aradamente! -exclamó Luna, golpeando su pierna con tanta fuerza que sintió un dolor agudo. Sin embargo, no dejó de maldecir-. ¡Ni siquiera se han divorciado y ya anunció su relación con Tatiana!
Floriana sintió un dolor punzante en su pecho, pero su expresión permanecía impasible-. Tarde o temprano esto iba a suceder.
A estas alturas, solo le quedaba enfrentar la realidad.
Lo que una vez creyó que era un matrimonio legítimo y estable durante cinco años, para Valentín no era más que una colaboración que podía terminar en cualquier momento.
Él nunca había considerado su matrimonio seriamente, por lo que tampoco veía nada malo en su relación con Tatiana.
-¿Así que te vas a rendir? -Luna la miraba con decepción-. Incluso si su matrimonio comenzó como un acuerdo, si no hubiera sido porque él te engañó diciéndote que la madre de Rafael había muerto, nunca habrías aceptado casarte con él.
Las pestañas de Floriana temblaron ligeramente.
Sí, si hubiera sabido desde el principio que la madre de Rafael era Tatiana, Floriana nunca habría accedido a casarse con Valentín, ni mucho menos permitir que ella misma cayera en esa trampa…
Incluso si en ese momento no tenía otra opción y tuvo que usar el matrimonio como moneda de cambio, habría mantenido sus principios y se habría limitado a cumplir con su papel de madrastra.
Nunca se habría entrometido entre Valentín y Tatiana, ni se habría permitido convertirse en un obstáculo no deseado.
El resultado actual era demasiado humillante, realmente humillante.
Luna miraba a Floriana, sintiendo una gran frustración por ella.
Conocía bien que Floriana era una persona fuerte, que no le gustaba mostrar debilidad frente a otros y que guardaba todo para sí misma. Esto se debía a la influencia de su familia, lo que hacía que esos familiares problemáticos se sintieran con derecho a herirla aún más.
Luna había pensado que una vez lejos de su familia, la vida de Floriana mejoraría, pero entonces aparecieron Valentín y Tatiana, esa pareja de traidores.
Cuanto más lo pensaba Luna, más enojada se sentía. Sacó su teléfono y abrió Twitter.
-Valentín es abogado, tiene una capacidad de juicio más precisa que los demás. Durante cinco años, no es que no haya visto tu esfuerzo y sinceridad, es que lo vio y nunca le importó.
-¡Espera! Hermana, voy a sacarte de esta. Voy a exponer a esos dos traidores…
1/2
02.205
Capítulo 23
-Déjalo.
Floriana alargó la mano para detener el teléfono de Luna.
Luna alzó la vista y, al ver que Floriana realmente no pensaba hacer nada al respecto, se enfureció aún más.
-¿Cómo puedes decir “déjalo“? ¡Cinco años! ¡Te han engañado durante cinco años! Valentín y Tatiana han estado juntos a tus espaldas, y te han convertido en una niñera gratuita durante cinco años.
-Cuidar de Rafael fue parte de nuestro acuerdo.
-¡Eso es una tontería! -Luna puso las manos en sus caderas y continuó-. ¡Incluso si cuidar de Rafael fue parte del acuerdo! ¿Por qué Valentín te tocó entonces? Si tanto ama a Tatiana, ¿por qué se metió contigo? Incluso te dejó embarazada… Floriana, ¿cómo puedes soportarlo?
Floriana se quedó momentáneamente en shock, luego apretó los labios con incomodidad.
Segundos después, soltó una risa amarga-. Es mi culpa, soy demasiado débil.
Luna se dio cuenta de que había ido demasiado lejos, y rápidamente se inclinó para abrazar a
Floriana.
-Eres increíble, no tienes culpa alguna. Lo siento, me equivoqué. Sabes cómo soy, cuando me enojo digo cosas sin pensar.
Luna la abrazó, acariciando suavemente su espalda.
-No me hagas caso. Eres la mejor. Los culpables son esos traidores, no tú. ¡El que se pierde de ti es el que no tiene suerte!
Floriana enterró su rostro en el hombro de Luna, y su voz se quebró-. Lulu, esa noche de invierno hace cinco años fue tan fría, y él apareció en el momento justo, no pude evitarlo…
El corazón de Luna se contrajo con dolor-. Lo sé, no es tu culpa. Todo esto pasará. Cuando te divorcies, serás libre y brillante como siempre. Eres tan increíble que las cosas solo pueden mejorar para ti.
Floriana la abrazó, temblando mientras su llanto contenido resonaba en la habitación.
Luna solo podía sostenerla, apretándola fuerte. Las palabras eran inútiles, sabía que no podía aliviar el corazón destrozado de Floriana.
-Lulu, ayúdame a programar la cirugía.
Luna cerró los ojos y lloró con ella-. Está bien.