
La gran suite estaba llena de botellas vacías de licor, y el cenicero estaba desbordado de colillas, con ceniza esparcida por todas partes.
19:47
Capitulo 82
Macarena encendió el extractor de aire y se acercó a la ventana para abrir las cortinas y ventilar el lugar.
–Bruno, ¿vas a seguir así de deprimido? ¿Qué pasará con tu empresa? No se logró la inversión del Grupo Salazar y en estos días tu padre ha estado buscando por todas partes, pero ninguna empresa quiere invertir en ustedes. Después de indagar, descubrimos que el prometido de Dafne está ejerciendo presión en las demás empresas para que no inviertan en tu empresa.
Macarena miró a Bruno-. ¿Sabes quién es el prometido de Dafne? Es el presidente del Grupo Junco, Agustín Junco. Su familia tiene más influencia que la familia Salazar, y tienen gente trabajando en el gobierno en la capital. Si Agustín dice algo, ninguna empresa de Silvania se atrevería a invertir en el Grupo García.
Bruno parecía un títere sin vida, con una expresión vacía y sin reacción alguna ante las palabras de Macarena.
Macarena, frustrada por hablarle sin recibir respuesta, se dio media vuelta y salió dando
pisotones.
La habitación volvió al silencio.
Bruno, sin vida, caminó hacia adentro.
Había estado en la oscuridad tanto tiempo que la luz del sol le resultaba cegadora, provocándole mareos y haciéndolo tambalearse.
Se detuvo junto a la ventana, mirando fijamente hacia afuera.
El sol brillaba intensamente.
Después de un rato, tomó su teléfono.
Tenía un montón de llamadas perdidas y más de 99 mensajes en WhatsApp, ninguno de los
sy cuales había respondido.
Justo en ese momento, entró una llamada de Ginés.
Bruno, recordando algo, contestó la llamada.
-Bruno, ¿dónde has estado? No he podido encontrarte- Ginés le preguntó con curiosidad-. ¿Viste los mensajes que te envié?
Bruno le habló con voz ronca.
-¿Sigues en Francia?
Ginés se sorprendió por la pregunta, pero le respondió rápidamente:
-Si, ¿por qué? No regreso hasta mañana.
-Comprame algo.
-Claro, dime qué te hace falta- Ginés hizo una pausa y luego le preguntó-. ¿Qué le pasa a tu woz? ¿Por qué suenas tan ronco?
19:48
Después de un momento de silencio, Bruno le habló suavemente:
-Ella va a comprometerse.
-¿Ah?– Ginés no entendía qué quería decirle-. ¿Quién? ¿Quién se va a comprometer?