Capítulo 3
Una vez dentro del carro, Floriana guardó la prueba de embarazo en su bolso.
Su asistente, Andrea, la llamó.-
-Flori, el cliente acaba de llamar, quieren que entreguemos la pieza “Rolan” mañana.
Floriana frunció el ceño.
-¿No habíamos acordado que lo entregaríamos en una semana?
-Parece que tuvieron un problema. El responsable dijo que, si logramos entregarlo a tiempo, el costo no es un inconveniente.
Floriana pensó un momento y respondió:
-Dile al responsable del cliente que lo entregaremos pasado mañana, pero el costo aumentará
un cincuenta por ciento.
-Pero el responsable está muy insistente…
-Pasado mañana es mi límite máximo -Floriana afirmó con determinación-. Si no aceptan, les podemos devolver el dinero.
-De acuerdo, les daré una respuesta inmediata.
Al colgar, Floriana casi dejó el teléfono cuando accidentalmente abrió una notificación de las
tendencias.
Valentín estaba en los titulares.
Para ser exactos, era Valentín junto a la famosa actriz Tatiana Zelaya.
[#La actriz Tatiana y su novio millonario disfrutan de una semana romántica en París; regresaron anoche al país juntos. #]
Aunque la foto no mostraba el rostro completo de Valentín, Floriana lo reconoció al instante con solo ver su perfil.
Observó la imagen fijamente por un buen rato. Finalmente, sus pestañas temblaron ligeramente y con un movimiento de su dedo, salió de la tendencia.
Abrió el perfil de Tatiana en redes sociales.
Como esperaba, a las cinco de la mañana, Tatiana había publicado una foto del amanecer.
[Buscando y buscando, al final regresamos al inicio. Por suerte, tú sigues aquí.]
Floriana miró la foto del amanecer, como si pudiera ver a Valentín y Tatiana abrazados disfrutando juntos de esa escena.
Así que, la razón por la que Valentín se fue apresuradamente anoche fue para ver el amanecer con la persona que ama.
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Capítulo 3
Ella esbozó una sonrisa amarga.
Se burló de sí misma por ser tan tonta.
Sabía muy bien que él no tenía espacio para ella en su corazón, pero no podía evitar seguir sus movimientos, como un ladrón miserable escondido en la oscuridad, observando cada
movimiento de él y su amada.
No podía controlar su corazón, como una polilla atraída por la luz, ni ella misma se respetaba.
Por suerte, Tatiana había regresado al país.
Floriana pensó que pronto Valentín le pediría el divorcio.
Quizás era lo mejor.
Después del divorcio, podría salir definitivamente del mundo de Valentín.
Serían extraños, sin relación alguna.
Para entonces, ese deseo ridículo y humillante que guardaba en su corazón debería desaparecer…
Floriana llegó a la antigua casa de la familia Ferrer.
Estacionó el carro en un lugar temporal y, al bajar, caminó hacia el interior. Los sirvientes que pasaban solo le echaban un vistazo indiferente, ocupados con sus propias tareas.
Floriana mostró una expresión serena.
A lo largo de sus cinco años de matrimonio con Valentín, Estefanía siempre la había
despreciado, y eso se había contagiado a los empleados de la familia, quienes la trataban con desdén. Si no fuera por Rafael, no habría venido a la casa Ferrer.
-¡Mamá!
Una voz infantil llena de entusiasmo resonó cuando Floriana cruzó la puerta de la sala, y una figura pequeña y familiar corrió hacia ella.
-¡Mamá, al fin viniste por mí!
Rafael, de cinco años, se aferró a Floriana como un koala, con tono de queja.
-La abuela me dijo que ya no me querías,
Floriana se detuvo, mirando a Estefanía.
Estefanía, vestida con elegancia, estaba sentada en la posición de la anfitriona, y a su lado estaba la encantadora Tatiana.
Ver a Tatiana allí sorprendió a Floriana, pero al mismo tiempo, lo consideró normal.
Valentín ya le había propuesto matrimonio a Tatiana, y estaban en los titulares, lo que indicaba
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que querían hacerlo público.
Que Tatiana estuviera en la casa Ferrer significaba que ya tenía la aprobación de Estefanía.
-Mamá, ¿por qué no dices nada? -Rafael miró a Floriana-. ¿Acaso la abuela dijo la verdad? ¿De verdad te vas a divorciar de papá? ¿Ya no me quieres?
Floriana bajó la mirada y encontró los ojos inquietos de Rafael. Sintió una punzada de dolor.
Durante cinco años había tratado a Rafael como si fuera su propio hijo, cuidando cada aspecto
de su vida personalmente. Esa conexión de madre e hijo no era falsa.
Pensar en separarse de Rafael después del divorcio también le causaba tristeza.
-Rafael, ven aquí -Estefanía lo llamó.
-¡No quiero! -Rafael se aferró aún más a Floriana-. ¡Quiero irme a casa con mamá!
El rostro de Estefanía se ensombreció, y con voz severa dijo:
-¿Cuántas veces tengo que decirte que Floriana no es tu madre? Tu madre es esta gran actriz,
Tatiana.
Floriana se quedó helada al escuchar eso.
¿La madre biológica de Rafael es Tatiana?
Pero, ¿Valentín no le había dicho que la madre de Rafael había fallecido?
¿Acaso Valentín le había mentido todo este tiempo?