Capítulo 19
Al escuchar esto, Tatiana se apresuró a tomar la mano de Estefanía, tratando de calmarla con suavidad.
-Señora Quijano, no se apresure. ¿Qué le dijo exactamente mi hermano? ¿No será un
malentendido? La señorita Sagel siempre ha tratado a Rafael como si fuera su propio hijo, ¿cómo podría querer hacerle daño?
-¡Tati, no te dejes engañar por esta mujer! -exclamó Estefanía, fulminando con la mirada a Floriana.
Estefanía suspiró mientras apretaba la mano de Tatiana.
-Rafael es joven y es fácil de manipular, pero tú, como.su madre biológica, deberías saber que no todos tienen buenas intenciones. La madre de Floriana fue una criminal, y ella es igual de astuta y malintencionada. Las familias Jaramillo y Sagel no la reconocen, y ese es el mejor testimonio de su carácter.
Tatiana se quedó sin palabras, mirando a Floriana con incredulidad.
-Señorita Sagel, ¿es cierto lo que dice la señora Quijano?
Floriana no pudo evitar reírse ante la situación, aunque no le encontraba gracia. No sentía la necesidad de explicarse a Tatiana.
Concentró su mirada en Estefanía, bajando la mano que cubría su rostro, y con un tono seco le dijo:
-Primero que todo, señora Quijano, si Rafael tiene fiebre, puede preguntarle a su propio hijo por qué. En segundo lugar, si no puede diferenciar entre defensa propia y homicidio, quizás debería pedirle a su hijo que le explique un poco más sobre el tema. Después de todo, como señora de una familia de renombre, debería saber estas cosas para no hacer el ridículo.
-¡Tú! -Estefanía estaba furiosa-. ¡Floriana, no tienes respeto por tus mayores!
Floriana soltó una risa burlona.
-Lo he dicho antes, usted es la que no respeta su edad, y eso es lo que provoca mi respuesta.
-Señorita Sagel -intervino Tatiana con voz suave, tratando de calmar las cosas-. La señora Quijano solo está preocupada, y como es mayor, deberíamos ser comprensivos. Podrías decir
menos.
Las palabras de Tatiana alegraron un poco a Estefanía.
-¡Mira, eso es lo que llamo una chica bien educada!
Para Floriana, todo esto era un completo absurdo. Sabía que los prejuicios eran como una montaña pesada de mover y que sus palabras caerían en oídos sordos.
Dirigió su mirada a Valentín.
Capitulo 19
Él fruncía el ceño, sus ojos oscuros eran difíciles de leer. Al sentir la mirada de Floriana, los ojos de Valentín se encontraron con los de ella.
Sus miradas se cruzaron.
Floriana mostraba tristeza en sus ojos, pero aun así esbozó una sonrisa desdeñosa, con los labios heridos por el golpe de Estefanía.
-Ya he firmado el acuerdo de divorcio. En estos días, busca un momento para que vayamos a la oficina de registro y lo hagamos oficial.
Valentín levantó una ceja, a punto de hablar, pero Estefanía se adelantó con entusiasmo.
-¡Si ya firmaste, perfecto! Valentín, ¿qué estás esperando? ¡Vayan mañana mismo a finalizar el
divorcio!
Tatiana miró a Valentín al escuchar eso.
Valentín frunció el ceño, sus ojos oscuros se dirigieron a Tatiana.
Esa mirada profunda, sin fin, hizo que Tatiana se quedara sin aliento y se pusiera pálida.
En un abrir y cerrar de ojos, su cuerpo delgado se desmoronó, cerrando los ojos y desmayándose.
-¿¡Tati!? -Estefanía se sobresaltó, extendiendo la mano para sostener a Tatiana, pero Valentín fue más rápido y la atrapó.
Valentín cargó a la inconsciente Tatiana y corrió hacia la sala de urgencias.
La figura ansiosa de Valentín se desvanecía en la visión de Floriana.
Esa noche de invierno de hace cinco años, bajo la nieve, el hombre que había caminado hacia ella contra la luz terminó por pasar de largo, corriendo hacia otra mujer.
Resultó que nunca le había pertenecido.
Floriana apartó la mirada, apretó los labios para contener el calor en sus ojos, y sin mirar atrás, se dio la vuelta y se fue.