Capítulo 11
Valentín seguramente tenía algo importante que decirle, probablemente relacionado con el
divorcio.
Pero, ¿cómo podría Floriana hablar de eso con Rafael?
Esos eran asuntos de adultos, y no debería involucrar a un niño inocente.
-Mamá, ¡ven a casa conmigo, por favor! -Rafael tiró de la mano de Floriana, suplicando-. ¡Por favor! Hace días que no veo a papá, ¡lo extraño!
Floriana suspiró y, resignada, aceptó:
-Está bien, te llevaré a casa primero.
-¡Sí! -exclamó Rafael, radiante-. ¡Mamá, eres la mejor!
Floriana le revolvió el cabello y miró el rostro inocente y adorable de Rafael, suspirando en
silencio.
Esos cinco años de matrimonio, probablemente lo único verdadero que quedaba era el apego y el cariño de Rafael hacia ella.
Todo lo demás eran mentiras, ilusiones vanas…
Media hora después, Floriana y Rafael llegaron a Villa Encanto.
Valentín aún no había llegado, y Rafael solo esperó diez minutos antes de impacientarse.
-Mamá, ¿puedes llamarle a papá y preguntarle cuándo va a llegar?
Floriana también pensaba que Valentín llegaría pronto. Planeaba ir al hospital en cuanto él
regresara.
Pero ahora, al llamarlo, aunque el teléfono sonaba, nadie contestaba.
Lo intentó tres veces, sin éxito.
Floriana, sin otra opción, trató de calmar a Rafael:
-Tu papá debe estar ocupado.
Rafael frunció el ceño.
¿Podría ser que mamá estaba llorando y papá la estaba consolando, por eso no podía
contestar?
Con ese pensamiento, Rafael se inquietó aún más, lamentando haber abrazado a Floriana antes. Si no lo hubiera hecho, mamá no estaría triste.
Cuanto más lo pensaba, más frustrado se sentía, y hasta empezó a mirar a Floriana con un
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Capitulo 11
poco de resentimiento.
Sin embargo, en ese momento, Floriana estaba enviando mensajes por WhatsApp a su mejor amiga y no notó el cambio en la actitud de Rafael.
[Floriana: “Algo se retrasó, mejor lo dejamos para mañana.“]
[Amiga: “Mañana tengo turno temprano, puedes venir directamente.“]
[Floriana: “De acuerdo.“]
[Amiga: “Apuesto a que aún no te has hecho la prueba, ¿verdad?“]
Floriana miró de reojo su bolso, sintiéndose un poco culpable, y respondió: [“Lo haré ahora mismo.“]
Su amiga le envió un meme de martillo.
Floriana respondió con un emoji de “me atrapaste” y luego se levantó con el bolso en mano.
-Rafael, mamá va al baño un momento.
Rafael no le contestó.
Floriana pensó que estaba molesto por Valentín y no le dio más vueltas, volteándose para subir al segundo piso.
Cuando escuchó el sonido de la puerta del dormitorio principal cerrarse, Rafael corrió a su habitación y sacó de debajo de la almohada el reloj con teléfono que Tatiana le había comprado.
El primer número en su lista de contactos era el de Tatiana, y Rafael lo marcó.
El teléfono sonó varias veces antes de ser contestado.
-¿Rafael?
La voz ronca de Valentín salió a través del teléfono, con un leve jadeo en su tono.
Rafael se quedó un poco sorprendido:
-¿Papá? ¿Por qué contestas tú? ¿Dónde está mamá?
-Mamá está cansada y se acaba de dormir, ¿qué pasa?
Al escuchar esto, Rafael se preocupó aún más:
-¿Mamá estuvo llorando?
Valentín no lo negó:
-Ya está mejor.
-No me siento tranquilo por mamá. Papá, ya estoy en casa, ¿puedes venir a buscarme? ¡Quiero
estar con mamá!
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-Está bien, voy a buscarte ahora.
Después de colgar, Rafael estaba emocionado. Guardó sigilosamente el teléfono en el bolsillo de su chaqueta y bajó corriendo las escaleras.
Se sentó en el sofá, encendió la televisión y disfrutó de su programa mientras esperaba que su papá viniera a recogerlo.
Mientras tanto, en el baño del dormitorio principal, Floriana sostenía una prueba de embarazo, y sus dedos estaban tan tensos que se habían puesto blancos…