Capítulo 90
-No te preocupes -le dijo Helena-, mientras que me ayudes cuando te necesite, no diré nada.
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Al día siguiente, Dafne condujo hacia el tribunal para asistir a una audiencia.
Apenas había salido del tribunal cuando se encontró con Bruno.
Dafne lo miró con cautela-. ¿Qué haces aquí?
Bruno, con una mirada llena de emociones, le respondió-. Sé que trabajas en el Bufete Justicia y que hoy tenías una audiencia aquí, así que vine a esperarte.
Dafne entrecerró los ojos, observándolo con una ligera irritación-. ¿Me estás acosando?
Bruno mostró un destello de dolor en sus ojos-. Dafne, estos días he estado muy decaído, no puedo dejar de pensar en ti.
Dafne soltó una risa fría-. ¿Y eso qué tiene que ver conmigo?
Bruno sonrió y sacó de su bolsillo un brillante anillo de diamantes, como si fuera un tesoro-. Antes dijiste que te gustaba mucho este anillo, así que lo compré para ti.
Dafne recordaba
Se anillo. Era el mismo que había visto en una revista y se lo había comentado con Bruno por su diseño único y creativo.
En ese momento, Bruno había fruncido el ceño. ¿Qué había dicho entonces?
-Cualquier cosa menos un anillo, no tengo planes de casarme por ahora.
Dafne se había sentido muy desilusionada. Siempre pensaba que ella estaba desesperada por casarse, como si estuviera soñando con eso día y noche.
Recordando eso, Dafne sonrió con sarcasmo-. Lo siento, ya no me gusta.
Levantó la mano, mostrando el gran anillo de diamantes que brillaba en su dedo-. Solo me gusta el que me dio mi prometido.
Bruno mostró un matiz de dolor en sus ojos. Ya sabía quién era el prometido de Dafne.
Agustín, uno de los hombres más poderosos de Silvania, presidente del Grupo Junco, el único neredero de la familia Junco.
Comparada con la familia Junco, la familia García no era nada.
Pero…
3runo sonrió-. Dafne, todavía no están comprometidos, aún no eres su prometida.
Dafne frunció el ceño, mirándolo como si estuviera loco.
Bruno esbozó una sonrisa-. Dafne, incluso los casados pueden divorciarse. ¿Y si están
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Capitulo 90
comprometidos, qué?
Entrecerró los ojos, con una mirada obsesiva-. Aunque te cases con él, no me rendiré. ¿No es
cierto que los romances extramatrimoniales son los más emocionantes?
-¡Paf!–
Dafne, incapaz de aguantarlo, le dio una bofetada a Bruno-. ¡Aléjate de mí!
Bruno mantuvo la cara inclinada, con una marca roja en la mejilla.
Torció la boca en una sonrisa despreocupada-. ¿Te dolió la mano?
-¡Estás loco! -Dafne se dio la vuelta y comenzó a alejarse.
Bruno la detuvo-. ¿Adónde vas? Te llevo.
-¡Te dije que te alejaras de mí! -estaba realmente enojada, así que intentó darle una patada.
Bruno la esquivó-. ¿Por qué te pones tan agresiva? Antes no eras así, ¿dónde quedó esa dulzura y obediencia que tenías?
Dafne puso los ojos en blanco y siguió caminando hacia el estacionamiento.
Bruno, como un completo acosador, la seguía-. Dafne, antes fue mi culpa, fui un imbécil y te fallé. Ahora quiero empezar de nuevo contigo, ¿me das una oportunidad?
-No te pido que me aceptes de inmediato, pero al menos dame una oportunidad. Te prometo que de ahora en adelante te seré leal, seré solo para ti.
Dafne se rio con frialdad-. Ya es muy tarde para eso.
Llegó al estacionamiento y se detuvo frente a un Bentley azul.
Bruno levantó la mirada y se quedó helado al ver el auto.
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