Capítulo 18
El sonido del agua corriendo se escuchaba vagamente por el teléfono.
Floriana contuvo la respiración, esforzándose por mantener la calma mientras decía: -Rafael tiene una fiebre alta que no baja, y los resultados muestran que es una neumonía bronquial aguda. Necesita ser hospitalizado para recibir tratamiento intravenoso.
Al escuchar esto, la voz de Tatiana se llenó de preocupación: -¿Cómo pudo ocurrir esto? Cuando Valentín lo llevó por la mañana, estaba bien, ¿no?
Ese tono de reproche hizo que Floriana frunciera el ceño. -Señorita Zelaya, me veo obligada a recordarle que Rafael tiene un sistema inmunológico débil y hay muchas cosas que debe
evitar.
Con esas palabras, Floriana cortó la llamada de inmediato.
Apretando el celular en su mano, miró a Rafael, quien dormía incómodo en la cama del hospital, con el ceño fruncido incluso en su sueño. Sentía como si un fuego ardiera en su pecho, haciendo que le dolieran hasta el alma.
La enfermera se acercó para administrarle una inyección a Rafael.
Después de colgar el suero por unos quince minutos, Rafael comenzó a sudar un poco y fiebre bajó algo.
En ese momento, la puerta de la habitación se abrió.
Valentín y Tatiana entraron.
-¡Rafael!
la
Tatiana corrió apresuradamente hacia la cama, y al ver a Rafael durmiendo con el suero, las lágrimas comenzaron a caer de inmediato.
Acariciando la cara de Rafael, lo llamó suavemente: -¿Rafael?
Rafael abrió los ojos con dificultad, y al ver a Tatiana, murmuró débilmente: -Mamá.
-¡Mamá está aquí! -dijo Tatiana con la voz quebrada mientras tocaba la cara de Rafael-. No temas, cariño, mamá está contigo.
-Mamá, no te vayas…
-Mamá no se va. -Tatiana lloró, la imagen de su hijo enfermo era tan conmovedora que era imposible no sentirse emocionalmente afectado.
Rafael cerró los ojos y volvió a caer en un sueño profundo.
Tatiana lloraba desconsoladamente, como si Rafael estuviera gravemente enfermo.
Valentín se acercó y sacó un pañuelo de su bolsillo, entregándoselo a Tatiana. -Rafael solo está dormido, no te preocupes.
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Capitulo 18
Tatiana tomó el pañuelo y, al girarse, se lanzó a los brazos de Valentín. -Es todo culpa mía. Si no hubiera tenido complicaciones al dar a luz, la salud de Rafael no sería tan frágil. Soy yo quien lo ha perjudicado…
-No digas tonterías. -Valentín la consoló, dándole suaves palmaditas en el hombro-. Rafael se pondrá triste si te escucha.
Tatiana lloraba profundamente mientras Valentín la consolaba con palabras amables.
Floriana observaba todo en silencio desde el pie de la cama.
El dolor en su pecho se expandía de manera abrumadora, pero su rostro permanecía impasible. Decidió que no tenía razón para quedarse más tiempo.
Floriana salió de la habitación sin hacer ruido, y al girarse, vio a Estefanía acercándose apresurada con una empleada doméstica.
Frunció el ceño y estuvo a punto de apartarse para dejarlas pasar.
Sin embargo, Estefanía se acercó y, sin previo aviso, le propinó una bofetada.
El sonido resonante de la bofetada rompió el silencio del pasillo en la noche.
Floriana sintió que su cabeza se giraba y un sabor metálico inundó su boca.
-¡Lo sabía, una madrastra nunca será como una madre! Si a Rafael le pasa algo, ¡te haré responsable!
Floriana se tocó la cara, atónita por la bofetada inesperada. Su expresión se tornó muy seria mientras miraba a Estefanía con el ceño fruncido.
El alboroto atrajo la atención de Valentín y Tatiana.
Valentín miró a Floriana y luego se volvió hacia Estefanía, frunciendo ligeramente el ceño. -Mamá, ¿qué estás haciendo?
-¿Qué estoy haciendo? -Estefanía soltó una risa despectiva-. ¡Estoy dándole una lección a esta mujer malintencionada por Rafael! Si no fuera por la llamada del señor Zelaya, ¡nunca habría sabido que Rafael terminó en urgencias por culpa de esta mujer!
El señor Zelaya es el hijo mayor de la familia Zelaya y también el hermano de Tatiana.
03-20